Por Belén López Jiménez

"San Sebastián, belleza y arte"

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Con la festividad de San Sebastián, analizamos desde la mirada de una pintora cómo ha influenciado en el Arte la imagen de este santo.

Desde antiguo, todo artista debía aprender a dibujar correctamente el canon de proporciones del cuerpo humano, ya que éste era el motivo principal de toda obra artística. Esas proporciones ideales han ido cambiando según la época y el artista; estableciéndose el dominio anatómico del cuerpo como una disciplina principal en las Reales Academias de Bellas Artes; hasta que el siglo XX rompe la estructura y “la medida del cuerpo”. Muchos han sido los artistas que se han inspirado en la figura de San Sebastián como una de las más bellas representaciones que se podían crear del cuerpo humano y la imagen religiosa.  

Nacido en Narbona (Francia) en el año 256 D.C. y educado en Milán. Era soldado al servicio del Imperio Romano; ejercitaba el apostolado, visitaba y alentaba a otros cristianos encarcelados por defender su fe en un momento de persecución. Eran los inicios clandestinos del cristianismo y pronto fue descubierto y denunciado al emperador Maximiano, quien lo condenó a morir bajo una lluvia de flechas. Sin embargo, no murió en ese trance, fue recogido por Santa Irene, quien lo ocultó curándole sus heridas. Restablecido, se presentó ante el emperador y le reprochó su persecución hacia los cristianos. Nuevamente fue condenado a morir azotado y esta vez la sentencia fue cumplida.

Mostrar el cuerpo de un joven semidesnudo que presenta su torso desprotegido ante el martirio; con la convicción de la fe y la salvación en el rostro, ha sugestionado a creadores y espectadores. Pintado en los inicios con los atributos propios del militar romano; pronto sería representado en el momento de su martirio dejando rienda suelta a los artistas para el estudio de la anatomía masculina (no exenta de idealismos en el momento dramático del martirio). El Greco, Tiziano, Rubens, Bernini; el gran Ribera (maestro del martirio); han sido auténticos genios de la pintura religiosa mostrando esta imagen devota, de ojos vidriosos y llenos de heroicidad.

El Museo del Prado atesora magistrales ejemplos, de los cuales me parece maravilloso El entierro de San Sebastián (San Sebastián hallado en la Cloaca Máxima) 1877 del madrileño Alejandro Ferrant. Un óleo de grandes dimensiones, ejemplo de maestría pictórica y de renovación en la interpretación del tema religioso. Dentro de un riguroso realismo académico; Ferrant deja atrás el misticismo y humaniza la escena con un dominio asombroso de la ambientación escenográfica y el tratamiento de los cuerpos y la piel.

El llamado “Apolo cristiano”, ha sido también un pretexto para revelar ciertas connotaciones eróticas o sensuales del cuerpo masculino que no podían representarse con otros santos. A San Sebastián se le despoja de sus vestiduras y un cuerpo resplandeciente, suplicante, retorcido o ya moribundo…atrae siempre la mirada. Para muchas generaciones de estudiantes ha sido y sigue siendo uno de los grandes modelos en el ejercicio académico del desnudo masculino y por ende, de la belleza del hombre en el Arte.

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