En el mercado existen todo tipo de negocios. Algunos necesitan una gran inversión para comenzar, como ciertos tipos de startup, pero otros se pueden poner en marcha desembolsando apenas una pequeña cantidad de dinero. A continuación vamos a ver algunos ejemplos de estos últimos.
⦁ Dropshipping
Para vender a través de Internet no siempre es necesario comprar previamente los productos que se ponen a la venta. Así lo demuestra el dropshipping, que consiste en poner a la venta una serie de artículos que no se tienen almacenados físicamente.
En este caso lo que se hace es llegar a un acuerdo con uno o varios mayoristas para vender sus productos, y enviarles el pedido cuando se reciba en la tienda online. Los productos serán enviados directamente por el fabricante o mayorista a través de distintos canales de distribución, como pueden ser los envíos con Packlink. Así pues, el dueño de la tienda online se lleva una comisión por cada venta realizada a través de su plataforma. Si estás interesado, recuerda que una de las mejores opciones con las que cuentas es crear ecommerce con Shopify.
⦁ Taller para bicicletas y patinetes eléctricos
A día de hoy la movilidad por las ciudades está cambiando, de forma que las bicicletas y los patinetes eléctricos se convierten en los protagonistas de muchas calles. Pero su uso continuo hace que necesiten un mantenimiento y también una serie de reparaciones. Pues bien, este es un tipo de negocio interesante, ya que aún no existen muchos expertos en el tema.
Una persona que conozca bien este tipo de aparatos puede montar su taller de reparación fácilmente, ya que no necesitará hacer una inversión muy alta. El local no tiene que ser demasiado grande, y las herramientas que se necesitan no son costosas. Al margen de esto, apenas tendrías que invertir en un punto de venta, un ordenador y no mucho más.
⦁ Negocios relacionados con las tareas del día a día
Hacer cola para entrar en un espectáculo, ir a recoger comida a un local, etc. Son muchas las labores que hay que realizar a diario, cosas pequeñas pero que se van acumulando y hacen que aumente nuestro nivel de estrés cuando el tiempo juega en contra.
De ahí que cada vez surjan más empresas para realizar este tipo de tareas, ya que hay muchas personas que están dispuestas a pagar para que alguien se las realice. Pues bien, como decíamos así han surgido distintos negocios, que tienen algo en común: se pueden poner en funcionamiento con una inversión muy pequeña.
Normalmente basta con contar una página web o una aplicación en la que los clientes puedan contratar los servicios. Eso sí, en estos casos conviene contar con una persona que sepa crear una página adecuada, ya que es importante cuidar aspectos como la paleta de colores para que la web llame la atención del cliente.
A la hora de crear un negocio también hay que prestar atención a los posibles nombres que se le pueden poner, ya que este es uno de los primeros datos que los clientes obtienen del negocio y no conviene cambiarlo después. Para esos casos en los que la inspiración no llega, existen generadores de nombres que ayudan a escoger una denominación adecuada para el negocio.
