Paco Leal, retrato intermitente

Collage de Paco Leal
Collage de Paco Leal
Lienzo de Paco Leal de la serie 'Los tres'
photo_camera Lienzo de Paco Leal de la serie 'Los tres'

Cuando me enteré de la muerte del pobre Paquito, me dije y dije: Ya vamos cayendo. Habrá que escribir un obituario. Pero enseguida reflexioné: ¿De qué modo voy a escribir, si la relación de Paco Leal, con cualquiera, era siempre compleja debida a su enajenación mental? Él poseía una condición artística genial mezclada con una notable perturbación conductual, parecida a la del buen poeta Leopoldo María Panero.

Pero resulta que volví a ver la película, sabrosamente testimonial, 'Ocaña, retrato intermitente', de Ventura Pons, estrenada en 1978, sobre el personaje José Pérez Ocaña (1947-1983), conocido simplemente como Ocaña, también pintor. Y el sevillano me dio las claves para iniciar la necrológica de mi íntimo amigo Paco Leal, íntimo a pesar de haberle mandado a paseo en muchas ocasiones.

Paco Leal y Ocaña realizaron una pintura con destacados tintes ingenuos (aunque Paco fue mejor pintor que Ocaña) y ambos estaban orientados a una tendencia homosexual que, sin embargo, en los dos, tuvo una demostración más bien disconforme, primando la amistad sobre el deseo. Leal y Ocaña sí eran provocadores. Ocaña se alzaba la falda en Las Ramblas enseñando el culo, mientras Paco, al principio de ser conocido en su carrera artística, se rascaba los cojones, de pie frente a una terraza repleta de los rancios burgueses de su pueblo, Alcázar de San Juan.

Hay una secuencia en la película sobre Ocaña que muestra una parodia de procesión de Semana Santa, en la que desfilan unos cofrades estrafalarios. En el paso, una Virgen María cuyo rostro es una máscara de papel couché, igualita a las que Paco hacía; Virgen a la que Ocaña, ataviado de faralaes, canta una saeta. Una procesión de este tipo, con Paco Leal y los pintores Ángel Vaquero, Xaro y Jesús Castellanos (también este último que en paz descanse) desfiló, en un lance de fortuna, por el pequeño salón de mi casa.

Paco Leal y el autor de este artículo, 'in illo tempore'
Paco Leal y el autor de este artículo, 'in illo tempore'

Paco Leal era, a veces, insoportable, como digo, aunque otras de sus muchas anécdotas fueron admirables. En un tiempo, su actividad lo excitaba tanto, y beber y fumar canutos, que en un momento se veía obligado a plantarse en la estación y tomar un tren a Ciudad Real para ingresarse en el psiquiátrico. Al darle el alta, solía estar unos días en mi piso de Toledo. Me contaba que en uno de sus ingresos coincidió que en el sanatorio se celebraba un congreso de psiquiatría; y allí que lo sacaron para que largase y los doctores tomando notas. Pura provocación. Mi primera mujer es de Alcázar de San Juan, como él, y me contaba que de chiquito Paco llevaba un carrito repartiendo tortas de Alcázar, pues su familia poseía un horno, y los niños le tiraban piedras al ver a ese chaval tan poco agraciado físicamente. Esto, sin duda, marca.

Él llegó a ser un personaje perfectamente encuadrado en la Movida, que Paco disfrutó a tope. Todo de negro y feo: a la moda. Mi segunda mujer fue profesora en un instituto. A primera hora llegó allí Paco, loco por completo, intentando vender pequeñas obras suyas. A la primera recriminación de ella, él replicó cantándole los versos de Carlos Berlanga: "Haces muy mal / en elevar mi tensión..." Por los pasillos empezó a firmar en los carteles expuestos. La conserje del instituto se alarmó  pero mi mujer la tranquilizó: "No te preocupes, es inofensivo."

La obra de Paco Leal correctamente se adscribe, como él mismo decía, a una nueva figuración; una figuración que asimismo acoge, con gran justeza, el arte abstracto. Su pincelada se prolonga en la superficie virgen con gran dinamismo y, combinada con el color certero, abre atractivas posibilidades expresivas. Su obra es colorista cuando ha de serlo, como en su profusa serie 'Pez furioso', y situada en un lúgubre y llamativo claroscuro cuando la situación lo precisa (serie 'Los tres'). Antes de la Pandemia, Enrique Maté, gran difusor de la pintura de Paco, me entrevistó en la galería Marmurán, junto con otras personalidades, para que hablase de su obra. No he vuelto a saber de ese reportaje. Sería un buen homenaje al buen Paco Leal que todos lo pudiésemos ver ahora. 

             

 

 

 

 

 

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