Los celadores reclaman en Alcázar que se derogue su Estatuto, se actualicen sus funciones y se les cualifique profesionalmente

La Plataforma "Reconocimiento para el celador, Ya" se ha concentrado este jueves, en los alrededores de las Urgencias del Hospital General La Mancha Centro de Alcázar de San Juan, para seguir reivindicando los puntos que generaron la creación de dicha plataforma y que no son otros que la urgente actualización de su estatuto, que tiene 50 años, la inclusión de su categoría en el Catálogo Nacional de Cualificaciones y la implantación de un Módulo de FP de grado medio que les proporcione una formación reglada y adecuada, imprescindible para desempeñar su labor.

Estas movilizaciones regresan porque aunque se ha conseguido uno de los puntos que reclamaban, el ser reconocidos como personal de riesgo, el resto de peticiones aún no se han llevado a cabo, algo que consideran muy necesario ya que los celadores suponen el 8% de los trabajadores del sistema de Salud, sólo en la Gerencia de Alcázar trabajan cerca de 160 celadores, 2.000 en el Sescam.

La concentración se ha iniciado con un minuto de silencio por los compañeros fallecidos por la Covid, que son ya diez en toda España, asegurando que “su pérdida demuestra que, como decíamos en las concentraciones del año pasado, el celador es personal de riesgo, al tener contacto directo con el paciente”.

También han dado la enhorabuena a la Gerencia del Hospital La Mancha Centro de Alcázar de San Juan al haberse visto incluida en la lista de los 2.000 mejores hospitales del mundo publicada hace unos días.

Los celadores tienen la intención se continuar con sus movilizaciones para abril, mayoi y otra el 3 de julio en Madrid.

A continuación reproducimos el manifiesto que ha sido leído por Guillermo Requena:

“Una vez mejorada la situación sanitaria, nos volvemos a concentrar, para seguir reivindicando el resto de puntos que provocaron la creación de la Plataforma Reconocimiento para el celador, Ya.

Nuestras funciones siguen reguladas por un Estatuto del año 1971, 50 años ya de una orden ministerial preconstitucional, caduca y machista, donde no existe la figura de la celadora, cuando actualmente, suponen el 70% del colectivo. Esas funciones deberían haberse modificado, algo que quedó pendiente tras la creación del estatuto marco en 2003, pero nunca se llevó a cabo. El tiempo ha pasado y la labor que llevamos a cabo en nuestros centros ha evolucionado, a pesar de no disponer del respaldo legal que debiera tener si esa actualización se hubiera producido.

Mediante el Real Decreto 1790 del 16 de diciembre de 2011 se estableció una formación para los celadores, dentro de la familia profesional de sanidad, bajo la cualificación profesional “Traslado y movilización de usuarios y pacientes, documentación y materiales en centros sanitarios”, correspondiente con el nivel 1, aunque para nosotros insuficiente, ya que solicitamos un nivel 2, que de paso a una titulación de grado medio de formación profesional.

En esta cualificación se relaciona cada una de las tareas que realiza un celador hoy en día y podría ser la base para el cambio de nuestras funciones. Pero el tiempo va pasando, y este ciclo formativo nunca se implementó, y la figura del celador continúa a día de hoy, en el ostracismo más absoluto, sin que se le considere personal sanitario, aunque tengamos contacto directo con el paciente, al que abrazamos y tratamos con el máximo cuidado, a pesar de carecer la formación adecuada para hacerlo. Todos los que trabajamos como celadores y celadoras, cuando comenzamos, debemos encomendarnos a la voluntad de los compañeros, que nos van enseñando cómo realizar movilizaciones, cómo recibir a pacientes traumatológicos, cómo montar la mesa del quirófano, cómo hacer una pronación de un paciente crítico…Y ni el paciente ni el celador se merecen esa precariedad.

Además, al pertenecer al Personal de Gestión y Servicios en vez de al Sanitario, los celadores somos el colectivo más perjudicado en la externalización de servicios, como ha ocurrido con los 30 compañeros y compañeras que han sido despedidos del complejo Hospitalario de Toledo al privatizar el servicio de lavandería.

Por eso seguiremos exigiendo que se nos reconozca el lugar que ocupamos en el engranaje de la sanidad, que se nos forme adecuadamente con la implantación de un Grado Medio de FP, que se actualicen nuestras funciones para realizar nuestra profesión con garantías y por eso seguiremos concentrándonos para que todos los estamentos sociales tengan claro que no nos vamos a rendir, porque ¡¡JUNTOS, SOMOS MÁS FUERTES!!… Nos vemos el 22 de abril, compañeros”.

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