Primi 2017

Por Pabendo El pasado lunes 27 de febrero se entregó el XIV Premio “Primitivo Abengózar” en el Ifema de Madrid, lugar elegido este año por Acciona Agua para su reunión anual, momento en el que tiene a bien conceder este reconocimiento al mejor de sus trabajadores.

En el acto estuvieron presentes altos directivos de la multinacional, el trabajador elegido así como familiares y amigos.

Cuál es la historia de este Premio

Para ello hemos de remontarnos a finales del s. XX cuando vivía Primi que es como le llamaba todo el mundo.

Primi nació en Alcázar de San Juan, en el seno de una familia ferroviaria. Estudió en el colegio Santa Clara y más tarde en el instituto Miguel de Cervantes hasta que tuvo que marcharse a Madrid para proseguir sus estudios de Biología en la Complutense.

Su primer trabajo fue en el Ayuntamiento de Alcázar gracias a María Teresa, concejal de Medio ambiente, que fue quien le ofreció su primera oportunidad de descubrir el proyecto de “ Ciudades saludables” pues él y dos compañeros más fueron los primeros en poner en marcha como becarios y/o técnicos municipales lo que ya era una real preocupación ciudadana por el entorno. Así fue cómo se inició la organización de asuntos tales como : el reciclado de aceites industriales, la recogida de trastos a domicilio, la construcción de una perrera municipal, la creación y  supervisión del llamado Punto limpio y su primer acercamiento a la empresa municipal de aguas, etc. etc. Pero este su primer trabajo no tenía mucho presupuesto por lo que el idealismo tuvo que dar paso a la realidad y no tuvieron más remedio que buscarse la vida en otros derroteros.

En el caso de Primi, tras la rica experiencia municipal de Alcázar, decidió irse a probar suerte al País vasco, concretamente a la empresa depuradora de aguas de Vitoria dependiente de Pridesa donde estuvo varios años pero su deseo era acercarse a su pueblo y optó por trabajar en Alcoy para incorporarse en cuanto pudo a Manzanares que es donde acababa de abrirse una nueva oportunidad laboral puesto que ese ayuntamiento había privatizado la gestión  de sus aguas.

Consiguió el puesto y ya desde Manzanares podía ir y venir a Alcazar por lo que su sueño se podía cumplir a medias. Allí desarrolló una eficaz tarea así reconocida por sus nuevos jefes a quienes ya conocía desde antes.

Primi era un chico joven, muy risueño y con un encanto muy especial hasta el punto que no sabía decir no a nadie. Serio y muy responsable en su trabajo buscaba, como cualquier padre, regresar a casa para ocuparse y disfrutar de sus hijos. Hablaba mucho de la llamada Autovía de los Viñedos que estaban a punto de construir pero ese sueño suyo no pudo verlo porque un día de junio regresando del trabajo chocó frontalmente con un vehículo en una de las pocas curvas que tiene esa carretera muriendo en el acto allí mismo, en medio de la carretera y a tan sólo veinte kms de Manzanares. Fue su primer y único accidente. Da igual que él no tuviese la culpa ni que siempre fuera muy prudente. El destino necesita que sean dos los que compartan igual preocupación.

Fue una auténtica tragedia. La consternación en el pueblo era absoluta. Para muchos, una verdadera injusticia como hay tantas porque el culpable no había sido él. Pero qué más daba si decían que el otro venía hablando por teléfono. Había sido un hecho inverosímil pero que sucedió una tarde verano camino de Alcázar. Fue una de las 84 víctimas mortales que hubo en la provincia en 2003. Ahora (2015) la DGT habla tan “sólo” de 24). Eran tiempos sin mucho control y donde sólo se hablaba de la “mala suerte personal”, nunca de todo lo demás. Para la familia algo inconcebible.

Pero si hoy hemos podido volver a hablar de este joven fallecido con tan 38 años de edad es porque la tragedia y esa persona impactaron también en el corazón de la persona de su entonces jefe: D. Luis Castilla quien supo captar la quintaesencia de Primi y decidió crear un Premio en su memoria que valorase el espíritu de empresa, el trabajo en equipo, el compañerismo y la seguridad en el trabajo .

Un premio especial y único en su especie y raro entre las empresas. Quizás uno de los aspectos más bonitos, por así decirlo, es que es un premio abierto al que pueden optar los más de 2.500 trabajadores que esa empresa tiene en todo el mundo pero la persona elegida ha de ser propuesta por sus propios compañeros en función de los parámetros citados anteriormente. Un premio creado para honrar a un buen trabajador – en este caso alcazareño- y que perdura para honrar a otros trabajadores similares que, de haber sido de otro modo esta historia, hoy uno y otros se hubieran hecho amigos.

Si hemos querido hablar también de ello es tal vez porque el año que viene también podrán optar quienes vivan en Vancouver (Canadá) puesto que allí también se hablará del Premio Awart/ ​“Primitivo Abengózar” y si ya lo conocen en muchos países del mundo, por qué no iban a conocerlo en su pueblo natal que es donde le hubiera gustado vivir.

Pabendo

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