Santos en “Rilera” y Mesa de los Discípulos, fervor y tradición de la mano en Villafranca

Dos acontecimientos que también convierten en singular a la Semana Santa del municipio manchego.

La Semana Santa en Villafranca de los Caballeros vive cada año dos acontecimientos únicos, en los que devoción y tradición van de la mano y que otorgan a la celebración religiosa un carácter singular. Los Santos en “Rilera” (Hilera) y la Mesa de los Discípulos son cita obligada para muchos de sus vecinos y visitantes, sobre todo para los llamados “ausentes”, aquellos que tuvieron que salir del municipio, en la mayoría de los casos por razones laborales, y que aprovechan estas fechas para el reencuentro.

Los Santos en “Rilera”, una particular costumbre que consiste en la disposición de las tallas de cristos, vírgenes y conjuntos escultóricos en fila dentro de la ermita del Cristo de Santa Ana, punto de salida de los distintos cortejos procesionales que desfilan después por las calles de la localidad. Días antes de la celebración de cada procesión los “Santos en Rilera” reciben  así la visita de feligreses y devotos, que pueden contemplarlos en la cercanía. Este año la visita durante el Miércoles Santo, además, ha estado amenizada por un cuarteto de música.

Y después de la visita, ese mismo día, hay que acercarse hasta la Mesa de los Discípulos. Cada año una familia ofrece una comida a doce ancianos del lugar y al sacerdote, representando así la Última Cena y que ha estado expuesta en el domicilio de Antonia Guerrero. Cabe apuntar que esta tradición cumple, dentro de dos años, su I Centenario.

Los actos comenzaban el 19 de marzo con el traslado de Jesús Nazareno desde la ermita hasta la iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción, donde permanecerá hasta el día 24 de marzo, desde donde sale en Vía Crucis de nuevo a la ermita. Lo mismo sucede con la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, que el día 26 de marzo es trasladada desde el Santo Cristo a la parroquia, para regresar en Vía Crucis el día 31 de marzo.

Siguiendo con la programación el 1 de abril el sacerdote, natural de Villafranca,José Raúl Velasco Pastrano, era el encargado de pronunciar el pregón de Semana Santa. Y de ahí, al Viernes de Dolores, con la celebración del Vía Crucis presidido por la Virgen de los Dolores. La procesión y bendición del Domingo de Ramos daba paso a la Semana de Pasión con actos religiosos el lunes, martes y miércoles.

Jueves y Viernes Santo

Entrado ya el Jueves Santo se revive en Villafranca otro de los pasajes bíblicos. En  los oficios religiosos el párroco protagoniza otro ritual, el lavatorio de pies a los apóstoles, representados por los mismo vecinos que también forma parte de la Última Cena y como ya lo hiciera Jesucristo con los suyos, según el Evangelio de San Juan. A continuación se celebra la procesión con los pasos “Oración en el Huerto”, “Cristo atado a la columna”, “Jesús con el soldado romano”, “Jesús Nazareno”, “Cristo Crucificado”, la “Verónica”, San Juan y María Magdalena y, finalmente, la Virgen de la Soledad.

El Viernes Santo los vecinos y vecinas de Villafranca se despiertan con la procesión del Encuentro entre Jesús Nazareno y la Verónica, que da comienzo a las 8:30 horas. Los acompañan “Cristo Crucificado”, San Juan y María Magdalena y la Soledad. Ya por la tarde, a las 20:30 horas,  llega el momento el Santo Entierro con “Jesús Crucificado”, junto a una Cruz desnuda, sin talla, únicamente mostrando una “sabanilla”, el “Santo Sepulcro”, la Verónica, San Juan y María Magdalena, para cerrar con la Soledad.

Continúan las procesiones el Sábado Santo con la Virgen de la Soledad que desfila hasta el cementerio municipal en señal de duelo por el hijo muerto. La Semana Santa finaliza con una última procesión el Domingo de Resurrección, con el Encuentro del Resucitado.

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