Crónicas desde el corazón de Europa

El Guernica cumple 80 años

Javier Mata (El francés)

Bonjour! Se cumplen 80 años de la creación de esa impresionante obra de arte que es el « Guernica » de Picasso. La « celebración » puede pasar en cierta manera desapercibida. Motivos habrá miles, empezando por que no es una fecha de celebración « al uso » y acabando porque quizás interesa poco. La realidad, en mi humilde opinión, es que su contenido profundo como reivindicadora en contra de la guerra y su barbarie, ha dejado paso a su papel únicamente artístico. La magia del genio malagueño, afincado en Francia, fue convertir su obra de arte en un icono y símbolo del pacifismo.

No voy a descubrir en estas lineas al genio, ni su compromiso, ni sus ideas. Tampoco que en el pais vecino es adorado y considerado uno de los suyos, mientras aquí se le ningunea o minimiza con demasiada frecuencia. Voy a lo genial del legado. La obra, como todo el mundo conoce, se puede admirar en el Reina Sofia de Madrid, desde el fin de la dictadura, por decisión testamentaria del autor.

Lo que convierte al cuadro-mural en único, aparte de su manera de tratar las figuras, la ausencia de colores, es su expresividad, la inigualable forma de hacer evidentes los horrores de la violencia y la guerra, en este caso a través del bombardeo de Guernica.

Lo que le dota de actualidad permanente es que, a pesar de este periodo de paz « aparente » que vivimos desde el fin de la segunda guerra mundial, la realidad de la guerra y la violencia permanece a nuestro lado, bien vestida « como siempre » de ideas de superioridad racial, cultural o religiosa, bien acompañada por turbios pero suculentos asuntos económicos. Así que seguimos encontrando de una u otra manera, justificaciones para enriquecer a los que manejan la industria del armamento, o para « entender » a los que utilizan el miedo al diferente o esgrimen motivos religiosos. De esta manera, poco a poco, la sociedad se va radicalizando, se va enfrentando entre si, de manera simple y sencilla. Ya ha sucedido en el pasado y corremos el riesgo que de una u otra manera, vuelva a ocurrir en el futuro.

Lo que todos estos que ahora justifican, mañana jalean y finalmente apoyan esta radicalización violenta, no dicen o no quieren decir, es que al final, quienes de verdad sufren no son ni quienes fabrican las armas, ni quienes las empuñan en nombre de una sociedad o un dios. Quienes al final son las víctimas son otros, ciudadanos anónimos, daños colaterales, cuando no objetivos escogidos al azar para crear horror simplemente.

Espero que la celebración sirva para que el cuadro recupere el carácter que su autor le dio como manifiesto contra la violencia y a favor de la paz. Espero y deseo que se cambie esta tendencia al extremismo violento que algunos proponen. Espero que la obra del genial malagueño sirva una vez mas para hacer reflexionar a todas las gentes de bien, que son multitud y cambien ante esta realidad, la actitud callada por la de la denuncia pacifica. Al menos lo espero y deseo en este nuestro mundo democrático. La libertad, la igualdad y la fraternidad no cohabitan con la violencia.

Bon courage!


 

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