EN UN EMOTIVO Y MULTITUDINARIO ACTO

La ciudad de Alcázar nombra Hijo Predilecto al maestro Don Julio Maroto García

La sociedad más representativa de Alcázar de San Juan se dió cita ayer en el salón de actos del Ayuntamiento con motivo del nombramiento de Don Julio Maroto García como Hijo Predilecto de Alcázar de San Juan, a título póstumo. El acto reunió a los cuatro hijos y demás familia del homenajeado, así como a prácticamente toda la Corporación municipal, representantes de los colectivos, asociaciones y particulares adheridos al nombramiento, así como a multitud de amigos, conocidos y ex-alumnos del singular maestro.

El homenaje a don Julio Maroto comenzó junto a la casa de su familia en la calle Doctor Policarpo Lizcano, donde se destapó un azulejo conmemorativo para recordar de forma permanente al que fuera durante casi dos décadas maestro de Alameda de Cervera. A pesar del mal tiempo, la lluvia hizo un paréntesis y el programa pudo desarrollarse conforme lo previsto, comenzando así una tarde de reunión familiar y reconocimientos cargada de recuerdos. La alcaldesa y uno de los hijos de Don Julio fueron los encargados de destapar el azulejo, mientras sonaba la música bajo la dirección de uno de sus nietos.

Ya en el Ayuntamiento, el acto, dirigido por el poeta y miembro del Ateneo, Mariano Lizcano, comenzó con un repaso a la vida y trayectoria de Don Julio. Una vida polifacética, centrada en la Enseñanza, pero repleta también de experiencias personales y vivencias propias de una mente inquieta y curiosa, siempre abierta al aprendizaje y al mismo tiempo a la enseñanza (no en vano, Don Julio, además de maestro, también fue practicante, delineante, escritor, colaborador de distintos medios de comunicación –entre ellos el desaparecido semanario Canfali- criador de canarios y, tal y como el mismo se definía, ecologista convencido).

En representación de la larga lista de colectivos y ciudadanos adheridos al nombramiento, intervinieron el también maestro Luis Cruz, la que fuera jefa de Redacción de Canfali, Rosalinda Tejera, y el politólogo, experto en Medio Ambiente, Mariano Velasco,  todos ellos para recordar su relación con Don Julio, contar algunas anécdotas y sobre todo alabar las innumerables aportaciones que este singular alcazareño realizó al mundo de la Enseñanza,  al del Medio Ambiente y a la propia sociedad de su ciudad natal.

También intervinieron la alcaldesa, Rosa Melchor; y uno de sus hijos, Fernando. La primera felicitó a la familia,  recordó las dificultades que tuvo que superar Don Julio, como un  maestro que vivió en unos tiempos complicados (que le llevaron incluso a estar en un campo de concentración por el solo hecho de haber sido miembro del ejército de la República) y destacó sus muchas contribuciones a la educación y al pensamiento crítico de los jóvenes de la época.  Personalidad y valores que, tal y como subrayó, han justificado el nombramientopor parte del Ayuntamiento a este Maestro con mayúsculas (aprobado por unanimidad en Pleno hace unos meses).

Como representante de la familia, su hijo Julio Fernando, hizo un semblante de la persona que fue su padre, que ayudado por su madre, una mujer abnegada que siempre le sirvió de apoyo, pudo desarrollar encomiables tareas en defensa del pensamiento crítico y de la educación. Lo describió como un hombre carismático, tenaz, empático, cercano y con un gran sentido del humor, el cual le daba, tal y como apuntó, un liderazgo natural  que supo desarrollar en todas las facetas de su vida. También aseguró que su padre, en aquellos años,ya hablaba del cambio climático, por lo que lo calificó como  "el primer conservacionista alcazareño".

La Música, tanto en la calle de Don Julio, como en el salón de actos del Ayuntamiento, la pusieron dos quintetos, uno de vientoy otro de cuerda, dirigidos por el también maestro (en este caso, de orquesta) y nieto del homenajeado, Julio Maroto.

 

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