Artículo de Belén López Jiménez

Mente creativa, emociones sanas

Observación, imaginación, reflexión, exploración, expresividad, destreza, comprensión del mundo más sensible, participación, perseverancia y compromiso con los proyectos… ¿creen que no se trabajan en el mundo del Arte?

Aún existen sectores de la sociedad y la educación formal creyendo que la enseñanza artística es trivial respecto a otras áreas de aprendizaje consideradas más importantes. Afortunadamente el pensamiento avanza y me alegra enormemente que existan padres, profesores y educadores con inquietudes artísticas para transmitir a las nuevas generaciones; a pesar de que los currículos de enseñanza reglada marginen el Arte, las emociones, la creatividad y el pensamiento filosófico a un tiempo formativo mínimo.


    Observación, imaginación, reflexión, exploración, expresividad, destreza, comprensión del mundo más sensible, participación, perseverancia y compromiso con los proyectos… ¿creen que no se trabajan en el mundo del Arte? Hay cientos de habilidades y beneficios para desarrollar la mente y el cuerpo porque nuestro cerebro experimenta una sensación placentera cuando le hacemos trabajar con una actividad artística. No hay nada mejor que sanar la mente para sanar todo lo demás.


    En el dibujo, la pintura, la música…expresamos aquello que escapa a la verbalización de las palabras y es fundamental para el desarrollo personal y social. El Arte, con su dimensión emocional, multiplica la capacidad sensorial de evocar y conmover; nos proporciona un espacio donde expresar lo que somos porque algo que nos define tanto como personas como son las emociones, sentimientos y pensamientos influyen hasta el punto de modificar nuestra salud. Por eso desde hace años se ha formalizado en el ámbito educativo, social y clínico el Arteterapia, una práctica que utiliza el Arte como herramienta terapéutica para indagar en el conocimiento interno del ser a través de las emociones y su expresión para el tratamiento de patologías de salud mental y bienestar emocional.


    Cualquier actividad artística modifica positivamente nuestra estructura cerebral y en eso los profesionales de la educación artística y en concreto en nuestra academia «ponemos toda la carne en el asador». Trabajamos creando hábitos y métodos con las técnicas de dibujo y pintura aplicadas según la edad y el nivel ya que nos interesa que los alumnos comprendan los fundamentos del Arte: la observación de la naturaleza y el proceso técnico que nos lleva a crear belleza. Desde niños de 4 años en adelante…no hay límite de edad para iniciarse o desarrollarse en el Arte porque en los niños como en los adolescentes y adultos, hacer trabajar la parte derecha de nuestro cerebro con la pintura ayuda a la concentración y la relajación, puede reducir el estrés y la ansiedad porque calma la mente y nos distancia de las preocupaciones. Aporta bienestar y motivación por la satisfacción de crear algo valioso para nosotros, mejorando nuestra salud física y mental, la espontaneidad y el flujo de ideas y es una vía de escape para evacuar pensamientos negativos. Fomentamos el pensamiento creativo y divergente, la curiosidad por la que todo gran pintor se convirtió en artista… Una alumna me preguntó ¿qué quieres ser de mayor Belén? yo le dije: ser una «mente curiosamente creativa». ¡Os esperamos en la Academia!

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