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“Las mentiras tienen las patas muy cortas”
Quien me conoce sabe que no soy mujer de polémicas, ni para lo bueno, ni para lo malo. Pero si algo me caracteriza es la intolerancia a la mentira y, como bien se dice popularmente, “tienen las patas muy cortas”, por eso no podía dejar pasar por alto las nuevas mentiras que escupió Ángel Puente sobre el proceso que acabó condenándole por un delito de injurias, obligándole a pagar una indemnización de 6.000€ y multa de casi 4.000.
Se vanagloria el que, a mi parecer nunca debió haber pasado por el gobierno de nuestra ciudad, de que solo se le condene al pago de 6.000€ cuando “pedí 30.000€”; me acusa de no poder tener conciencia tranquila por “decir públicamente quién gestionaba el CUR” y por “poner en peligro a las usuarias”; y finalmente se enorgullece de poder dormir tranquilo tras su paso por el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan.
Mentiras, todas ellas, con las patas muy cortas, tan cortas que se demuestran con la documentación que adjunto.
Primera mentira: Que en ningún momento busqué su dinero quedo más que claro cuando en el acto de conciliación únicamente exigí que se retractase públicamente de aquellas declaraciones que afectaban directamente a mi honor como profesional de la abogacía. No pedí ni un solo euro, pero debió ser que desdecirse de su atropello era demasiado; desconozco si es más o menos que la reprimenda pública de un juez y el pago de casi 10.000 euros entre multa e indemnización, pero yo me doy por satisfecha, que los pague con salud!
EXTRACTO DE LA DEMANDA DE CONCILIACION
Segunda mentira: Miente diciendo que exigí 30.000€. Ya en juicio le reclamé, en concepto de responsabilidad civil por los perjuicios ocasionados, 10.000€, de los que finalmente el Juzgado y la Audiencia acordaron que fueran 6.000€. Me alegro que para el señor Puente no sea de especial relevancia, pero esa es la realidad que nuestra Justicia creyó oportuna.
Tercera mentira: que yo desvelara lo que ya era público y notorio. Vuelve a mentir respecto de la revelación de datos sobre la gestión del CUR y de cómo mis declaraciones como concejala de la oposición habrían puesto en peligro a las usuarias. Tiene poca memoria si no recuerda (o mala intención para quererlo olvidar) la denuncia pública de la Red Feminista de Hombres y Mujeres de Castilla-La Mancha, de 25 de enero de 2013, “Falta de transparencia en el proceso de adjudicación del CUR de Alcázar de San Juan”. En aquella ocasión, la Red Feminista volvía a denunciar públicamente lo que nosotros habíamos dicho, con argumentos muy similares a los nuestros. Y como bien denunciaban entonces, hablar de secreto o discreción “es una forma fácil, burda y sencilla de tapar bocas y que la población no conozca lo que realmente está pasando”. Si a alguien le quedaban dudas acerca de esto, solo tiene que acudir al Diario Oficial de Castilla-La Mancha de 31 de diciembre de 2012, y al Registro General de Asociaciones, Allí encontrará publicados los datos completos a los que entonces ni siquiera yo hice referencia en rueda de prensa. Ni secreto, ni puesta en peligro: sólo verdad pública y con cautela para denunciar los “tejemanejes” del anterior Equipo de Gobierno.
Me queda la tranquilidad de que son los propios tribunales los que han tenido la última palabra para demostrar que Ángel Puente mintió y miente una vez más, los que le han “cazado”. Las palabras de la Sentencia son meridianamente claras a este respecto: mis declaraciones (que no contenían nombres, ni localizaciones) no pusieron en peligro a las usuarias. Estas fueron acusaciones que el señor Puente no pudo acreditar, como bien le recuerda la Sentencia, que además añade que el entonces portavoz popular no estaba en absoluto legitimado para mentir y faltar así al respeto.
Señor Puente, créame que duermo (lo poco que puedo, pues la gestión de las necesidades de los alcazareños merecen toda mi posible atención) con la conciencia tranquila. Créame cuando le digo que trabajo por Alcázar, devolviendo la ciudad al lugar donde merece y de donde nunca debieron haberla retirado ustedes, con la conciencia tranquila de haber hecho las cosas bien. Yo estoy muy tranquila. Yo no estoy condenada por un delito como este. Yo no soy la que denigré a ningún compañero de Corporación. Yo no soy quien se ha valido de su cargo para firmar una de las peores etapas de Alcázar de San Juan.
Que sirvan estas palabras para poner punto y final a esta cuestión. Pero sí le digo que no continúe usted publicando mentiras o nos veremos otra vez en los Tribunales. Que sirvan estas palabras también, para que todas aquellas vecinas y vecinos que deseen adherirse a ellas le digamos conjuntamente adiós, y para olvidarnos de usted. Porque Alcázar de San Juan se merece borrarle de su memoria colectiva; porque nuestra ciudad se merece a alguien mucho mejor.
Pague con salud, señor Puente.
Amparo Bremard Atalaya
