Fausti Urones Jambrina protagonizó, en la tarde de este lunes, el primero de una serie de encuentros organizados por el IES Juan Bosco y que se prolongarán hasta junio, bajo la denominación “Escuela y sociedad ante el reto de la igualdad de género”. El encuentro del lunes, al que asistieron más de 40 personas, se tituló “La mujer en el callejero de Alcázar” y supuso otra oportunidad para que Fausti Urones compartiera con los asistentes parte de la investigación que llevó a cabo hace algunos años, desde la perspectiva de género, sobre la visibilización de las mujeres en el espacio urbano de Alcázar de San Juan en el marco del Máster en Estudios Interdisciplinares de Género en la Universidad Autónoma de Madrid que realizaba por entonces.
La intervención de esta Catedrática de Secundaria jubilada, vecina de Alcázar de San Juan desde el 79, puso de manifiesto que la ausencia de mujeres en el callejero no se debe a una ideología determinada, sino al peso y vigencia del patriarcado en nuestros esquemas de pensamiento y en nuestros modos de construir la ciudad. Se subrayó la importancia del lenguaje y de su uso, y también la necesidad de poner consciencia y voluntad de transformación para llevar a cabo una revolución necesaria, la feminista.
El próximo miércoles 31 de enero, la Biblioteca del IES Juan Bosco acogerá el siguiente encuentro, “¿Por qué todos deberíamos ser feministas?”, dinamizado por Laura Villalba Lucas-Torres, activista y co-fundadora de Las Violeteras de Campo de Criptana. El movimiento feminista y las luchas de las mujeres han sido desvirtuadas a lo largo de la historia fruto de esa misoginia cultural que ha impregnado el inconsciente colectivo siglo a siglo. Si es un hecho que el feminismo es un movimiento social que busca la igualdad real entre mujeres y hombres, ¿por qué seguimos mostrándonos reticentes a reconocernos como feministas? Si vivimos en una sociedad democrática que pretende garantizar los derechos y libertades fundamentales, ¿no deberíamos ser todo/as feministas? Trabajar este aspecto desde lo cotidiano se convierte en una tarea pendiente que todo/as, como sociedad, debemos afrontar.
