OPINIÓN: CARTA ABIERTA A LA ALCALDESA DE ALCÁZAR DE SAN JUAN

Antenas: «No es cierto que el Ayuntamiento no pueda hacer nada»

Por ASUNCIÓN LASO (Coordinadora de la PECCEM, experta en Salud Medioambiental)

Estimada alcaldesa:

Es mi intención reflejar aquí con la humildad que me es característica algunos puntos de vista que espero sirvan para mejorar el conocimiento que usted tiene sobre las antenas y su potencial para dañar la salud de las personas.

En primer lugar, usted no debería aceptar como bueno lo que dice el Ministerio de Sanidad hasta que éste no sea capaz de poner en cuestión una normativa internacional de 1999, que además de haber sido elaborada por un Comité como el ICNIRP fuertemente financiado por las operadoras más potentes de Europa, tenía en ese momento como presidente al prestigioso científico Michael Repacholi, expulsado, eso sí, por la OMS (2005) por trabajar al mismo tiempo para la OMS como alto funcionario y para 4 de las grandes operadoras europeas , trabajillo por el que cobraba 150.000 dólares más dietas por dar conferencias por el mundo hablando de lo inocuas que son las radiaciones de antenas, especialmente para los niños.

Pero le dio tiempo antes de salir de la OMS de dirigir los entresijos de la Normativa Internacional que se aprobaría para desgracia de la población europea en 1999. Le recuerdo que en esa fecha la telefonía se servía de la GSM (móviles 2G) para la comunicación móvil y pare usted de contar, y también que solo se valoraron los efectos térmicos inmediatos de una única llamada de 4 minutos de duración aplicando un móvil a una bolsa de plástico rellena de un gel que les «permitió delimitar» la potencia (SAR) con la que puede emitir un móvil «sin producir daños irreversibles en el cerebro». Para su información, los efectos biológicos demostrados desde hace décadas no se tuvieron en cuenta. La 3G entró por la puerta de atrás y la WiFi como se estaba gestando tampoco se tuvo en cuenta si no fue a posteriori y ya sobre la base de que «todo lo que no fríe es inocuo»

Por si no lo sabía, que es lo que yo supongo leyendo lo que escribe, una normativa como ésta para que sirva para proteger nuestra salud debería haberse actualizado ya unas cuantas veces. El cóctel de frecuencias al que estamos sometidos ahora, no tiene nada que ver con la situación que se daba en 1999. Para cumplir con el objetivo de proteger nuestra salud, debería además incluir factores de riesgo como: la distancia de las personas al mástil, el sexo (embarazadas), edad, (niños, bebés y embriones), estado de salud y por supuesto el nivel de intensidad de inmisión (llegada) de la radiación teniendo en cuenta lo que dicen los expertos, la Resolución del Parlamento Europeo (2009) y la del Consejo de Europa (1815) que pone en entredicho los niveles que mantiene la normativa que actualmente en nuestro país están miles de veces por encima de lo recomendado por los expertos y científicos independientes.

Por no hablar de la necesaria pausa del bombardeo de microondas a la población, al menos mientras dormimos, para que el cuerpo descanse.

Si esto no ocurre, y no tiene pinta de que ocurra, la normativa seguirá sirviendo solamente para calmar a la población con una especie de «mentirijilla canalla» «un placebo» para que no nos comamos el coco y los afectados, muchos teniendo que abandonar sus hogares y trabajo, asumamos la situación con la mayor resignación cristiana posible. La ofrenda de nuestros propios hijos e hijas en este altar de la Telecomunicaciones nos viene impuesta desde arriba, por los que tienen el poder y el control y con la bendición de las autoridades que nos gobiernan que han quedado atrapadas en la ignorancia, la desgana, la corrupción y la influencia de estos COMITÉS que hacen un buen trabajo como usted misma puede observar.

Sería interesante saber hasta qué punto está usted enterada de cuál es el actual estado de la ciencia al respecto. Así podríamos valorar mejor sus opiniones sobre la inocuidad de estas antenas. Es muy posible que usted no sepa que:

1) el Informe Bioinitative fue publicado por tramos en 2007, 2012, 2014 con un total de 4400 estudios con evidencias sobre daños que este tipo de radiación puede causar en humanos en el sistema endocrino, cardiovascular, cerebral, neurológico, sistema inmunitario y, etc., y sobre su capacidad para iniciar procesos cancerígenos.


2) La IARC (Agencia de Investigación sobre el Cáncer, por sus siglas en inglés) clasificó este tipo de radiación en la categoría 2B, es decir «posible carcinogénico para humanos» en mayo de 2011. Usted no debería hacer como si esto no hubiera sucedido.


3) Entre los muchos otros estudios publicados, están 130 estudios de calidad sobre el daño en el ADN que puede causar la exposición a RF, uno de ellos, El Proyecto Europeo Reflex, estudio concluyente (2004), que muestra que la radiación de los teléfonos móviles penetra en el ADN rompiendo enlaces cuya importancia desconocemos en profundidad gracias a que con este resultado la UE junto con las operadoras que financiaban generosamente este proyecto decidieron cancelarlo y enviar a los científicos de siete países a casa, incluido el equipo español dirigido por el Dr. Úbeda (Ramón y Cajal).


4) Hay estudios epidemiológicos (pocos, pero los hay) publicados que muestran que en un radio de 300 m. (estudio Laila. Publicado en Avaate) y 400 m (estudio Israelí, publicado en Avaate) a antenas, los casos de cáncer se multiplican por casi tres y casi cuatro veces respectivamente con respecto a lugares parecidos que sirvieron de grupo de control y que no tenían antenas a esas distancias,


5) La electrohipersensibilidad (EHS) es una enfermedad o discapacidad funcional según Suecia que la tiene reconocida, provocada por la exposición a la radiación que emiten antenas, ya sean instaladas en el exterior o en el interior


6) El 85% de las personas afectadas por la electro-hipersensibilidad (EHS) son mujeres


7) Aumentan los casos de niños y adolescentes aquejados de EHS


8) Aumentan los suicidios en personas EHS en estadio avanzado porque no soportan los síntomas que pocos están en condiciones de valorar y entender en nuestro país, donde los políticos como usted defienden la inocuidad de esta radiación sin valorar al menos las consecuencias que de su apoyo pueden derivarse para las personas de su entorno a quienes usted como poco les debe respeto y esto solo puede conseguirlo informándose como le corresponde de fuentes incuestionables sobre este tema del que usted parece no saber nada, o peor estar muy mal informada.


9) la publicación de la Resolución del 2008/2009 del Parlamento Europeo, la Resolución 1815 del Consejo de Europa, y la declaración de 2011 de AEMA (Agencia Europea del Medio Ambiente)


10) la denuncia de 200 científicos ante la ONU y la OMS del peligro que supone esta exposición crónica y sin vigilancia sobre niveles de radiación que superan de forma salvaje lo recomendado por los expertos.


11) la denuncia de otros 180 científicos por la imparable implementación de la 5G sin haber hecho previamente un estudio de impactos ambiental sobre la salud de las personas y seres vivos en general. Podría seguir, pero no quiero aburrirla.


12) En cuanto a quienes asesoran e informan a los ayuntamientos de España, la FEMP no debería ser para usted ni para ningún otro representante de cualquier ayuntamiento de España la fuente correcta. Se han echado ustedes malos compañeros de viaje si entre sus objetivos está proteger la salud de la población frente a la radiación de antenas de telefonía móvil.


    A ver si puedo echarle una mano para que pueda usted valorar la idoneidad de los comités a quienes usted encomienda algo tan importante como es nuestra salud.


    La FEMP(Federación Española de Municipios) está asesorada técnicamente por el SATI, un servicio subordinado a su vez a los dictámenes del Comité CCARS (Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud) cuya dirección es ostentada «por el Dr. Francisco Vargas, que no es un auténtico experto y su principal dedicación ha sido la de escribir artículos divulgativos sobre la materia (sus artículos opinan sobre el trabajo realizado por otros investigadores)» (ver: www.avaate.org/spip.php? article2710), pero que le dio currículo suficiente para ser durante muchos años responsable del Área Biomédica del SATI. Lo que deja claras las pocas exigencias que tiene el Comité en esta cuestión de la salud.


El CCARS en la actualidad se encuentra bajo la coordinación del COIT (Colegio Oficial de Ingenieros de telecomunicación), que asumió toda la gestión del Comité (CCARS) y renovó su estructura y composición. Es por tanto un órgano dependiente de un Colegio Oficial directamente implicado por el interés de desarrollar todas estas nuevas tecnologías. No se trata de ningún organismo, como la Organización Mundial de la Salud, que debe velar por nuestra salud» (Avaate).


    Los objetivos confesados en la página del COIT son: ordenar el ejercicio de la profesión y representarla de forma exclusiva ante la sociedad; defender los intereses profesionales de los colegiados; e impulsar al progreso y disposición de las técnicas propias de la profesión». (https://www.coit.es)

De la salud no hablan Sra Melchor, porque no es su tema, ni están preparados profesionalmente para hacerlo. Pero asesoran sobre lo fantástica e inocua que es la tecnología que les da de comer. No sé a usted, pero a mi esto me deja un poco intranquila.

En esta nueva etapa, el CCARS ha apostado por convertirse en «punto de referencia para organizaciones, instituciones, medios de comunicación, etc. a la hora de trasladar a la sociedad las novedades relacionadas con el asunto, estudiando y valorando «desde su punto de vista» la evidencia científica y comunicando los resultados de su trabajo con un lenguaje llano y sencillo» a la población aprovechando que tiene los mejores canales para hacerlo y a las autoridades comiendo de su mano. Es decir, cualquier artículo o estudio publicado pasa por sus manos siendo debidamente «interpretado» y devuelto después a los medios con el bombo y platillo necesario para que lo conozcan los ciudadanos y ciudadanas de este país con las claves acordadas: la salud no está en peligro, no está fehacientemente probada la relación causa-efecto, un estudio no indica nada. Hay que seguir investigando. Esta es la coletilla habitual para curarse en salud. ¿Me sigue, Sra. Melchor?

En cuanto a la independencia que «dicen» tiene el citado Comité, solo hace falta señalar que más que un Comité de Asesoramiento sobre radiofrecuencias y salud parece un entramado bien organizado por las operadoras para llegar a todos los rincones de nuestra sociedad poniendo como objetivo -lo dice CCARS- entrar en las instituciones, comités, universidades, centros de investigación y otras organizaciones nacionales e incluso internacionales ofreciendo asesoramiento a los ámbitos gubernamentales y parlamentarios. No tienen el don de la ubicuidad pero se sirven de todos los instrumentos para estar en todos los sitios más estratégicos a la vez.

Por sus palabras deduzco, primero, que se ha aprendido la lección, pero le falla la memoria en el uso de los términos técnicos. La potencia, Sra. alcaldesa no se envía, es la fuerza en Vatios con la que se envía la señal (radiación) y que hace que llegue hasta una distancia que a veces puede ser superior a un km si no es Wimax, que entonces el radio de acción podría alcanzar hasta los 50 Km.


    Deduzco también que usted no sólo no tiene ni la más mínima idea de los niveles de intensidad de radiación que están llegando a las casas más cercanas a la/las antenas, sino que no se encuentra en condiciones de poderlo valorar técnicamente ni aunque le den números. Si llegan a instalar esas antenas, este déficit que usted tiene tendrá más peso aún en las consecuencias que se deriven. Me estoy refiriendo a peso moral, Sra Melchor, eso de momento. Ëchele la culpa a su ingenuidad, o mejor aún a su falta de empatía y solidaridad con los que van a sufrir las consecuencias de sus decisiones que no están asentadas más que en su poder de dar este sí rotundo a los que verdaderamente mandan.

Por último, una puntualización, mire, no es lo mismo ser asesorado por empresas, comités, o como quieran llamarse que representan los intereses de las operadoras, que por personas que luchan por el bien común y que, con seguridad, tienen una información objetiva y documentada sobre el tema. Y si a usted esto no le vale, déjese asesorar por científicos independientes -los hay- sobre el tema. En la PECCEM pueden darle unos cuantos nombres de profesionales independientes y honestos.


    Preocuparse por y proteger la salud de sus convecinos es algo que le va en el cargo y además en el sueldo, no lo olvide. Es, además un deber moral que usted tiene. Seguir desconociendo algo tan importante para la salud de la población, tendría que semotivo para que usted dejara el cargo que ostenta sin dilación alguna. Sin embargo, seguir con el cuento de la inocuidad sabiendo la mitad de la mitad de la información que yo le escribo aquí -no le pido mucho- puede ser una canallada, un delito contra la salud pública del que usted tendrá que rendir cuentas ante sí misma como poco. Yo, y muchos como yo esperamos que este tipo de delitos sean juzgados como se merecen aunque sean años los que haya que esperar


(Fuentes y documentación:)
Enlace a Resolución 1815 del Consejo de Europa: http://www.peccem.org/DocumentacionDescarga/Legislacion/Resolucion_A_P_ Consejo_ Europa_ 27_05_11_prensa.pdf
Clasificación de los campos electromagnéticos como «posible cancerígeno para humanos». Categoría 2B junto al benceno, las dioxinas, la gasolina con plomo, la lejía, etc.
http://www.peccem.org/DocumentacionDescarga/Legislacion/IARC.WHO_31.05.11_cast.pdf
Página del COIT. https://www.coit.es/
Denuncia de graves omisiones y manipulaciones sobre el informe de Radiofrecuencias y salud de CCARS http://www.avaate.org/spip.php?article2739
Estudio Naila Estudio de la relación antenas y cáncer en un radio de los 300 m. a la estación base. http://www.avaate.org/spip.php? article10
Estudio Israelí que estudio la relación antenas y cáncer en un radio de los 400 metros a la estación base. http://www.av aate.org/spip.php?article9

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