Crónicas desde el corazón de Europa

Deportes de invierno y medallas

Por Javier Mata (El francés)

Bonjour à toutes et tous! No sé cuántos de mis lectores estarán al corriente de los sucedido en los Juegos Olímpicos de Invierno que se están celebrando en Corea. Espero que todos sepan lo de las dos medallas de bronce conseguidas por Regino Hernández en snowboard y Javier Fernández en patinaje sobre hielo, cuatro en toda la historia para nuestro país, tras el oro de Paquito Fernández-Ochoa de esquí en 1972 y el bronce de su hermana Blanca también de esquí, en 1992.

Por comparar, sólo en lo que va de estos Juegos Francia lleva 7 medallas; e Italia, 6. En nuestro país, es cierto, hay 35 estaciones de esquí, frente a las mas de 200 de los países vecinos nombrados y no tengo datos de pistas de patinaje sobre hielo pero imagino que serán parecidas. El problema, sin embargo, trasciende a esa realidad.

Soy amante del esquí, lo reconozco, practico ese deporte de invierno en el que me inicié ya casi a los cuarenta años, pero no me considero inhabilitado por ello para hacer estos comentarios. Recuerdo en mi niñez, cuando las noticias saltaron por las hazañas de un loco llamado Paco Fernandez-Ochoa y su victoria en un deporte que nadie conocía. Como le ocurrió casi por la misma época a otro « loco » llamado Angel Nieto. Entonces, los pocos deportistas que salían eran por « generación espontánea » y « locura ». Muy difícil sobrevivir en un mundo sin apoyo alguno. Eso si, el dictador se apuntaba a la « gloria patria » de unos triunfos que no se programaban. A falta de todo sistema de promoción, se apelaba a la tan manida y estúpida « raza española » (concepto fascistoide por otro lado, como no).

Han pasado mas de 40 años desde que aquel « loco » de la sierra madrileña, sin medios ni apoyos, se colara en una olimpiadas y fuera el hazmereir  de los deportistas de otros países, que no comprendían cómo podía aparecer un tipo así, de un país al que el deporte, como la ciencia y tantas otras cosas, importaban un pimiento y sólo daba eco a la « farándula » del futbol, los toros y el flamenco. Aconsejo al lector que acceda a las memorias de aquel tipo excepcional y como los deportistas americanos, tras su sorpresa y sorna inicial, solo querían entrenar antes de la competición con ese « loco » que tenia el material justo y casi obsoleto, ese genio surgido espontáneamente y que a fuerza de tesón y sus propios escasos recursos, se había colado en Japón para acabar ganando la medalla de oro.

Y la historia se repite, en este caso desgraciadamente. Hoy, salvadas escasas distancias, estamos en situación parecida a la de hace 46 años en tiempos de la dictadura. Hoy, vuelve a surgir un « loco » de Ceuta, un « tal » Regino, que a fuerza de tesón (de nuevo) pero escasos recursos y sin apenas apoyos, gana una medalla en una disciplina deportiva que a nadie importa (y que estoy seguro hasta hace unos días, mas de la mitad de mis lectores no había ni oido). Y poco después sale otro, un « tal » Javier de Madrid, que ha tenido que emigrar a Canada para poder progresar en el deporte para el que es un superdotado, harto de que nadie le hiciera ni caso en su país, y a pesar de haberlo ganado todo a nivel mundial. Y la gente de nuevo, oye hablar de él y su deporte.

Pero se acabó. Porque como a otros deportistas españoles, sus compatriotas les ignorarán en breve. Y por supuesto sus gobernantes, una vez hecha la foto de rigor, y ensalzado su «valor patrio», a través de las redes sociales. Y si quieren seguir tendrán que pagarse ellos el fisioterapeuta, por ejemplo, como le pasa a Mireia Belmonte (aprovecho para recordar que nuestra compatriota es una nadadora que lo ha ganado todo también). Y claro, los países a los que nuestros gobernantes (esos que ensalzan el « poderío patrio » como hacía otro hace años y en otra época)... Los países, decía, a los que los gobernantes se quieren parecer, promocionan, programan, cuidan, patrocinan o favorecen el patrocinio, y enseñan el deporte en general y en particular (al igual que la ciencia, la investigación, etc). Y así, en lugar de ser fagocitados por la « hoguera de las vanidades » de ciertos futbolistas de élite, que es a lo que el « deporte » está condenado en este país, en lugar de ser devorados por la « farándula », en estos países de alrededor, no surge solo algún deportista por generación espontánea que acaba obligado a emigrar (al igual que científicos e investigadores), sino que salen de manera reglada, como saldrían en nuestro país en lugar de «perderse» muchos chavalas y chavales con aptitudes.

El deporte es básico en la educación de nuestros jóvenes, como lo son los valores de la ciencia y el conocimiento. Pero su lugar está ocupado por la telebasura, la exaltación de los que «triunfan» por no hacer nada (mas allá de su «guapura») y por el consentido «botellón». Y así pasa, que en 46 años no ha cambiado prácticamente nada. Bon Courage!

Más en Opinión
Entrando en la página solicitada Saltar publicidad
Advertisement