El padre Ángel se interesa por los internos de la prisión de Alcázar y recibe el reconocimiento de los "Templarios Solidarios"

El padre Ángel García Rodríguez, fundador de la ONG Mensajeros de la Paz y conocido por todos simplemente como “padre Ángel” ha visitado esta mañana Alcázar de San Juan, invitado por la asociación “Templarios Solidarios”, para conocer el centro penitenciario y trasladar a la población reclusa un mensaje de ánimo y afecto.

En la entrada de la prisión, el padre, que ha llegado acompañado por el presidente de los Templarios Solidarios de Alcázar, Miguel Ángel Darriba, médico del centro penitenciario, ha sido recibido por el director, Juan Antonio Ramírez (miembro también de los Templarios Solidarios en Alcázar) y ha podido saludar a varios voluntarios del grupo pastoral penitenciario de Cáritas que trabaja altruistamente en este centro, así como al capellán Ambrosio León.

El padre Ángel se ha mostrado muy contento de poder trasladar el mensaje del Papa Francisco a los internos de esta cárcel, “porque hay que ponerse en la piel de los demás para conocer de verdad el sufrimiento que están padeciendo”. Ha recordado la necesidad de afecto y amor que presenta actualmente la sociedad y ha incidido en ese mensaje fraternal como mejor manera de resolver cualquier conflicto.

Respecto a los Templarios Solidarios, a quienes conoce desde hace años y con quienes mantiene una buena amistad, según ha dicho, tanto en España como fuera de ella, ha alabado su labor social y ha recordado que el espíritu del temple siempre persigue el bien de los demás, especialmente de los más necesitados. Elogios que también ha dirigido al grupo de voluntarios de Cáritas que trabaja en esta cárcel y a todas las personas, sean o no católicas, que colaboran para ayudar y trasladar afecto a los internos de los centros penitenciarios.

Finalmente, contestando a preguntas de El Semanal, en relación al reconocimiento que va a recibir hoy mismo de manos de los Templarios Solidarios, durante un almuerzo previsto en el restaurante Torrent, el padre Ángel se ha mostrado agradecido, aunque, según ha matizado, “el mejor reconocimiento que me pueden dar es un beso o un abrazo, lo demás está muy bien y es de agradecer, pero sólo vale para ponerlo en la pared o en un mueble del despacho. Para mí, el mejor reconocimiento es poder recibir y dar el amor a los demás”.

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