La edición impresa de El semanal publicó el 16 de marzo de 2018 insertaba un artículo de opinión titulado «Crónicas desde el corazón de Europa: La educación, garantía de futuro.» en el que el autor, Javier Mata («El francés»), afirmaba que la Universidad de Salamanca, de la cual se celebra este año su VIII centenario, era la fundación más antigua de la Universidades españolas.
No voy a entrar en el resto del artículo, del cual se podrían matizar algunas cosas. Me interesa puntualizar la afirmación que realiza sobre la Universidad más antigua de España.
A poco que hubiera indagado el autor por internet, se hubiera dado cuenta enseguida que la Universidad más antigua situada en suelo español no es Salamanca, sino Palencia.
Efectivamente, las primeras escuelas catedralicias constituyen los antecedentes de las Universidades y será alrededor de la Catedral de Palencia donde se crea el «Studium Generale de Palencia» el año 1208. El rey Alfonso VIII de Castilla otorgó reconocimiento oficial a este Studium destacándolo como centro de estudios superiores de excelencia y concediéndole una renta anual. Estos Estudios Generales de Palencia se inician a la par que Bolonia, Oxford, París o Cambridge. Santo Domingo de Guzmán, creador de la Orden de los Dominicos, fue uno de sus estudiantes en 1184, Gonzalo de Berceo estudió entre los años 1222-1227 y nombra en sus obras al Obispo Tello Téllez de Meneses como fundador.
Los alumnos de la Universidad de Palencia salían con el título de licenciados en Teología y Artes, tras cursar los dos ciclos de enseñanza que existían: el Trivium (Gramática, Retórica y Lógica) y el Quadrivium (Aritmética, Geometría, Astronomía y Música).
El Studium Generale de Palencia destacó también por sus estudios jurídicos complementarios, que contaban con lecciones de algunas de las principales eminencias de la época.
Sin embargo, el fallecimiento de Alfonso VIII en 1214 trajo consigo el declive del centro, sobre todo cuando su sucesor, Alfonso IX, decidió trasladar la universidad a Salamanca en 1218.
Finalmente, el Estudio General palentino terminó por desaparecer ante la competencia de las universidades de Salamanca y Valladolid. No obstante, constituyó un precedente que serviría de ejemplo a otras universidades históricas como la de Sevilla, la de Girona, la de Alcalá de Henares o la de Valencia.
