El colectivo ocupa “Cso La Idea”, instalado desde hace aproximadamente un año en el cuartel de zapadores de Renfe abandonado cercano al cerro de San Isidro de Alcázar de San Juan, ha desmentido y negado con rotundidad, a través de las redes sociales, que se dedique a organizar fiestas, raves u otras actividades lúdicas con ánimo de lucro para jóvenes; además de dejar claro que su actividad no tiene nada que ver con el consumo de drogas o sustancias ilegales.
El Semanal se ha desplazado esta tarde hasta el antiguo cuartel (que también fue centro de tratamiento integral para toxicómanos hasta aproximadamente el año 2015) para conocer in situ las actividades que allí se llevan a cabo y hablar con los responsables del colectivo ocupa, para conocer su opinión sobre las declaraciones e información que esta mañana ha trasladado a los medios de comunicación la alcaldesa, quien ha explicado que el sábado pasado se instaló un control policial en el acceso al antiguo cuartel para identificar y vigilar a los vehículos y personas que se disponían a asistir a un concierto organizado por el colectivo ocupa.
Aunque nos han atendido a través de la valla y han preferido no hacer declaraciones, sobre todo porque, tal y como han señalado, funcionan mediante un proceso asambleario en el que las decisiones las adopta la asamblea, es decir el colectivo, se han mostrado interesados en aclarar que “Cso La Idea” es un “espacio de participación ciudadana para estimular el encuentro social y cultural y fomentar así una ciudadanía activa y crítica, capaz de tomar por sí misma sus propias decisiones”. Un colectivo dispuesto “a seguir trabajando por la cultura alternativa y por los colectivos más desfavorecidos, a través de la autogestión, la solidaridad y el apoyo mutuo”. Reconocen que la ocupación de las dependencias de Adif “puede ser ilegal”, pero se muestran convencidos de que no están causando ningún daño ni a la sociedad, ni al propio inmueble, totalmente abandonado y en avanzada fase deterioro cuando decidieron ocuparlo.
Respecto a las actividades que realizan insisten en que no son fiestas, ni raves donde se consumen drogas o alcohol, sino actividades sociales, culturales no lucrativas, que, según ellos, “el Ayuntamiento conoce a la perfección desde hace tiempo”.
