Acuífero 23, sin macrogranja

Por la Plataforma Acuífero 23 sin macrogranja

El pasado Sábado 28 de Abril, una serie de colectivos, ciudadanos y ciudadanas de Alcázar y de otras localidades de la comarca celebramos una reunión informativa ante la posible instalación de una macrogranja porcina en el término municipal de nuestra localidad. Se trata de un tipo de ganadería industrial que nada tiene que ver con la ganadería tradicional de nuestra región, es un tipo de ganadería intensiva que afecta negativamente a las aguas subterráneas de las que se abastecen muchos municipios de la comarca. En Europa son conscientes de los daños para la población, el medio ambiente y el bienestar animal que provoca esta actividad ganadera y, desde hace años, muchos países han endurecido la legislación que regula estas prácticas, por lo que la industria porcina ha ido buscando países y regiones con legislación más permisiva y menor control sobre su actividad, eligiendo a España como país de destino, donde al calor de las subvenciones se han ido implantando primero en Cataluña, después en Aragón, Segovia, Murcia y ahora en Castilla-La Mancha. Por poner un ejemplo, Cataluña ya tiene contaminados por nitratos el 41% de sus acuíferos a causa fundamentalmente de este tipo de prácticas ganaderas. (Fuente: Agencia Catalana del Agua). La principal fuente de contaminación son los purines que se generan en estas explotaciones, que no son otra cosa que aguas residuales formadas por las heces y los orines de los animales, con alto contenido en nitrógeno y fósforo. Cuando las aguas subterráneas alcanzan determinado nivel de nitrógeno, dejan de ser potables.

Las macrogranjas son el modelo “low cost” de la carne y suponen un peligro para nuestro campo, nuestra salud, el medio ambiente y los animales. Tienen un nulo impacto en las economías locales, ya que al estar altamente automatizados todos los procesos, no se generan puestos de trabajo. La falsa promesa de beneficio para la localidad, se transforma con el tiempo en una carga difícil de soportar para los ayuntamientos, que se ven obligados a realizar fuertes inversiones para mitigar los efectos negativos de esta actividad pseudoindustrial. Es una actividad especulativa, cuya producción se destina principalmente a la exportación al mercado asiático, y donde los beneficios económicos no se quedan en nuestra localidad, aquí solo se queda el problema de los residuos y la contaminación. La ganadería tradicional, en cambio, crea cuatro veces más empleo y sus efectos económicos si revierten en la comarca.

Volviendo a Alcázar de San Juan, hay que decir que esta macrogranja se va a instalar en una zona declarada vulnerable a la contaminación por nitratos por la propia Junta de Castilla-La Mancha, con el consiguiente riesgo para el abastecimiento de agua potable. La explotación está situada a pocos kilómetros de Cinco Casas, de Llanos y de los pozos de Las Perdigueras y de los Romeros, de donde se extrae agua potable para los municipios de Alcázar de San Juan, Manzanares y Membrilla, lo que consideramos una temeridad. No es una cuestión menor, en nuestra comarca dependemos totalmente de las aguas subterráneas para abastecernos de agua potable, para el sostenimiento de su actividad económica y de todo su patrimonio cultural. Otras comarcas cuentan con la alternativa de abastecerse de grandes ríos, la nuestra no. La proliferación de macrogranjas supone añadir al, ya sobreexplotado, acuífero 23 una nueva penalidad, que nos terminará afectando directamente. Al riesgo de contaminación, se añaden además otros efectos negativos para las poblaciones más cercanas, como son la generación de malos olores y la proliferación de insectos y roedores atraídos por el pienso con el que se alimenta a los cerdos. Durante este mes de abril hemos informado y animado  a todas las asociaciones, colectivos y personas de la comarca sensibilizadas con este asunto a presentar alegaciones y mostrar su oposición a la instalación de esta macrogranja en nuestra localidad.

Como alternativa, proponemos un nuevo modelo para el sector agroalimentario de nuestra región, que pase por potenciar la agricultura ecológica, la producción de calidad de las pequeñas explotaciones familiares, que fije población en el medio rural y apoye la ganadería extensiva, ecológica y local, en definitiva un modelo que respete nuestra salud, el medio rural, el clima y los animales. Un modelo sostenible que ayude a mejorar las condiciones de vida de las personas que viven del sector agrario y, en consecuencia, de la economía local.

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