ENCUENTROS EN LA CASTELAR

Hoy con Ana Badía Belmonte (Socióloga, Ferroviaria, Melómana y Viajera)

Por Antonio Leal Giménez

Muy abuela, es todavía capaz de  recorrerse la calle de la Santísima Trinidad, donde vivió, con los ojos cerrados y evocar todas los vecinos de los edificios por donde va pasando. Se emociona recordando su antigua casa y, hasta llora, delante de la imagen de Jesús de Nazareno.

Extraordinariamente sensible al arte, y a la música – Beethoven, Mahler y Leonard Cohen son sus músicos favoritos-, su apellido paterno es de origen catalán y el materno muy manchego. Durante su etapa profesional se ganó una alta reputación y su imagen denota una fuerte personalidad. Participa activamente en foros sociales, dada su preocupación por las personas más desfavorecidas y tiene una gran experiencia en mercados internacionales. Mujer de ideas propias y fuerte carácter, cercana  y muy dialogante.

En ella prima una mente analítica (es licenciada en Ciencias Políticas y Sociología), un sentido del deber extremo y un gran autocontrol que le impide perder la compostura. Muy trabajadora y tenaz tiene una larga carrera profesional en RENFE.Inteligente, con habilidad verbal y de mente abierta, ingeniosa y con una imaginación muy creativa,es capaz de sacar tiempo para que todas las facetas de su vida -profesional  y privada- discurran con esmero.Nuestra conversación comienza en un banco sentados frente a la antigua farmacia "Moderna".

PREGUNTA.: Cuando terminaste tus estudios de bachillerato, te marchaste a Madrid para no volver... ¿Cuáles son los recuerdos más entrañables que guardas?

R. Uno nunca se marcha para no volver, aunque siempre quise escapar. Alcázar se me quedaba pequeña. Mario Benedetti, decía que: "La infancia es un privilegio de la vejez". Yo iría más atrás. Para mí es un privilegio ya de la juventud y de la primera madurez. Pero no creo que recuerde mi infancia como realmente fue, sino como me gustaría que hubiera sido. Y no deslindas realidad y ficción. Exactamente como en el proceso de escribir. No sé por qué la recuerdo actualmente con más claridad que nunca». A mí me ocurre tres cuartos de lo propio. Cuando una es abuela y se acerca cada vez más a vejez, más me percato del privilegio de volver a ser como un niña.

P. En las escasas visitas que has realizado a Alcázar de San Juan ¿Cómo percibes nuestro pueblo desde un punto de vista sociológico?

R. Desde una perspectiva poco rigurosa, en cuanto al método de análisis, me parecía que no se habían producido grandes cambios. Y eso era, a nivel personal muy agradable. Te hacía sentirte en casa. Esta sería una apreciación de carácter intimista. En una más social veo inmovilismo en las formas y relaciones sociales

 

 

P. ¿Qué te llevo a estudiar sociología? Desde tu punto de vista, ¿Cómo defines la sociología? En general en cualquier colectivo ¿Qué imagen transmite un sociólogo?

R. Cuando llegó el momento en el que tenía que tomar una de las decisiones más importantes de mi vida ¿qué carrera iba a estudiar? No fue fácil. Decidir entre lo que quería hacer y lo que las circunstancias personales imponían Y realmente fue el azar lo que me llevó al campo de las humanidades, en concreto, al estudio de las ciencias sociales. Realmente lo que quería estudiar era Medicina. Las circunstancias me llevaron a cambiar de idea cuando me dí cuenta que lo que me atraía y mucho era el estudio del comportamiento humano y llegar a conocer lo que pasaba en el mundo y tratar de entender las causas. Para mí la sociología es el estudio de cómo se organiza la sociedad y la forma en que las personas experimentamos la vida. Es un grado que dirige la atención a la forma en que los sectores de la sociedad encajan entre sí y cambian, así como las consecuencias de ese cambio social. En su momento me proporcionó instrumentos y habilidades necesarias para tomar un papel más activo en la creación, la participación, en la promoción y la gestión de grupos. Lo cierto es que persisten diferentes visiones entre los propios sociólogos, lo que permite comprender que entre los ciudadanos existan confusiones y ambivalencias sobre el papel del sociólogo y lo que de él se espera.

P. ¿El estudio de la carrera te ha facilitado un mayor conocimiento de las humanidades y más específicamente el de posibilitar y facilitar un mejor entendimiento de las personas?

R. Cuando era estudiante, uno de mis profesores nos aconsejó a los alumnos algo que me quedó grabado: "Cuando una persona os explique sus problemas, no le digáis: 'No te preocupes'. Ésas son las palabras más absurdas que podéis pronunciar. Lo paradójico del asunto es que esa expresión está cargada de nuestras mejores intenciones. El hombre necesita de la sociedad para nacer, para vivir en grupo, para desarrollarse. Ni uno, ni otro pueden ser comprendidos de manera independiente. Me ha proporcionado a entender que es mejor escuchar antes de aconsejar, a no precipitarme en aconsejar, que es mejor escuchar y preguntar mucho antes de hacerlo, a frenar mis impulsos antes de juzgar, a tomarme el tiempo necesario para valorar una decisión... Si, efectivamente me ha ayudado mucho a entender mejor a las personas.

P. ¿Qué cambios más importantes consideras que ha transformado a la sociedad en general? Alcázar de San Juan ¿qué cambios más significativos resaltarías de la que viviste?

R. Yo creía, ahora lo estoy dudando debido a los acontecimientos políticos que estamos viviendo, que nos habíamos convertido en una sociedad tolerante y casi moderna. Alcázar siempre me ha parecido una sociedad muy tolerante si la comparábamos con las poblaciones de su entorno. Desgraciadamente no tengo elementos de juicio en la actualidad. Espero que siga siendo tolerante y progresista.

P. Si los políticos deberían gobernar por el bien común y en nombre de la mayoría, ¿cómo es posible que algunos se empeñen en hacerlo en contra? ¿Vivimos en un país gobernado por una élite que no entiende a los ciudadanos? ¿Debe el ciudadano involucrarse en la política?

R. Son tres preguntas importantísimas en una. Por supuesto que el ciudadano tiene el derecho y el deber de implicarse en la res publica. Creo que los ciudadanos hemos hecho una dejación de nuestras responsabilidades y hemos permitido a los gobernantes que gobiernen para si mismos; no me estoy refiriendo solamente a los graves problemas de corrupción sino a un sistema endogámico que propicia la corrupción y un modelo de vida muy individualista y muy poco social desinteresado de la cosa pública.

P. ¿Tiene España un problema educacional básico que la democracia no ha sabido solucionar?

R. La democracia ha conseguido que al menos en términos cuantitativos, toda la población española tenga la misma educación básica, algo impensable en épocas anteriores. Sin embargo estamos asistiendo a una estratificación en los niveles educativos en clara correlación con la clase social y el nivel económico familiar.

Y en cuanto a los contenidos, la honda crisis en la enseñanza de las humanidades es una batalla perdida. A nuestros gobernantes no les interesa lo que se entiende como formación cultural del ciudadano que abren horizontes mentales.

P. Las bases del actual Estado del Bienestar en las sociedades contemporáneas se sigue apoyando en la familia…, de forma general ¿Sigue funcionando el esquema hombres proveedor/mujer cuidadora?

R. Quiero pensar que No. Las mujeres llevamos mucho tiempo peleando por que esa situación cambie. Pero la sociedad como tal pretende mantener la situación como está y si puede, que sea más regresiva haciendo tremendamente difícil abandonar ese rol. Por todo esto las mujeres no podemos bajar la guardia y es imprescindible la implicación de los hombres en todas las actividades de un grupo familiar, tanto en las proveedoras como en las cuidadoras. Y por supuesto, un cambio radical en los lenguajes, mensajes y roles que llegan a través de la publicidad y de los medios

 

 

P. La representación de lo femenino en El Quijote ocupa un lugar predominante. En su lectura podemos observar conflictos relacionados con la libertad, la dignidad, el deseo, el sexo, la aventura, la tragedia, la venganza... Cuál sería, en un ejercicio de creatividad, la visión que tendría Cervantes de la mujer en el momento actual?

R. Honesta, hermosa, discreta, pero sobre todo libre. Aunque deja en el aire el destino final, manifiesta un modo de libertad, no solo personal, sino también imaginativa. Sus reivindicaciones literarias eran continuas cuando socialmente la mujer solo servía para reproducir. Ya anunció que el hombre y la mujer deberían gozar de posiciones de equidad el uno respecto al otro.

 

 

P. A pesar de los logros en materia de igualdad en las últimas décadas, parece que el patriarcado se regenera…¿Cuál sería el estado de salud del patriarcado en el momento actual? ¿Hacia dónde se encamina nuestra sociedad en materia de igualdad de hombres y mujeres?

R. Tendría que encaminarse hacia una situación de igualdad y no creo que estemos viviendo una regresión, aunque hechos recientes acompañados de unas manifestaciones ofensivas no presagian nada bueno. Y como en todas las luchas por la igualdad hay que seguir en la brecha. Las mujeres y los hombres deben implicarse activamente con actitudes en el seno de la familia que, de hecho, modifiquen los roles tradicionales. Y por supuesto con legislaciones igualitarias

P. En los últimos tiempos se habla mucho sobre conciliación: personal, familiar, laboral…¿Qué ha aportado este concepto? ¿Cómo está siendo la incorporación de los hombres al ámbito de los cuidados? ¿Cómo se pueden eliminar los conflictos provocados por los usos del tiempo?

R. Afortunadamente y en mi entorno, entendido en un sentido amplio, la situación ha cambiado radicalmente en el medio familiar. Queda un largo camino para lograrlo en el ámbito profesional. Y ahí si son importantes las medidas legislativas, entre otras,  una modificación de los horarios laborales equiparándolos con los de los países de Europa.

P. Respecto a las desigualdades sociales ¿Por qué persisten pese a las mejoras en la educación y en la calidad de vida?

R. Creo que existirán siempre; siempre habrá ricos y pobres. Decía más arriba que se está produciendo una estratificación educativa en consonancia con las clases sociales y no creo que vayan a desaparecer las desigualdades sociales. Independientemente del sistema político que se tenga. Pero los ciudadanos no podemos permitir que nos arrebaten los logros sociales y hemos de pelear por ampliarlos

P. La austeridad es pobreza para la mayoría y riqueza para unos pocos. Los sociólogos aceptáis que, en estos momentos, no hay alternativa viable al capitalismo. ¿La falta de confianza en los políticos es un fenómeno a nivel mundial? ¿Desde tu punto de vista cuál es la situación en España? ¿Se puede conseguir que llegue a su fin el divorcio entre poder y política?

R. No sé si se podrá conseguir, pero si que hay que pelear para lograr un acercamiento. Los poderosos siempre querrán influir en la política en su propio beneficio, lo han hecho así a lo largo de la historia; los ciudadanos y los políticos que nos representan debemos impedirlo.

P. Si los refugiados son tan parecidos a nosotros, ¿por qué reaccionamos con pánico en vez de empatía?

R. Quizá porque es un espejo en el que no nos gusta mirarnos. Nos recuerdan que no hace tanto tiempo, éramos nosotros los que teníamos que marchar a la Europa rica a realizar los trabajos que los ciudadanos europeos no querían hacer.

 

 

P. Hoy en día todo el mundo puede mostrar lo que hace ante un público bastante extenso gracias a las redes sociales. Aún así, ¿Crees que el hecho de que ahora tengamos más información y contacto con los demás favorece o desfavorece nuestras relaciones personales?

R. Desde mi punto de vista, las perjudica si se utilizan, como está sucediendo en capas cada vez más amplias de población, en sustitución de las relaciones personales. La falta de diálogo real va a llevar al empobrecimiento moral y cultural de la sociedad y hacia un egoísmo/individualismo que puede llegar a ser peligroso para la sociedad.

P. El sociólogo Zygmunt Bauman, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en el año 2010, en su discurso durante la ceremonia de entrega dijo de Cervantes: "Cervantes fue el primero en conseguir lo que todos los que trabajamos en las humanidades intentamos con desigual acierto y dentro de nuestras limitadas posibilidades". Como manchega y socióloga ¿cuál es tu opinión de tales afirmaciones?

R. ¡Como me voy yo a atrever a contradecir al Profesor Bauman y a Don Miguel¡ Por supuesto que lo intentamos aunque no sé hasta qué punto lo conseguimos.

P. Cervantes abrió el camino donde nos indica que vivimos en un mundo donde la única certeza es la incertidumbre, en la que los ciudadanos estamos destinados a intentar comprendernos a nosotros mismos y a los demás

R. El ser humano es el único que encuentra dificultades para ser lo que es, y el solo hecho de vivir le comporta dificultades. Cervantes introduce un elemento inahabitual de incertidumbre en un mundo dogmático. En El Quijote todo es incierto desde la primera línea. La libertad es algo imprescindible y aquella sociedad que no sea libre, nunca podrá encontrar una convivencia feliz si no acepta ese principio.

P. ¿Es verdad que, a veces, casi siempre, soñamos con un mundo donde las decisiones pueden tomarse sin la tarea de intentar comprenderlas? ¿Miramos muchas veces sin llegar a ver?

R. Debemos admitir que muchas decisiones sencillas y cotidianas se ejecutan sin reflexionar mucho, dado que éstas ya están programadas. En muchos casos se aplica el sentido común. El problema surge cuando los individuos no somos capaces de utilizarlo. Las consecuencias hacen perder recursos, tiempo y oportunidades.
Mirar es sentir, es emplear nuestra alma, y eso es algo que los hombres no hacemos en la mayoría de las ocasiones, salvo los poetas, artistas, etc...  Y es que todos deberíamos aprender no sólo a mirar, sino también a escuchar.

 

 

P. Respecto al futuro ¿Optimista? ¿Pesimista? ¿Qué mensaje de despedida le manifiestas a los ciudadanos de Alcázar de San Juan?

R. El Futuro, optimista¡ aunque con grandes dificultades. No nos lo van a regalar. Pero yo soy una firme defensora del trabajo y el esfuerzo. Y mi modesto mensaje de despedida para los ciudadanos de Alcázar es de ánimo ante un futuro difícil pero del que todos somos responsables solidarios

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