“Nos alivia que estas 629 personas sean acogidas en nuestro país. Entre ellas hay 123 niños solos o no acompañados que nos preocupan particularmente.
Los niños solos o no acompañados son especialmente vulnerables a la trata de seres humanos y a la explotación sexual. No debemos dejar que Europa se deshumanice y cierre los ojos ante una realidad de la que nos separan escasos kilómetros.
Tener a la deriva a estas personas incumple los mínimos estándares de derechos humanos y asistencia humanitaria. Los pasajeros del Aquarius buscan, como tantos otros que llegan a las orillas de Europa, una oportunidad lejos de los conflictos y de la pobreza sofocante.
Como país, al igual que la mayoría de nuestros vecinos europeos, llevamos tiempo incumpliendo muchos de los compromisos alcanzados en materia de refugiados y migrantes. No se están utilizando los mecanismos previstos para reasentar o reubicar a niños en condiciones de seguridad, y tampoco se están facilitando nuevas vías legales y seguras que impidan que se sigan perdiendo vidas en el mar.
La mayoría de estos niños han realizado un viaje largo y en condiciones penosas. Es fundamental conseguir una derivación rápida a residencias, familias y hogares donde estos niños no acompañados puedan recibir cariño y un tratamiento especializado. Tal y como ha señalado el Comité de los Derechos del Niño, es urgente que España aumente y mejore la calidad de la atención del sistema de protección de menores”.