"Almuerzos con Don Quijote", organizado por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan

José Manuel Lucía: "el Quijote es un manual de vida"

El profesor José Manuel Lucía Megías es catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid, Presidente de honor de la Asociación de Cervantistas, especialista en iconografía del Quijote siendo director del Banco de Imágenes del Quijote: 1605-1915 y en la actualidad director de la Red de Ciudades Cervantinas. Su producción literaria es excepcional y es autor de una reciente, reputada y exitosa biografía sobre la vida de Cervantes

El pasado sábado 16 de junio la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha tenido el enorme placer de recibir  como invitado al profesor José Manuel Lucía Megías para participar en la actividad denominada  “Almuerzos de don Quijote”, que la asociación alcazareña viene organizando en los últimos años, en la que personajes relevantes del mundo cervantino vienen a nuestra ciudad a departir unas horas con los asociados y en las que alrededor de unos platos típicos manchegos el invitado habla de su experiencia y relación con Cervantes y su obra.

José Manuel Lucía Megías es  catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid, coordinador académico del  Centro de Estudios Cervantinos (desde el año 1999 hasta el 2014) y vicedecano de Biblioteca, Cultura y Relaciones Institucionales de la Facultad de Filología de la UCM. Además, dirige la plataforma literaria Escritores complutenses 2.0​ y la Semana complutense de las Letras de la Universidad Complutense de Madrid (desde el año 2010).​ Como Filólogo Románico, se ha especializado en libros de caballerías, crítica textual, humanidades digitales y en iconografía del Quijote, siendo el director del portal Banco de imágenes del Quijote: 1605-1915.​ En la actualidad es presidente de honor de la Asociación de Cervantistas y vicepresidente de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval. En abril de 2017 ha sido nombrado director de la Red de Ciudades Cervantinas (de la que es el promotor, red que conecta una serie de ciudades vinculadas con la vida y obra de Cervantes, desarrollando actividades culturales o turísticas en torno al autor y de la que forman parte las ciudades de Alcalá de Henares, Argamasilla de Alba, Arganda del Rey,  Argel, Azul, Baeza, Barcelona, Ciudad Real, Córdoba, Daganzo, El Toboso, Esquivias, La Puebla de Cazalla, La Roda, Lisboa, Madrid, Montevideo, Sevilla, Toledo y Valladolid).

Su producción científica es excepcional, habiendo publicado cerca de treinta libros (muchos de ellos sobre Cervantes y el universo cervantino) y más de doscientos artículos y estudios; así como su producción literaria entre las que destacan sus obras de poesía:  Libro de horas, Prometeo condenado, Acróstico, Canciones y otros vasos de whisky, Cuaderno de bitácora, Trento, Tríptico, Y se llamaban Mahmud y Ayaz y Los últimos días de Trotski (recogidos en el volumen El único silencio. Poesía reunida (1998-2017). En el año 2018 ha publicado: Versos que un día escribí desnudo, además de diversos poemas en antologías​ y revistas poéticas; pero sobre todo es autor de una biografía de Miguel de Cervantes de la que hasta ahora se han publicado dos tomos: La juventud de Cervantes. Una vida en construcción (Madrid, EDAF, 2016) y La madurez de Cervantes. Una vida en la Corte (Madrid, EDAF, 2016), siendo una de las mejores y más documentadas que se han escrito  hasta la fecha y de la que en septiembre se presentará su tercera y definitiva entrega: La plenitud de Cervantes (Madrid, EDAF, 2018).

El currículum de Lucía es excepcional, siendo además comisario de una docena de exposiciones entre las que podemos destacar la que se celebró entre el 4 de marzo y el 29 de mayo de 2016, “Miguel de Cervantes: de la vida al mito” (1616-2016), que tuvo una gran repercusión siendo la más visitada de la Biblioteca Nacional de España, en Madrid, en la que se expuso la partida de bautismo del Miguel de Cervantes de Alcázar de San Juan y a la que asistieron miembros de esta Sociedad, corroborando su altísimo nivel.

Precisamente en su visita a Alcázar, Lucía tuvo ocasión de consultar con detenimiento la partida de bautismo del Miguel de Cervantes de Alcázar de San Juan  en el archivo parroquial de la iglesia de Santa María de esta ciudad, visitando también la pila bautismal que todavía se conserva.

A lo largo del almuerzo los socios pudieron disfrutar del conocimiento inabarcable de Lucía -que además es un gran conversador- en el que dijo que el Quijote es un manual de vida y que esta es la forma de acercarse a su lectura, tratando de comprender las enseñanzas que en él se encierran y tratando de sacar provecho de las mismas para aplicarlas en nuestra propia vida personal.

Expuso que para acercarse al Quijote no hay que perder de vista los libros de caballerías –aunque la novela cervantina pretenda denostar un tipo particular, conocidos como libros de caballerías de entretenimiento- porque muchas de las cosas que en él ocurren tienen una perfecta explicación si antes se conoce el mundo caballeresco. Hasta tal punto es así,  que si antes se tiene un conocimiento previo de los libros de caballerías se puede apreciar que  Cervantes no inventa nada, sino que da una vuelta de tuerca a los mitos de este tipo de literatura y hace a los personajes totalmente verosímiles (es decir que sus acciones obedezcan a una lógica), otorgándoles una fuerte voluntad, a Alonso Quijano la voluntad de ”querer ser” el hidalgo que debe ser (el caballero que sirve a los demás y deshace los entuertos) y a Sancho Panza el escudero fiel que no quiere abandonar a su señor a pesar de las dificultades.

El gran mérito de Cervantes no fue crear sus personajes (estereotipos que ya existían: caballeros, escuderos, etc...), sino sacarlos de la marginalidad y ponerlos en primer plano, es decir, situar como protagonistas de su historia a personajes que en  tiempos anteriores habrían sido totalmente secundarios.

En  palabras de Lucía, antes de Cervantes el pensamiento de un hidalgo era “Yo soy quien soy” y como tal debía obrar y comportarse, pero Cervantes situó a su hidalgo Alonso Quijano en un plano diferente cuando dijo “Yo sé quién soy” y ese pequeño cambio en la frase supuso una revolución fascinante.

Finalmente, Lucía Megías comentó que hay que considerar la partida de bautismo de Alcázar como generadora de la tradición cervantina (que se remonta a siglos) en nuestra ciudad y que Alcázar de San Juan no tiene menos tradición cervantina que Roma, Barcelona u otras ciudades por lo que merece estar en la Red de Ciudades Cervantinas.

En relación con ello, intuimos que puede haber buenas noticias en este sentido y la Sociedad Cervantina se alegra de aportar otro granito de arena más para que Alcázar pueda formar parte de la Red.

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