Sigue ganando Aqualia, sigue perdiendo Alcázar

El Tribunal Supremo ha decidido admitir a trámite el recurso de Aqualia contra el fallo del Tribunal Superior de Castilla-La Mancha en el caso de la adjudicación de Aguas de Alcázar. Las opiniones de todos los expertos consultados creían poco posible esta admisión, pero el Supremo sigue empeñado en defraudar las esperanzas de la gente: su acción, vaya por Dios, siempre acaba favoreciendo al poderoso.

Aqualia sigue ganando, Alcázar sigue perdiendo. Pierde su dignidad al seguir sometida a un amo de la empresa de aguas a quien nadie quería, solo Montealegre y Ortega. Pierde su dinero al tener que satisfacer las ganancias que la multinacional espera ganar aquí cada mes. Pierde su independencia al depender de los intereses de Aqualia para decidir sobre cómo invertir, cómo mejorar, a quién contratar: solo Aqualia decide.

Hay que seguir peleando hasta el final, y el final no ha llegado todavía. Hay que evitar que Aqualia se quede aquí y empiece a hacer lo que esas multinacionales suelen hacer: obligar a subir las tarifas, dejar que las tuberías se pudran, colocar a los suyos en Alcázar para que les paguemos sus salarios, comprar con el dinero de Alcázar a empresas amigas o filiales. Aún no se atreve a todo, pero se atreverá en cuanto vea que bajamos los brazos.

Por eso ahora, más que nunca, es imprescindible que Rosa Melchor y Javier Ortega muestren su descontento, su indignación. Y que nos digan cuál es su plan. Y esperemos que su plan no sea el de siempre: esperar.