Desde que hace 15 días el Tribunal Supremo de Justicia hiciera pública una sentencia, respecto a quien correspondería el pago del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados, imprescindible para la firma de cualquier hipoteca, y desde que la misma afirmara que dicho pago era responsabilidad de las entidades bancarias correspondientes, han sido muchas y variadas las reacciones tanto de los partidos políticos, como de la prensa y tertulias de pseudoexpert@s en la materia; sin embargo la reacción de la “bolsa de valores” y de la propia banca ha sido mucho más espectacular y tenida en cuenta que la propia de las personas afectadas, en principio, de forma positiva por dicha sentencia.
Durante esos 15 días hemos estado esperando al resultado final del Pleno convocado por el presidente de lo Contencioso, que habría de reafirmar o no el resultado que tantas esperanzas levantó en las economías familiares del Estado. Sinceramente la espera ha sido la “crónica de una muerte anunciada” la de esas esperanzas aludidas; poco o nada ha sorprendido que en la tarde de ayer supiéramos de la modificación del criterio acordado en octubre y que significa en pocas palabras “la banca gana”, efectivamente una de las expresiones más repetidas por los medios y por las redes que parece estar convirtiéndose en un paradigma de vida a la vista de las sucesivas “victorias” de la banca española sobre la ciudadanía, a pesar de que Europa ha advertido y reconocido en varias ocasiones la “mala praxis” de la misma mediante el uso de clausulas abusivas en cuanto a hipotecas se refiere. A lo que no podemos olvidar y por ende sumamos el rescate bancario emprendido por los gobiernos, supuestamente representativos de la ciudadanía, y que han costado dramas sociales incalculables. Un rescate bancario que nunca, repetimos nunca, va a ser devuelto a las “arcas del Estado”.
La noticia de ayer se suma a una serie de despropósitos judiciales vinculados a delitos en los que se condena con total desigualdad los robos cometidos como consecuencia de la pobreza (resultado de la violencia institucional para con sus votantes) y los robos cometidos como consecuencia de la avaricia de la riqueza; despropósitos judiciales vinculados a la protección de menores, a la de víctimas de violencia machista….que nos llevan a concluir la una falta de independencia de dicho poder que el mismo Voltaire se vería obligado a reescribir
su Espíritu de las Leyes.
Es difícil articular una respuesta eficaz desde la calle porque bien se han encargado de urdir una desmovilización social contundente, la ley mordaza sigue rondando sobre nuestra libertad de expresión y reunión, sigue tratando de contener nuestra libertad de opinión, pero además quienes algo tenemos tememos perderlo, quienes nada tienen han perdido hasta las ganas de luchar. Aunque el actual gobierno pretende dar un paso hacia delante en este tema, son muchos los motivos que deben hacernos dejar atrás el miedo y el desánimo; “si luchas puedes ganar, si no luchas ya lo has perdido todo” reza el dicho con total certeza, por ello y a pesar de las dificultades hacemos un llamamiento a la movilización general y espontánea en las calles, en las plazas, en las instituciones que gestionan nuestra pobreza, en las que la legislan y en todos aquellos lugares que viven de nuestra precariedad y aprovechan nuestros miedos!!!!!!!
