La carta de Miguel Hernández

Por Santiago Ramos Plaza

En su libro «Orihuela y Miguel Hernández», el hispanista francés Claude Couffon, incluyó la carta escrita por Miguel desde Alcázar de San Juan a su amigo del alma, Ramón Sijé, pidiéndole el envío del dinero necesario para proseguir viaje a Orihuela.


    Dicho libro se publicó en Paris, en 1963, por la editorial Seghers. La traducción al castellano, aparecería en 1967, en la editorial Losada, de Buenos Aires, Argentina. Esta segunda edición fue la que adquirimos los poetas alcazareños. En ella leímos el contenido de la carta, en uno de cuyos párrafos escribe Miguel que si no están aquí (las setenta pesetas) antes de las nueve «me moriré de hambre y de sueño por las calles de Alcázar».


    Otro hispanista, el italiano Darío Puccini, en su obra «Miguel Hernández. Vida y Poesía», también de Editorial Losada, anotó esta breve alusión al contratiempo ferroviario: «…en el tren le ocurre un incidente desagradable que por primera vez le hace experimentar el sabor de la cárcel: en Alcázar de San Juan, la Guardia Civil (sic) lo arresta por espacio de un día, porque lo encuentra provisto de un documento de identidad que no era suyo…».


    De «La Alegría Café Bar y Casa para Viajeros, Paseo de la Estación, 25», membrete de la cabecera de la carta, nadie supo nada de su cierre definitivo. Pero, por el número de policía,   debió ocupar primeramente el sitio del Bar de los Alaminos, o uno aledaño.


    Los poetas de «Jarra de Zurra», conoceríamos años después una copia de la carta original manuscrita, exactamente a principios de 1972. Nos la envió al grupo, sin dirección de calle, el abogado ciudadrealeño don Carlos Calatayud,  enterado por la prensa de nuestro homenaje al poeta en Alcázar, al que me referiré más adelante. En el sobre, aparte de la carta, incluyó una copia manuscrita también de un soneto escrito en el frente de Jaén, en plena guerra, que comienza: «Carmen, fruto a los pájaros prohibido…», con esta dedicatoria «A Carmen, en espera de verla por donde sea mejor», leído por nosotros casi en primicia se puede decir, pues no se conoció públicamente hasta su inclusión en las obras completas a cargo de Leopoldo de Luis y Jorge Urrutia, en la editorial Zero ( 1976), aunque lo adelantara en su sección «El cuaderno Roto» de la Estafeta Literaria, el el poeta José García Nieto.


    Además, dentro del sobre, había una nota en que el abogado nos pedía hiciéramos una visita de ojos a la cárcel para comprobar si había algún poema de Miguel escrito de su mano en la pared; cosa imposible, pues la cárcel de Santo Domingo ya no existía. Miguel, de sus estancias de preso en tránsito en dicha cárcel, dejó constancia en una carta escrita el 23 de abril de 1939 a Josefina, y el 25 de junio de 1941 al poeta Vicente Aleixandre.


    Escribir este artículo no tenía otra finalidad que dar a conocer la fotografía del «Café Bar La Alegría», adquirida por mí como negativo en cristal de un comercio de Alcázar de San Juan sin más indicación. Sin embargo, cuando fui a recoger la foto obtenida en los laboratorios Zeus, mi sorpresa fue mayúscula al mostrarme mi amiga María José la vista del establecimiento en que Miguel hizo uso del recado de escribir para pedir ayuda a su hermano Sijé.


    Cumplido mi deseo, añadiré más sobre el pastor poeta, según lo presentó en su primera entrevista en Madrid, el 15 de enero de 1932, en la Gaceta, el literato Ernesto Giménez Caballero.  


    El 8 de diciembre de 1971, el precitado grupo de poetas, ofrecimos un recital a Miguel Hernández, en el Torreón con asistencia de las autoridades locales y un público joven enfervorizado. Acabado el acto, Antonio Moreno nos comentó su idea de recopilar los poemas leídos en honor de Miguel y enviárselos a su mujer, Josefina Manresa, junto con un ramos de flores. El 20 de diciembre, contestó ella a nuestra carta nombrándonos a todos los poetas en sus líneas cariñosas de sentido agradecimiento.


    En esta fotografía de aquella fecha, de nuestro querido entusiasta Pitos -a quien deberíamos rescatar del olvido con una exposición fotográfica de homenaje- se me ve a mí ocupando el centro de la escena haciendo la presentación del acto. A mi espalda, en la presidencia, de izquierda a derecha están entre más del grupo, Marisa Jiménez, X, Julio Blanco tapado por mí, Reces, José María Rivero, Daniel Escribano (con su guitarra), y al fondo, Antonio Moreno.   


    Otra noticia destacada tuvo también relación con nuestro admirado poeta  en Alcázar. El día 3 de noviembre de 1973, se presentó el libro «Antología 1ª « de los poetas del grupo, Antonio Moreno, Andrés Morillo y Santiago Ramos, cortejado con un Saludo (dibujo de una cardencha) del pintor José Luis Samper, y las ilustraciones de los poemas dedicados a Miguel Hernández por los tres autores, más el dibujo de la cubierta, del pintor Pepe Herreros. La confección del libro la realizó la Imprenta Palmero, de la localidad.


    Por último, para no dejarme nada en el tintero de esta relación poética con acendrado y triste lirismo, añadiré que al año siguiente, 1974, un sábado del  mes de mayo  ofrecimos otro recital de homenaje a Miguel. Fue en la ciudad de Elche, organizado por Julio Blanco, poeta de nuestro   grupo «Jarra de Zurra», en el colegio nacional «Onésimo Redondo» del que era director.


    Josefina Manresa, había anunciado su asistencia, pero el día anterior tuvo que anularla por encontrarse enferma en cama. Asistió en su nombre su hijo Manuel, «Manolillo», a quien su padre dedicó las «Nanas de la cebolla». La emoción de aquella tarde jamás la olvidaremos.
 

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