ALCÁZAR DE SAN JUAN

Antonio, 20 años como optometrista

La óptica de Antonio celebra este año una efeméride muy especial. Y es que su titular, ha cumplido 20 años de trayectoria profesional como optometrista en Alcázar de San Juan. Por eso, este viernes publicamos una reciente entrevista, para conocer un poco más acerca de este valdepeñero que lleva casi media vida siendo nuestro vecino.

PREGUNTA.- -Aunque suene a letra de tango: -¿De verdad «20 años no son nada»? ¿Tienes la sensación de que el tiempo ha pasado volando?.

RESPUESTA.- El tiempo, tal y como lo percibo, al igual que tantas otras cosas, no deja de ser muy subjetivo. Y si es cierto que, sólo cuando recapacito en las fechas, percibo cierto vértigo ante la velocidad de los acontecimientos. En realidad me siento afortunado y feliz de poder contarlo y como no, agradecido. Alcázar de San Juan ha supuesto para mí una oportunidad de crecimiento, no sólo en el terreno profesional.  

P.-¿Cómo fueron tus comienzos y qué te llevó hasta el Corazón de La Mancha?

R.-En realidad nunca había visitado Alcázar antes. Durante mucho tiempo fue mi «sala de espera» entre Murcia y Valdepeñas. En su Estación y en su Fonda consumí horas de trasbordo como cualquier universitario ¿Quién me hubiera dicho que llegaría a vivir allí, a escasos metros? Leí un día una oferta laboral en una Gaceta del sector, y esa fue la que me trajo hasta aquí. Y tan sólo un mes después de diplomarme comencé mi primer trabajo como óptico-optometrista.

P.-¿Cómo recuerdas ese primer trabajo?

R.-Con mucho cariño. Castilla Visión era una pequeña empresa familiar que me acogió muy bien y que confió en mí desde el principio. Era un formato de óptica boutique nuevo para la plaza. Ubicada en la parte alta de La Castelar, ofrecía un producto y un concepto que revolucionó el mercado local. Desde el primer día, el público respondió con gran aceptación. Y para mí fue la mejor manera de ganar experiencia.

P.- En tus inicios ¿Qué fue para ti  lo más difícil de superar?

R.-Por mi timidez, el trato con el público. Conectar con el cliente, entender su problemática y transmitirle cuáles son las soluciones, han sido y son, algunas de mis preocupaciones diarias.

P.-¿Qué evolución has notado con el paso de esta veintena?

R.-Mucha… desde el punto de vista tecnológico, instrumental, así como de nuestros propios productos y servicios. El mundo de la óptica, al igual que el resto y que nuestra propia sociedad han cambiado. Nuestra manera de comunicarnos ha sufrido una brutal transformación y también la ha hecho nuestra manera de trabajar.

P.-¿Cuáles han sido, profesionalmente, los momentos más decisivos?

R.-Sin duda alguna mi proyecto personal, La óptica de Antonio. Cuando óptica Tumirada cerró en la Navidad de 2012 tuve que tomar una de las decisiones más importantes de mi vida. Convertirme en pequeño empresario ha sido muy enriquecedor, desde el punto de vista profesional, porque he podido crecer en parcelas que siempre me habían resultado atractivas: la Baja Visión y la Terapia Visual.
    

Una óptica independiente, libre de la filosofía de las cadenas, te carga de responsabilidades pero también te permite jugar con un producto exclusivo, con diseño y de calidad. Te posibilita llevar el timón de tu propio proyecto.

P. ¿Cuáles son tus pretensiones de cara al futuro?

R.-No tengo grandes pretensiones de expansión. Mi principal preocupación es la formación continuada, para seguir dando a mis clientes lo mejor de mí mismo y de la tecnología del momento. Para hacer sus vidas más fáciles, más cómodas y más bonitas. El mundo es realmente bello. Por eso creo que ayudar a verlo y a verlo mejor, es para mí todo un privilegio.

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