La vigilancia policial está presente para mantener el orden

El botellón, una realidad que deja rastro en el polígono y pasa factura a la limpieza

Los industriales del Polígono Alces de Alcázar de San Juan sufren cada fin de semana los efectos del botellón que cientos de jóvenes realizan en una calle del mismo, mientras que el servicio de limpieza municipal debe acudir cada vez que se acaba para mantener limpia esa zona. Los efectos del botellón dejan rastro a pesar de las labores de concienciación que sobre este asunto se están adoptando

El fenómeno social del botellón es una realidad de la que Alcázar de San Juan no escapa, no son pocas las quejas de los vecinos que han ido sufriendo a lo largo de los años los efectos del mismo. En esta ocasión, y desde hace meses, los jóvenes se han trasladado a una calle del polígono industrial Alces, donde los efectos de la aglomeración han hecho ya mella.
    

Ya no es sólo la suciedad que dejan en la calle (bolsas, botellas, vasos, excrementos...) sino también los daños que algunos hacen a las empresas allí ubicadas, como rotura de cristales, lanzamiento de botellas a los tejados y recinto privado y sus consecuencias, entre ellas la obstrucción de canalones cuando llueve, rotura de tejados y goteras posteriores, limpieza propia del recinto «cada vez que vienen» y otros efectos que los industriales del polígono han ido explicando punto por punto a El Semanal.
    

De este modo, desde Moreno Manzanero, José Luis Moreno explica que aparte de la limpieza que realiza el Ayuntamiento cada vez que se produce esta concentración de jóvenes, deben limpiar su propio recinto, al que por cierto, han puesto una chapa en la valla para evitar que se sienten allí y así esperar que al no estar no tiren nada, «pero eso no ocurre, lanzan botellas al tejado y eso tiene consecuencias».
    

En el caso de Tecalsa, su responsable, Guillermo Escobar,  señala que las molestias son muchas, entre otras que los meados y excrementos huelen de tal manera que han tenido que comprar un producto químico para poder eliminar dichos olores, «aparte de los pinchazos que día tras días sufren los coches de los trabajadores que aparcan precisamente en la zona donde la noche antes se ha realizado el botellón».
    

Desde Tecalsa consideran que el Ayuntamiento debería ser consciente de lo que pasa «porque nosotros también pagamos impuestos y además consideramos que hay que pelear por lo que tenemos, por cuidar un polígono industrial que es de todos».
    

La empresa de enfrente tiene los cristales rotos y desde esta calle del polígono se preguntan si no sería factible o posible ubicar a los jóvenes en un recinto apropiado para ellos, evitando así que éstos se vayan trasladando de una a otra zona de la ciudad.
    

SERVICIO DE LIMPIEZA
Desde el Ayuntamiento, la alcaldesa de la Alcázar, Rosa Melchor, explica los esfuerzos que está realizando la ciudad para mantener esa calle limpia cada vez que se produce el botellón, que en verano ha sido durante dos noches, la de los jueves y la de los sábados.
    

Se trata de un servicio que en condiciones normales se realizaría de otra forma y que por este fenómeno determinadas horas semanales se tienen que destinar a su limpieza «porque si no hubiera botellón, ese servicio de limpieza se podría utilizar en otra parte, pero tenemos las horas que tenemos».

VIGILANCIA POLICIAL
La alcaldesa explica igualmente que desde el Ayuntamiento se están poniendo todos los medios posibles no sólo para evitar el botellón y sus efectos, sino para concienciar a los jóvenes de que otro ocio alternativo y sano es posible a través de campaña contra el consumo de alcohol en menores o también con la vigilancia policial a través de la cual se han puesto multas por  venta de alcohol a menores, por exceso de velocidad en la zona o por exceso de decibelios.
    

Desde la Policía Local se informa que los agentes aplican la Ley de Seguridad Ciudadana por la que se puede multar por beber alcohol en la vía pública siempre que esta acción conlleve perturbación de la seguridad ciudadana.
    

Si bien es cierto, en Castilla-La Mancha no está prohibido beber en la calle, aunque según la Ley 7/2011 de Espectáculos Públicos de la comunidad autónoma, los ayuntamientos podrían regular esta acción en cada municipio, aunque no es el caso de Alcázar.
    

De momento, las infracciones se ponen por la venta de alcohol a menores, y se avisa a sus padres si se les pilla bebiendo alcohol, ya que el botellón no sólo implica la suciedad que se deja, sino un problema aún mayor, el consumo de alcohol.
    

Es por esto que desde el Ayuntamiento, según la alcaldesa, es tan importante el respeto, la colaboración de todos y las campañas de concienciación, «una colaboración de todos, desde las familias hasta las administraciones».
    

De hecho, los jóvenes que aún no han visualizado cómo se queda la zona del botellón, podrían volver a hacerlo como ya se realizó hace años cuando se enviaba a limpiar la zona a los jovenes a los que se les había pillado haciendo pintadas. Desde la Concejalía de Juventud se realizan campañas de concienciación y fiestas de cócteles sin alcohol entre otras cosas, para ayudar a entender los efectos del botellón, «lo ideal sería que la juventud encontrara una forma de diversión sana que no supusiera molestias a los vecinos aunque puede ser que no sean conscientes de lo que dejan a su paso, que no lo hayan visto, y por eso es importante la colaboración de todos», explicó la alcaldesa, quien recordó que en Alcázar hay una enorme oferta de todo tipo para los jóvenes.
    

Finalmente, la alcaldesa apunta que «lamentamos mucho las molestias que ocasionan, nosotros no queremos el botellón y estamos buscando soluciones constantemente».
   

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