Fallece Santiago Ramos, poeta alcazareño

El poeta y escritor alcazareño Santiago Ramos Plaza ha fallecido este domingo por la tarde en el hospital madrileño de la Fundación Jiménez Díaz, donde llevaba ingresado varios días tras empeorar su estado de salud y no resultar efectivos los tratamientos que seguía contra el cáncer. Sin dolor, según hemos podido saber; y seguramente con la amabilidad, cercanía y dulzura que siempre le han caracterizado, Santiago ha dicho adiós a esta vida para iniciar ese camino hacia el cielo que tanto deseaba, ese sendero de paz y tranquilidad que como católico creyente siempre anhelaba, pensando en su Virgen.

Atrás dejamos buenos momentos, muchas conversaciones, anécdotas, artículos, obras… En el recuerdo cercano la presentación de sus dos últimos libros, con motivo de sus 50 años de poesía en 2019: “Torres, 15” y “Velada con mi muerte y con mi amor”. Acto en el que pudimos escuchar cómo recordaba con nostalgia sus primeros versos, “escritos con una inseguridad que continuó durante mucho tiempo, pero que hoy no me parece mal", bromeaba aquella tarde ante la prensa, cuando nos hablaba de su primera publicación en el año 1973, en la que participó junto a sus amigos Antonio Moreno y Andrés Morillo, abogado en Sevilla. "Fue una antología estupenda de la que hablaron bien hasta en Argentina, pues hasta en la radio de Rosario nos dedicaron a cada poeta una tarde", dijo.

Natural de Alcázar de San Juan, hijo de ferroviario, hombre y poeta que ha amado como pocos a su pueblo. Hombre bueno, siempre generoso, escritor de corazón y condición, nos deja una obra sobre Alcázar de San Juan sin precedentes, tanto en verso como en prosa. Obra a la que cabe añadir sus innumerables artículos en prensa, su participación en actos sociales, literarios, presentaciones de libros, revistas… Una contribución impagable que ha hecho de él uno de los mejores embajadores de Alcázar de San Juan.

Santiago te echaremos muchos de menos.

Tus palabras, tus visitas a la Redacción, tus indicaciones, tus sabidurías, tus versos… Siento mucho, mucho no haberme podido despedir de ti. Qué frágil es la vida… Descansa en paz, maestro.

Por el callejón del toro

cuando me vaya a morir

llevadme, amigos, al

hombro.

Al hombro con gran

dolor

y llorando vuestros ojos.

Y si dolor no hay

bastante

para ser llevado al

hombro,

dejadme, que yo me iré

sin entierro y sin

vosotros.

Por el callejón del Toro

cuando me vaya a morir

¡¡llevadme o me iré yo

solo!!

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