INSPECTO JEFE LOCAL DE LA COMISARÍA DE POLÍCIA NACIONAL DE ALCÁZAR DE SAN JUAN

Antonio Ciudad: «Nunca dejaré de ser policía»

Antonio Ciudad, inspector jefe local de la Comisaría de Policía Nacional de Alcázar de San Juan, se jubilará el día 15 de octubre de 2018, tras 43 años de servicio no sólo en Alcázar, donde llegó en 1984, sino en otras ciudades españolas. Aunque oriundo de Villamayor de Calatrava y su mujer de Albacete, se quedará a vivir en Alcázar de San Juan, donde la lectura será uno de sus pasatiempos favoritos.

El próximo 15 de octubre de 2018, el cargo de inspector jefe local de la Comisaría de Alcázar de San Juan quedará vacante con la jubilación de Antonio Ciudad Cano, quien ha decidido jubilarse el mismo día que ingresó, pero 43 años después, el 15 de octubre, aunque su jubilación efectiva debería haber sido el 17 de enero de 2019. Ahora su plaza queda vacante y saldrá a nivel nacional en la Dirección General de Policía Nacional, buscando las tres características que le llevaron a él en 2009 a ser inspector jefe  de la comisría de Alcázar de San Juan: «capacidad, méritos y antigüedad».
    

En una entrevista concedida a El Semanal, Ciudad ha desgranado toda su vida laboral como policía nacional, una profesión que nunca aparcará «porque nunca dejaré de ser policía y mantendré la relación con los compañeros, porque me quedaré a vivir en Alcázar, un lugar que siempre me ha tratado muy bien y que nos sedujo enseguida a mi mujer y a mí cuando llegamos en 1984».
    

Antonio Ciudad ingresó en 1975 en la Escuela General de Policía y salió con la categoría de inspector,  «una época en la que el Cuerpo era eminentemente civil, éramos 8.000 en toda España e íbamos de paisano, lo que se conocía como Policía Secreta, entonces, el Cuerpo estaba dividido en Brigada de Información y Brigada  Criminal y otra de Administración, y en 1986 se fundieron los dos cuerpos, el cuerpo General de Policía  y la Policía Armada (los grises), y quedó Cuerpo Nacional de Policía».
    

Este cambio en el Cuerpo le llegó a Ciudad cuando ya estaba destinado en Alcázar de San Juan, donde llegó en 1984 como inspector de Policía. No obstante, según apunta, «con la fusión de los dos cuerpos quedaron paralizados los ascensos y destinos, por los menos durante ocho años, el tiempo pasaba y al final llevando más tiempo en el cuerpo que otros tuve que hacer una oposición para ascender a inspector jefe, algo que ocurre en los años 90, sin embargo, no será hasta el año 2009 cuando se le nombre inspector jefe local, tras el fallecimiento del anterior jefe, Manuel Macarro.
    

Ciudad recuerda con cariño sus primeros destinos como inspector de Policía, «ingresé a los 20 años en la Policía Nacional y primer destino fue Barcelona y estando allí tuve que hacer el Servicio Militar en Alicante, por lo que me trasladé allí durante ese tiempo, y además obtuve la compatibilidad para trabajar por la tarde en al Comisaría de Alicante, donde conocí a la que es mi mujer desde 1978, María Llanos Gómez Esparcia, que estaba en el Cuerpo Especial Administrativo de la Policía nacional, era jefa de área de pasaportes».
    

Cuando finaliza la mili, Antonio Ciudad regresa a Barcelona dejando en alicante a su entonces novia que al final pidió el traslado a Barcelona llegando en 1978 el momento de la boda, en el colegio María Inmaculada de Albacete, donde Llanos había estudiado Bachiller.
    

De regreso a Barcelona le destinan a la Comisaría de San Gervasio, mientras que su mujer estaba en Transmisiones en la Jefatura, a él le reclutaron en la Brigada Criminal, primero en el Grupo de Estafas y después en Homicidios.
    

«Por aquel entonces teníamos la idea de irnos a Albacete y de hecho mi mujer consigue irse, pero eso no prosperó y tuvo que volver a Barcelona en comisión de Servicios, fue una época en la que teníamos un niño pequeño y yo viajaba mucho por toda España pero afortunadamente se decidió, desde la Dirección General empezar a unificar a todos aquellos matrimonios que se habían generado con el Servicio Militar y se crearon vacantes en varias poblaciones como Aranjuez, Alcázar o Toledo, nosotros pedimos en todas, y al final nos concedieron Alcázar».
  

Según Ciudad, «Alcázar nos sedujo por la proximidad con nuestras familias y los compañeros que conocimos, además en el pueblo fuimos acogidos enseguida, salías a calle solo volvías siempre con gente y lo cierto es que ha sido una población siempre muy cordial con nosotros, por ese motivo al final prescindimos del piso en Albacete y ahora vamos a vivir aquí, ya jubilados, es una decisión que ya está tomada».

GRAN EVOLUCIÓN
Desde que Ciudad llegó al Cuerpo Nacional de Policía muchos han sido los cambios que se han generado, desde la unión e varios cuerpos en uno hasta la situación legal con los jueces, «aquí la situación era muy precaria y nos encontramos con una dificultad tremenda porque no había jueces de carrera judicial destinados y la situación de incertidumbre creaba verdaderos conflictos con la delincuencia , había que pedir ayuda, y cuando ya hubo jueces conseguimos el apoyo legal y judicial para nuestras actuaciones con una respuesta jurídica concreta y eso hizo que la situación fuera más segura y controlada».
    

Según Ciudad, la situación en la Comisaría ha mejorado bastante, «ahora tenemos tres jueces, una fiscalía, demandas, consultas y un apoyo para nosotros importante».
    
DELINCUENCIA
La propia delincuencia también ha evolucionado, «cuando llegué proliferaban bandas muy concretas en torno a la heroína, luego llegó la cocaína, con una situación económica muy distinta y después llegaron las bandas del este con el robo de cable de cobre en el campo, lo que ha hecho que la colaboración con la Guardia Civil sea mucho más estrecha en sus equipos Roca, y también con la guardería rural de Campo de Criptana». De hecho, el comisario jefe considera que la coordinación con otros cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado es importante, de hecho «desde que he llegado a Alcázar de San Juan siempre ha habido una excelente relación de apoyo con la Policía Local, Guardia Civil y Judicatura».
    

También se ha evolucionado mucho, según Ciudad, con la formación y especialización tanto del policía como del propio cuerpo, que se ha adaptado a los tiempos con la nueva Brigada de Investigación Tecnológica, delitos cibernéticos, «una evolución muy favorable en tondos los sentidos, es más, la evolución ha sido tan brutal y favorable que hemos conseguido que el policía ya no sea un ogro, sino un amigo, el concepto ha cambiado mucho».
    

También ha destacado su relación con los distintos alcaldes que han pasado desde que el comisario jefe, «todos han sido unos verdaderos colaboradores al margen de sus cuestiones ideológicas».
    

El día 16 de octubre de 2018 Antonio Ciudad será un jubilado más, pero seguirá siendo policía, un buen policía, «creo que he dado respuesta a la seguridad ciudadana y me voy muy satisfecho con lo realizado, muchas veces nos hemos dejado el alma en ello y de eso estoy muy satisfecho y orgulloso».
    

A partir de ahora se dedicará a cuestiones que también le llenan mucho, como es la lectura y la caligrafía, ya que, aunque no quiera decirlo, es perito en pericia caligráfica y grafología. Además, no descarta aprender a tocar un instumento musical, «aunque no sé si me dejarán en casa».
    

Su amabilidad y sonrisa siempre han estado presentes entre los ciudadanos alcazareños.