CARDIÓLOGO, BIZNIETO DEL DOCTOR MAZUECOS, PRONUNCIÓ UN PREGÓN MAGISTRAL CON AIRES SEVILLANOS

Benezet Mazuecos pone en pié al Auditorio con un pregón repleto de Arte

Fuerte, para arriba, metidos los riñones, con el cielo cerca y la Virgen del Rosario en el corazón... Así pronunció ayer el pregón de la Semana Santa 2022 de Alcázar de San Juan, el cardiólogo alcazareño Javier Benezet Mazuecos. Un pregón diferente que despertó los aplausos del público en reiteradas ocasiones y que al finalizar puso al auditorio en pié. Un pregón hermoso en las formas, con aires sevillanos (comparable únicamente en estilo al que pronunció Barbeito hace bastantes años en el mismo Auditorio municipal, pero con mucho más sentimiento), un compendio de prosa y poesía, redactado y relatado con mucha calidad, desde la devoción católica y el verdadero sentimiento cofrade.

Un pregón que su autor quiso dedicar a los alcazareños y a Alcázar de San Juan, "una tierra buena, generosa y de gente con valores", escrito con el poso de un alcazareño que siempre tiene presente su tierra; cargado de recuerdos y viviencias cercanas a la Semana Santa. Un pregón a la altura de las circunstancias, con el que Benezet quiso "abrir ayer una puerta a la esperanza", "y ojalá que nos sirva para retomar la vida diaria, volver a la normalidad y al mismo tiempo rendir homenaje a todos los que se han ido quedando en el camino, aprender de lo pasado e intentar ser mejores personas".

Sin protagonismos personales, Benezet dedicó "la primera levantá a todos aquellos que han perdido la vida" y fue

haciendo, a lo largo de su pregón, un hermoso recorrido por las diferentes jornadas y procesiones de la Semana Santa alcazareña, "desde que se abren las puertas de San Francisco y sale la Reina del Altozano en el Viernes de Dolores... Hasta que en la mañana del Domingo de Resurrección el milagro se hace en Santa María y el Resucitado aparece de frente, victorioso y ya con los rasgos borrados de la Muerte".

"Después del Viernes de Dolores, día para sentir el dolor de la Madre, el sol entrando por las ventanas de Santa Quiteria anuncia que llega el Domingo de Ramos. Por la mañana, pasa el Señor en su borriquilla, en la Castelar se agitan las palmas y olivas, se celebra la victoria del Mesías... Por la tarde, Jesús del Perdón sale a la calle, amor, humildad y perdón. Su madre le acompaña, la Virgen de la Salud", a quien Benezet se dirigió para pedir por todos los profesionales de la Sanidad que tan duro han trabajado durante la pandemia, y especialmente por la joven doctora Sara Bravo López, fallecida por el covid.

"Llega la noche cerrada del Martes Santo. El Niño de la Veracruz sale a la calle. Nazarenos de hábito y espíritu franciscano. Es el turno de la Hermandad de los Estudiantes. Al final, Jesús muriendo; y a su vera, su madre, la Virgen de la Concepción... En el Altozano me encontré con la Muerte clavada a un madero".

"Miércoles Santo, a las puertas de Santa Quiteria vuelvo, de la mano de mi abuela, para esperar al Cristo de la Expiación. Su semblante es muy humano, nada difuso... Ver a este Cristo es como verse a uno mismo... Al lado, anderos coloraos valientes, avanzan con el rostro tapado".

"Jueves Santo de profundo arraigo ferroviario. Se abren las puertas de la Trinidad, sale la Hermandad con túnica verde y capa blanca. Avanza por las callejas con Jesús Orando en el Huerto... Esa misma tarde, en San Francisco, nazarenos de cárdena y blanco. Aparece Jesús Caído, camino del Calvario, sus enemigos tiran con fuerza... Las mujeres enjugan las lágrimas, quieren ser como la Verónica. Asoma otra vez, la Reina del Altozano".

"La mañana del Viernes Santo, Alcázar es trinitaria. El nazareno de nazarenos avanza. Se percibe en las calles el mayor sentimiento cofrade. Llega el momento más álgido de la Semana Santa alcazareña, el Encuentro con la Madre en el Altozano. Indefinible mezcla de sentimiento y poderío. Pasa el de la túnica morada y todo se torna silencio.. Al caer la tarde, la liturgia de la Noche del Viernes Santo inunda la plazoleta de Santa María. No puede haber lugar más típico en el pueblo ni sentimiento mayor para invitar al recogimiento, a la calma infinita. Calles silenciosas que crujen de dolor con el paso del Calvario. Avanza el sepelio entre caballeros del Santo Sepulcro. La Muerte se hace presente. Y al lado del Hijo muerto, la Soledad, entre lágrimas e incienso".

"En la madrugada del Sábado, sale la Soledad de Santa Quiteria. Y con ella, sus damas atraviesan la Cruz Verde. Avanza la sevillana más manchega, la manchega más sevillana..."

"El Domingo de Resurrección el milagro se hace en Santa María. El Resucitado aparece de frente, victorioso, con la mano alzada y los rasgos de la Muerte ya borrados de su rostro. Su madre deja los paños de luto y sale gozosa. Domingo de gozo, de cielo inmenso. Una paloma se posa anunciando paz y pureza. Atrapada en una sentida bulla... Domingo de alegría y a la vez de nostalgia para los cofrades que empiezan a sentir que se acaba la Semana Santa. Día grande, pero agridulce".

Y así, llega la despedida, de la Semana Santa y de La Mancha, tierra, llanura de cepas arrugadas... "Y antes de llegar a la estación de tren, parada en la calle del doctor Mazuecos... Regreso a Sevilla. No me siento solo, mi Virgen del Rosario me acompaña en el corazón".

MÁS RESPETO QUE NUNCA

El acto, presentado por el exalcalde Diego Ortega, amigo personal de Javier Benezet, convocó a gran parte de la Junta General de Cofradías, miembros de hermandades, autoridades y representantes del municipio, con la alcaldesa, Rosa Melchor, al frente; el presidente del Consejo General de Cofradías, Rafael Quirós; y el Consiliario y párroco de Santa Quiteria, Ángel Luis Montalvo.

La alcaldesa recordó las dificultades vividas en los dos años de pandemia y agradeció el trabajo y esfuerzo realizado por las hermandades y cofradías del municipio para volver a sacar sus pasos a la calle. Destacó la importancia que la Semana Santa tiene para Alcázar de San Juan, como fecha señalada en el calendario desde el punto de vista turístico; y pidió respeto a todos para presenciar las procesiones o participar en ellas desde la devoción. Para que todos disfrutemos de estos días, juntos y desde el respeto, entendiendo la Semana Santa cada uno a su manera y con sus creencias".

Petición que también pronunciaron tanto Rafael Quirós como el padre Ángel Luis, "más respeto que nunca" cuando veamos los pasos desfilar por las calles. "Creiamos que las plagas eran cosa del medievo, pero estamos viendo pueblos masacrados por la locura de unos y los intereses", dijo el consiliario con un rotundo no a la guerra. "No podemos celebrar la Pasión de Cristo, ignorando la pasión de otros... Sería la mayor hipocresía del mundo", concluyó.