El baloncesto alcazareño llora la muerte de su entrenador, Miguel Ángel Martín

El 30 de noviembre de 2022 nos llegaba la triste y mala noticia del fallecimiento del que fuera nuestro entrenador en aquel legendario, mítico e histórico Fundación Adepal Alcázar en las temporadas 2007-2008 y 2008-2009, Miguel Ángel Martín Fernández.

Qué difícil y complicado escribir esta noticia sobre una persona con la que tuve el inmenso honor de compartir muchas cosas, la pasión por este deporte, la ilusión, sueños, trabajo, viajes, reuniones, “juntas directivas”, incluso me asesoró en un momento muy importante de mi vida laboral, y lo mejor de todo, nos condujo al éxito deportivo, contribuyó a hacer grande el baloncesto de nuestra ciudad, a que se nos pusiera en el mapa baloncestístico de España y a que disfrutáramos de una etapa muy bonita, que será recordada mientras vivamos.

Aquellos maravillosos años, cómo ha calificado mi gran amigo y preparador físico de esos equipos, Manuel Comino, o nuestro segundo entrenador, un hombre ligado al baloncesto toda la vida, Javi Úbeda, “fue un sueño”, “vivimos las mejores experiencias” de nuestro deporte.

Y qué decir de Miguel Ángel Martín pues fácil “que ha sido un señor, una persona elegante, educada, culta, a la que le gustaba mucho las cosas más fáciles y sencillas del mundo”, era “humilde, campechano, respetuoso, inteligente, abierto, se dejaba querer y junto a él, formamos una gran familia”. Fuimos una misma persona para todo, compartimos todo y se creó un gran vínculo entre los cuatro.

Hoy añoramos aquellas “Juntas Directivas” de todos los martes, que eran sagradas y a las que no fallamos nunca, en el antiguo Bar Polígono “El Chete”, junto a Enrique y Carlos, donde “arreglábamos todo”, porque Miguel Ángel, era una persona de principios y sentido común, y tengo que decir y agradecer  que “aprendimos muchísimo de él, no sólo de baloncesto, sino de la vida en general”, porque “nos aconsejó, nos guio y nos enseñó muchas cosas”.

Podría contar o desvelar muchas anécdotas curiosas de su paso por el Estudiantes o Real Madrid, o de sus cafés con su vecino Jaime Lisabesky, y es que Miguel Ángel, no era un hombre de fotos, de vivir del pasado, de reconocimientos, él era feliz con lo más básico, sus pitillos, su periódico, su gato, del que decía “es el único que me entiende” cariñosamente y de su familia, “hablaba con orgullo de su hijo, Miguel Ángel, de su mujer, Marisol y de su hija… posteriormente de sus descendientes”.

Fueron años de visitas a Madrid, a la calle Andrés Mellado en Moncloa, donde nos reuníamos, recordábamos, arreglábamos y nos poníamos al día. Cariñosamente él decía, sólo volvería a Alcázar para asistir a vuestra boda “en referencia a Manuel Comino y a mí persona”, porque nos tenía un gran cariño y afecto al igual que a Javi Úbeda, cariño y afecto que era recíproco.

También le gustaba mucho viajar al pueblo de su suegra, Ontur y a su chalet de la Playa en Barbate (Cádiz). Recuerdo que siempre llamaba con cariño a su madre, para decirle dónde íbamos a jugar, e indicaba “hoy le he dicho que en Toledo, porque si le digo Gerindote, no va a saber dónde es y va a creer que estoy en el extranjero”.

Sus célebres chascarrillos y frases quedarán para la historia, momentos vividos, anécdotas, muchas y muy bonitas de este gran entrenador y persona de 10, que siempre será recordado con muchísimo cariño y afecto por su sobresaliente etapa en Alcázar de San Juan.

Desde el baloncesto alcazareño nuestras condolencias a su familia, amigos y allegados, y nos sumamos a vuestro inmenso dolor por tan importante pérdida. DEP Miguel Ángel.