Alcázar de San Juan dará mañana su último adiós a Luciano Mazuecos de Laguía, fallecido este miércoles 
a los 66 años de edad, tras una larga enfermedad, casualmente un día después que su madre, María de la Guía, de 96 años, quien será enterrada esta misma tarde.
Ejemplo de lucha e implicación social, defensor de los empleados municipales como sindicalista en el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, solidario, generoso, impulsor del movimiento cofrade, hermano del Santo Entierro, vinculado estrechamente a la parroquia de Santa María y siempre atento con este medio de comunicación, Luciano nos deja imágenes que hoy queremos rescatar y volver a publicar para dar a conocer su labor y rendirle nuestro particular homenaje.
Vaya nuestro humilde reconocimiento para un hombre trabajador, apreciado y muy querido por sus compañeros. Un hombre, ideológicamente de izquierdas y a la vez muy católico y vinculado a la iglesia, jardinero municipal, y delegado sindical en el Ayuntamiento, militante de la Federación de Servicios Públicos de UGT, fue el presidente del primer comité de prevención de riesgos laborales del consistorio alcazareño y permaneció activo en su sindicato hasta que la enfermedad le obligó a retirarse, tal y como recuerda con tristeza su colega Ángel Escudero.
Como ugetista, "puño en alto", era habitual verle en las manifestaciones del 1º de mayo, o en las convocatorias y ruedas de prensa relacionadas con la Junta de Personal del Ayuntamiento, la RPT y otras cuestiones laborales y reivindicativas. Faceta que conjugaba a la perfección con su espíritu cristiano y solidario, haciendo siempre gala de un altruismo y generosidad que le llevaban, por ejemplo, todos los años a ser el "amasador" de los rosquillos de San Blas; y por supuesto, a procesionar en Semana Santa, en el desfile del Santo Entierro o en la procesión del Resucitado.
El presidente actual del Consejo General de Cofradías, Rafael Quirós, le recuerda también con emoción y explica que en los años 80, cuando la cofradía del Santo Entierro estuvo a punto de desaparecer, gracias a Luciano y a Don Vicente, entonces párroco de Santa María, la hermandad pudo mantenerse. "Dió un paso con gran valentía y se puso al frente, habló con toda la gente que hizo falta y consiguió rescatar la cofradía", relata con emoción al recordar "que siempre estaba dispuesto y disponible para hacer lo que fuese en favor de la parroquia y el pueblo".
Su última procesión fue el mes pasado, concretamente el domingo 16 de octubre, con motivo del XXV aniversario de las Hermanas de la Cruz en Alcázar. "Era un gran luchador, un hombre que no se ha rendido nunca, que ha estado toda la vida peleando y trabajando para ayudar a los demás", concluye Quirós, quien a modo anecdótico cuenta que "en la procesión del Resucitado, aún encontrándose ya muy mal, no quiso quedarse en casa y se empeñó en acompañarle". "Fue todo el camino a mi lado con gran dificultad, apenas podía andar... Yo lo llevaba cogido de la cintura, sosteniéndolo y él se empeñaba en seguir... Hasta que al llegar al Cristo de la Castelar ya no pudo más... Tuvimos que salirnos... Lo senté en el banco, llamé a sus hijos y con gran dolor tuvo que rendirse".
Luciano Mazuecos de la Guía será despedido mañana en la parroquia de Santa María, a partir de las 10 de la mañana, donde se oficiará una misa por el eterno descanso de su alma. Desde El Semanal, nuestro sincero pésame para familiares y amigos. DEP.
