Soluciones a los malos hábitos de alimentación

‘¿Hambre emocional? Deja de comerte tus emociones’, el taller que explica el sentimiento de culpa tras la ingesta de comida

¿Ansiedad por comer? ¿Ansiedad por picar? ¿Sentimientos de culpabilidad? Con un taller que da respuesta a todas estas preguntas, la licenciada en Ciencia y Tecnología de los alimentos, Helena Rubio, y la psicóloga Isabel Ortuno, imparten el Taller ‘¿Hambre emocional? Deja de comerte tus emociones’ con el que pretenden dar pautas y marcar estrategias que acaben con las asociaciones de la comida con los efectos de placer.

Todos hemos sido víctimas del hambre emocional y esta es una forma de calmar las emociones que no sabemos gestionar a través de una pauta de alimentación. Aprendemos desde pequeños que la comida corta rápidamente las emociones negativas y nos hace sentir mejor. Es un falso desarrollo del placer. Siempre que tenemos algún problema o una emoción negativa es muy probable que tengamos la alternativa de comer para resolverlo. Así define Ortuno el hambre emocional.

Una situación que se experimenta cada día y que puede analizarse desde el punto de vista neurológico en la toma de decisiones. Desaprender lo aprendido, acabar con esas rutinas tóxicas que más tarde hacen sentir mal a los pacientes, saber que no estás solo y que puedes aplicar ideas y medidas para limitar tus visitas a la cocina, son algunas de las pautas que se imparten en este taller, cuya primera parte finalizó este viernes y ambas profesionales pretenden continuar dando un paso más en el concepto de ansiedad emocional.

“Cuando tienen conocimientos, sienten algo de libertad porque hasta ahora se sentían esclavos de la comida”, comenta Rubio, ya que como explica la nutricionista, “hay gente que se siente culpable todo el tiempo, saben que tienen que parar pero no saben cómo frenarlo”. Dando a conocer que todo problema tiene una base clínica y neurológica, las personas que han realizado este taller son capaces de analizar las razones que impulsan a paliar y solventar las emociones con la comida.

Algunas de estas estrategias se basan en trabajar la zona periférica parasimpática, como puntualiza la psicóloga,  que “se encarga del diálogo interno, cómo nos vamos contando la vida, esa es la parte más difícil y aquí damos algunos trucos para que ellos empiecen a conectar con esa forma de diálogo”.