A PARTIR DE LAS NUEVE DE LA MAÑANA

La Parroquia de Santa María pondrá a la venta el día 3 unas 5.400 bolsas de rosquillos de San Blas

Como manda la tradición, desde hace muchas décadas, durante los días previos a la festividad de San Blas, el 3 de febrero, se elaboran los tradicionales rosquillos de San Blas, que posteriormente se venden en un local junto a la Sacristía de la Parroquia de Santa María de Alcázar de San Juan. Así, el horno de Espinosa acoge en estos días a un grupo de voluntarias de la ciudad (llegadas de todo Alcázar) encargadas de elaborar los tradicionales rosquillos de San Blas, que sólo se venden el día 3 de febrero, después de ser bendecidos.

Según ha explicado a El Semanal uno de los voluntarios y el encargado de la masa, Luciano Mazuecos, se van a elaborar unos 54.000 rosquillos, es decir, unas 5.400 bolsas, ya que cada una lleva diez rosquillos, que se venderán al precio de euros, y cuya recaudación irá destinada al mantenimiento de la Parroquia. 

Estos rosquillos se van a elaborar con 1.300 kilos de harina, materia prima que pone a disposición de las voluntarias la Parroquia y que se elaboran, según las participantes, con harina, azúcar, vino, anís, ralladura de limón “y nuestro toque personal”. Las voluntarias son las que pasan unos siete días en el Horno de Espinosa elaborando al día unos 500 kilos, es decir, diez masas.

Además, según el párroco de Santa María, Javier Quevedo, hay otros tantos voluntarios que se encargan de embolsar los rosquillos en la Parroquia, previo reparto de los rosquillos, por las noches, por parte de otros voluntarios que los transportan.

Cabe recordar que las bolsas de rosquillos se venderán el día 3 en la zona de la Sacristía,  desde la nueve de la mañana, si se acaban se cierra, pero si quedan, se volverá a abrir por la tarde, todo para que nadie se quede sin sus rosquillos, y por tanto, “sin protección frente a los males de la garganta”.