Los Reyes Magos de Oriente llevaron ilusión y regalos a los centros residenciales y hospitalarios de Alcázar
Los Reyes Magos no pueden dejar ni un solo rincón del mundo sin recorrer, ni un solo niño o niña sin recibir su regalo; pero también los mayores que han sido buenos y se merecen un premio. Por eso, lo primero que hicieron al llegar a Alcázar fue visitar residencias y hospital, para llevar sus regalos.
Sus Majestades pasaron por las resodencias Dilcinea, Santa Marta y Nuestra Señora del Rosario (GB); no se olvidaron tampoco de las ancianas que cuidan las Hermanas de La Cruz, tampoco de la vivienda tutelada de mayores, ni de la Joaquín Rodrigo; así como de los niños y niñas hospitalizados en el Mancha Centro. A todos ellos -un total de 451 personas- les hicieron llegar sus regalos.
Un trabajo duro al que están acostumbrados y que hacen con gusto, porque para eso entrenan durante todo el año, como dijo Melchor, el portavoz de Sus Majestades. Gaspar pidió a los más pequeños que no se olviden de dejárles algo de leche y galletas junto a los zapatos, “necesitamos reponer fuerzas durante la noche, que es muy larga”, dijo. Por su parte, Baltasar -siempre con una sonrisa- aseguró que no podría tener otro trabajo mejor, “me gusta dar regalos”. En cuanto a la media de bondad de pequeños y grandes de Alcázar, Melchor fue el más duro, “ los niños y niñas son buenos todos; los mayores… hay algunos que no tanto”.