DIÁLOGOS ENTRE VÍAS Y VINOS (Por Fructuoso López Vaquero, enólogo)

Rosa Melchor (alcaldesa de Alcázar y presidenta de ACEVIN): «Alcázar de San Juan es una ciudad vitivinícolamente viva»

Por Fructuoso López Vaquero

PREGUNTA. La primera pregunta que le haré será común para el resto de los líderes de los demás grupos o formaciones políticas de la ciudad. ¿Por qué La Mancha no ha conseguido dar el prestigio en calidad y precio que sí ha logrado trasladar al queso?
RESPUESTA. Tengo una opinión, no la respuesta, hay más de una. La primera razón es de índole romántica, forma parte de los sentimientos, y es que nosotros mismos no nos creíamos que podíamos hacer buen vino, y se apostó por vender a alcoholeras y a granel.



P. Lo de las alcoholeras ¿No es el resultado de una política paternalista de hace años, en la que el “papá estado” decía “vosotros producir que yo os garantizo la recogida y pago del producto”, con lo cual solo se pensaba en eso, en producir sin pensar en otros aspectos tan importantes como la calidad?
R.Efectivamente, ese era un problema importante, pero es cierto que estamos en continua evolución y las bodegas en general han apostado por un cambio en el trato del producto y han contratado a enólogos y enólogas, se cuida mucho el tipo de envase y su etiquetaje, incluyendo campañas de promoción importantes.


P. Pero ¿No cree que también tiene algo que ver con la imagen la importancia que se le da a la venta de gráneles? Aun sabiendo que es un mal necesario, a mí me crispa que un vino que sale de nuestras bodegas a 0,30 euros el litro sale después de otros países importadores multiplicando el precio por tres o por cuatro.
R. Claro que sí, incluso sin salir de España, ves que hay zonas sin apenas producción pero que venden y consumen nuestros vinos como si fueran de allí. Aunque en honor a la verdad, en los últimos tiempos las Denominaciones de Origen han puesto orden a este tipo de cosas, por tanto hablo en pasado. Pero si, los gráneles no dan prestigio.



P. En España en general, y en La Mancha en particular, se ha pasado, como dice Susana García, directora de la Interprofesional del vino, de considerar el producto como alimento a ornamento,  ósea que hay catas, comentarios de prescriptores, que más que un análisis organoléptico, parecen numeritos circenses. Yo pienso que hay que romper el sentido elitista que alguna gente le ha querido dar al vino. ¿Qué le parece?
R. Efectivamente, hay mucho postureo. Yo tengo unos amigos que cataban y discutían una vez sobre el aroma de un determinado vino, y uno de ellos se expresó diciendo que el aroma le recordaba a la flor del pitiminí que se criaba en la cara norte de la montaña x a las 6 de la mañana… Al escucharle, su abuelo, que era bodeguero, "estrujó" al chico, que quedó en evidencia, ni conocía la montaña y nunca se había levantado antes de las seis de la mañana para tales menesteres, tal vez sí se había acostado a esas horas… Lo que quiero decir es que efectivamente hay mucho postureo y mucho esnob por ahí.  El consumo siempre moderado del vino es mucho más sencillo y gratificante de lo que algunos han hecho creer.



P. Es usted la presidenta de ACEVIN; por favor, explique al lector de ‘El Semanal’ en qué consiste o qué hay detrás de estas siglas.
R. ACEVÍN es Asociación de Ciudades del Vino. Está pasando un buen momento, especialmente por el ecoturismo, actividad que está de moda y con tendencia a la subida y que para nuestra zona es importante ya que una fábrica se puede desmontar y trasladar a otro lugar, pero una historia, un cultivo milenario, un clima, etc., no se puede deslocalizar y eso es lo que el turismo con cierta inquietud y por tanto con un mínimo de calidad busca. El ejercicio pasado se ha cerrado con 3 millones de turistas en toda España, realmente es muy interesante el tema. Se está recuperando la llamada Ruta de Vino, que la anterior legislatura dejó perder. Es importante que Alcázar este incluida en la citada ruta.



P.¿Las bodegas del entorno, especialmente las de Alcázar, están colaborando con estos proyectos?
R. Han vuelto a ilusionarse después que por inanición se les dejó en la estacada con las Rutas del Vino. Además, Alcázar organiza algún acto relevante en pro del vino cada dos o tres meses, ósea, que es una ciudad vitivinícolamente viva.