Ruta Cervantin@lcazar noctámbula

Enmarcada en la programación del Fin de Semana del Patrimonio, la Sociedad Cervantina de Alcázar coordinó una ruta guiada en la que mostró a un numeroso grupo de personas los lugares de Alcázar de San Juan que tienen vinculación con el escritor y su obra

La noche del sábado 6 de agosto y dentro de la programación del Fin de Semana del Patrimonio (que el Ayuntamiento de Alcázar programó para los días 6 y 7 de agosto), ha tenido lugar una ruta Cervantin@lcazar noctámbula en la que miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar han mostrado a un numeroso grupo de personas -procedentes de diversos lugares de España y otras venidas de Chile- los lugares de nuestra ciudad que tienen vinculación con Miguel de Cervantes y su obra literaria.

La ruta tuvo comienzo en la escultura “Alonso con su gato” del escultor valdepeñero Antonio Lillo Galiani, situada en la Av. de Herencia frente a Aguas de Alcázar, que ya es punto de encuentro habitual de la ruta guiada y que en esta ocasión, debido a las numerosas actividades programadas, coincidió con los bailes de la Asociación de Coros y Danzas “Tierra Llana” que tiene su sede en el museo del Traje Manchego.

A continuación, los asistentes conocieron -mediante las explicaciones de Luis Miguel Román- la historia que encierra el Quijote Cósmico, en la plaza de Palacio, busto que Eulalio Ferrer (español exiliado en México tras la Guerra Civil y padre de la Fundación Cervantina de México) regaló a la ciudad de Alcázar de San Juan y del que existe otro ejemplar exactamente igual en Guanajuato, México.

La relación de amor e interés de Eulalio Ferrer por la ciudad de Alcázar de San Juan se remonta a la época en la que estuvo funcionando la “Orden de los Escuderos Sanchos” a la que el publicista español residente en México perteneció. (Justo es reconocer, que aquella Orden de los Sanchos, con sus escasos medios y su mucha ilusión y trabajo, puso con sus diferentes actividades a Alcázar de San Juan en el mapa del turismo español e internacional y en aquella época consiguieron para nuestra ciudad la denominación geo-turística “Alcázar de San Juan, corazón de la Mancha” de la que tanto nos enorgullecemos y de la que el pasado día 4 de agosto se cumplían  56 años de su publicación en la Gaceta de Madrid (Aprobado por Orden Ministerial de fecha 11-07-1966).

 

Posteriormente y en el atrio de la Iglesia de Santa María, parroquia fundada en 1226, conocieron la existencia de la partida de bautismo de un niño llamado Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, hecho acontecido en esta misma parroquia el 9 de noviembre de 1558 y que fue el inicio de la tradición cervantina de Alcázar de San Juan, que perdura hasta hoy. Pocas personas saben que, en un breve periodo durante la República, nuestra ciudad cambió su nombre de forma oficial por Alcázar de Cervantes, siendo identificada así en toda documentación oficial correspondiente a este periodo.

 

Los asistentes hicieron una breve parada en la calle San Juan, justo en el lugar en el que Constantino López Rubio explicó a los presentes que estuvo la casa de don Juan López Caballero, que del matrimonio con Inés de Cabrera tuvo tres hijos, Catalina Vela, Pedro Barba y Juan Barba (nótese la diferencia de apellidos entre hermanos ya que entonces no era obligatorio registrarse con el primer apellido del padre y el primero de la madre, como en la actualidad). Según las crónicas de la época dos caballeros llamados Pedro Barba y Gutiérrez Quesada, salieron de Castilla para cumplir una misión de armas en la corte de Felipe de Borgoña, midiéndose en duelo con los hijos bastardos del conde San Polo, y en el capítulo XLIX Primera Parte del Quijote, refiriéndose a estos dos personajes dice don Quijote:  "de cuya alcurnia yo desciendo por línea recta de varón".

También se explicó a los asistentes a  la ruta que un bisnieto de Juan López Caballero, que vivía en la misma casa, llamado Alonso Gutiérrez de Quijada había perdido la razón y su mujer, Teresa de Mendoza, pide en su testamento que la justicia nombre a su yerno Pedro de Cervantes -primo hermano de Miguel de Cervantes-, tutor de su hija Clara de 8 años, para proteger su patrimonio de la demencia de su padre: "que no tiene juicio y le está defendida la administración de los bienes" tal y como Cervantes describe en el capítulo I a Don Quijote.

En la Plaza de Cervantes antiguamente llamada de los Rosqueros y de las Rubias, frente al lugar donde se encontraba la casa natal de Cervantes, se recordó la figura del moteño Fray Alonso Cano Nieto quien fue uno de los grandes valedores de Alcázar de San Juan como cuna del Quijote por la tradición oral que le había llegado, transmitida de forma directa a través de personas que habían vivido en la época del escritor, como fueron los abogados Rodrigo Ordóñez de Villaseñor (coetáneo de Miguel de Cervantes), Francisco de Quintanar y Úbeda, que fue pasante del anterior  y Juan Francisco Ropero y Tardío, quien puso al corriente de Fray Alonso Cano de la tradición cervantina de Alcázar que se había ido transmitiendo desde la época del propio nacimiento de Miguel, como queda recogido en el Proemio a la edición de 1870 de la Real Academia Española realizado por el militar y académico Vicente de los Ríos.

La ruta finalizó en esta misma plaza dando un repaso al resto de los lugares del recorrido, como el Museo del Hidalgo donde se recrea la vivienda y el modo de vida de un hidalgo manchego del siglo XVII, o dando un repaso a los azulejos quijotescos del Parque Cervantes que contiene una reproducción única en España, donde se pueden ver gráficamente representadas todas las aventuras de la Primera y Segunda Parte del Quijote y que están colocadas en perfecto orden cronológico.

Antes de despedirse de los asistentes y agradecerles su participación en la ruta, se comentó la inspiración del escultor leonés, Marino Amaya, en la persona de Tico Medina para la estatua de Sancho Panza en la Plaza de España, donde junto con don Quijote, forman desde 1971 la imagen icónica de Alcázar de San Juan que acoge a nuestros visitantes.