FORÁNEO DE ALCÁZAR

Universidad Franciscana Alcázar (Parte III): Iglesia y Convento

Por Chindasvinto

Veremos en esta parte, la tercera, el soporte material donde se desarrolló la actividad universitaria, distinguiendo Iglesia y convento.

1. LA IGLESIA

“Suntuoso edificio, el de más grandes dimensiones de la villa”. Así lo describe el Geógrafo Real Tomás López a demanda de Carlos III. Para la descripción arquitectónica usamos el “Expediente para su declaración como bien de interés cultural (BIC) de 21 de marzo de 1989 “.

Fig.1. El templo dispone de una sola nave con capillas ahora comunicadas entre ellas (en sus inicios incomunicadas). Apreciar bóvedas nervadas y al fondo presbiterio donde se puede apreciar en parte alta blasón de los Grandes Priores (ver Parte II, Fig. 1).

Por este informe, conocemos que se trata de una construcción ajustada al modelo de construcción franciscana: templo de una sola nave con capillas laterales sin comunicación entre sí, aunque se comunicaron en el segundo decenio de pasado siglo para ampliar espacio en las celebraciones litúrgicas.

Fig.2. Torre de 35 metros, planta cuadrada y con cuatro cuerpos. Ver detalles en texto

El exterior tiene gran altura y tamaño y una esbelta torre de 35 metros de altura, planta cuadrada y cuatro cuerpos bien diferenciados. En el primero hay un hueco adintelado con piedra de un solo bloque, en el segundo cuatro vanos de las mismas características. El tercero que es campanario con cuatro arcos de medio punto y el cuarto lo forma una cubierta de pizarra en forma de capitel invertido. Como remate una cruz de hierro.

Fig.3. Entrada con los ornamentos descritos en texto

La portada fue rehecha en 1982 tras su pérdida en la Guerra Civil, según el original en piedra de sillería. En la parte inferior, la entrada al templo con arco de medio punto flanqueado por dos pilastras acanaladas. En la clave un ángel alado y el resto con decoración vegetal. A ambos lados y en las esquinas junto a las pilastras, hay dos medallones con cabezas en relieve. En la parte superior de la portada se distingue una hornacina, con imagen en piedra de San Francisco que sustituye a la original perdida en la Guerra civil.

El dintel está grabado con frase conmemorativa al año de fundación del templo que ya pudimos ver en detalle en la parte II de esta serie de artículos.

En el interior del templo, una mezcla de estilo renacentista con gótico tardío puede distinguirse cinco secciones: el presbiterio, el crucero (20 metros), las dos naves de capillas laterales y el coro situado a los pies del coro y soportado por un arco sector de circunferencia (arco escarzano).

Fig. 4. Capiteles renacentistas del arranque de las bóvedas

La nave central que puede apreciarse en (fig.1) tiene 10 metros de ancha, 18 de alta y 45 de larga está coronada por una bóveda de nervios destacados de gran variedad e interés. Los capiteles de arranque de la bóveda son platerescos. Los ventanales son renacentistas.

Fig. 5 Coro sobre arco escarzano. Cúpula nervada

En el templo había numerosos retablos, hasta trece. Destacaba el altar mayor con cinco secciones dedicadas la central y las extremas a esculturas y los dos intermedias a pinturas. Hay quien atribuye su autoría al alcazareño Miguel Barroso (s. XVI) aunque en modo alguno hay seguridad de ello. Todos los retablos y obras de arte, desaparecieron durante el tiempo que la iglesia estuvo cerrada a partir de 1836. Otros retablos estaban dedicados a San Roque, San Benito de Palermo, Cristo de la Paciencia, San Antonio y Jesús Nazareno. Completaban el conjunto varios retablos churriguerescos entre los que destacaba un retablo colgante en el que se hallaba expuesta una pequeña imagen de San Juan Bautista en marfil.

                                   

  

                                                                            

Fig.6. Capilla de Ntra. Sra. De los la Dolores. Construcción sufragada por Quintanar de la Orden

                                     

Fig. 7. Capilla Cristo de la Buena Muerte.

El templo fue declarado Bien de Interés Cultural el 30 de enero de 1991, aunque ya en 1953 se había solicitado expediente de declaración de Monumento Nacional. Hasta aquí, la Iglesia de San Francisco, a continuación intentaremos describir obteniendo datos y descripciones ya realizadas previamente, de un elemento constructivo que ya no existe y que fue la sede Universitaria.

2. EL CONVENTO

Tanto el novicio Ortega en sus Crónicas como Manzaneque en sus Apuntes históricos hacen algunos apuntes, siendo algo más explícito el segundo y se describe, evidentemente lo que logró sobrevivir a la desamortización y que Manzaneque tuvo oportunidad de conocer en vida. En 1871 estaba aún en pie puesto que hay datos de su tasación y ruinoso ya en 1833 cuando salió a subasta su solar (AHPCR, Archivo Histórico Provincial de Ciudad Real, 1871).

 A pesar de ser la descripción más completa, Manzaneque no conoció muchas estancias ya que de su misma pluma sale. [….. había además salones para sala capitular, refectorio, matadero, huerta y otras dependencias que llegaban hasta la travesía de la Mina….]. Veremos la descripción de Manzaneque y añadiremos estancias que aparecen en otros documentos:

 “El convento se componía de cuatro grandes cuerpos o crujías de tres pisos en forma de cuadro, con amplios claustros y un patio cuadrado de unos 15 metros por lado de piedra sillar arenisca. Cada lado tenía cuatro huecos de cuatro metros de altura y medio punto los que correspondían a los claustros bajos, con ventanas cuadradas en los altos. El convento tendría unas ciento cincuenta celdas, además de las del noviciado y las de los Santos Lugares, cuya puerta estaba en el descanso de la escalera, a la entrada de la sacristía.. Había además salones para sala capitular, refectorio, matadero, huerta y otras dependencias que llegaban hasta la travesía de la Mina, formando la Iglesia y el Convento una sola Manzana”. Lo que Manzaneque y fuentes conocieron personalmente el recinto del claustro y patio central.

Pero, por escritos en los que pedía ayuda al Gran Prior para reformar la cocina, se desprende que ésta era una construcción adosada al claustro, y por la documentación de la subasta de solares del convento, entre 1851 y 1883 (AHPCR, Archivo Histórico provincial de Ciudad Real), éste tenía portería y portales ubicados en la plaza de la Iglesia.

En el acta de fundación y dotación municipal de las cátedras de Gramática y de Artes en 1619, sabemos que se construyeron dos aulas para tal fin, independientes de la vivienda de los religiosos y a las que se accedía desde la calle (AHMASJ. Libro de acuerdos capitulares del ayuntamiento 1612-1623).

En 1666 el matrimonio de Alcázar Francisco de Reza y Francisca Muñoz crearon en el convento un “colegio” para doce estudiantes clérigos con cuatro cátedras abiertas a los naturales de la villa. Es posible que los estudiantes clérigos y los novicios estuvieran independientes de la comunidad dadas las normas franciscanas de separación entre formandos y resto de religiosos (por eso Manzaneque habla de 150 celdas además de las de los novicios).

Al respecto de los llamados “Santos Lugares”, desde 1748 existían en el convento dependencias conventuales para esos lugares que eran una Vice comisaría o delegación de la Comisaría de Tierra Santa de la provincia de franciscana de Cartagena con sus propias dependencias para residencia en La mancha y la Alcarria de los religiosos de Tierra Santa y guarda de las limosnas recibidas (AHN, Clero, franciscanos, Leg 1861). De modo que en 1747 el provincial de Cartagena accede a la petición del Comisario de Tierra Santa a conceder una celda para religiosos y donaciones y además un terreno para hacer paneras, cuadras y otras oficinas por valor de 4.000 reales, Las habitaciones cedidas eran de 20 por 7 metros y estaban a la izquierda de la escalera que va desde la sacristía a lo alto del convento y junto al claustro principal, el de San Francisco. Tras la invasión napoleónica y cierre del convento, a su apertura nuevamente en 1814, aumentaron los espacios para la Vicecomisaría por un monto de 300 reales.

También echamos de menos en la descripción de Manzaneque de lugares obligados por la legislación franciscana como los espacios dedicados a biblioteca, enfermería y hospedería.

Existían en el convento dependencias para uso del Gran Prior de San Juan, una celda para los Grandes Priores situada al principio de la escalera principal desde la sacristía con una realcoba que daba al altar mayor y servía de tribuna y lugar donde los Priores oían misa. Otra celda sobre la anterior era la dependencia de la Orden de San Juan y en el dintel de su puerta, en relieve una cruz de San Juan. Es posible, que según la costumbre constructiva franciscana del XVI de dispusiera de un segundo patio, con sus claustros, comunicado con el anterior.

Toda esta grandiosidad, estaría en relación con ser partícipe de privilegios que los franciscanos dieron a tres casas: Murcia, Cuenca y ésta de Alcázar, dotada con espacios para las cátedras de Teología y Artes, la asignación de un Predicador conventual, la reservas sus Lectores de Teología del encargo de hacer los exámenes a los que habían de ser Confesores y Predicadores en la Provincia y los ejercicios prácticos de los sacerdotes que aspiraban a obtener el grado de Predicadores generales.

De la gran importancia del convento es reflejo que en él se celebraran hasta la exclaustración y desamortización de 1836, 34 Capítulos Provinciales (asistían más de 50 hermanos), varios con la asistencia de Ministros Generales de la Orden Franciscana al menos en nueve ocasiones entre 1636 a 1818. En estos capítulos, de especial importancia radica la autoridad suprema de la Provincia que elige a su gobierno y legisla. Por tanto allí, en Alcázar se eligió a muchos superiores Provinciales de la Provincia de Cartagena. Además el lugar central dentro de la Provincia lo hacía ideal y al estar situado en tierras del Gran Prior de San Juan y ser Grandes Priores sus patronos, éstos colmaron de limosnas los gastos capitulares.

En el Capítulo de 1738 se trató de la división de la Provincia en dos a causa de la enorme extensión y las comunicaciones y el elevado número de frailes. En la propuesta, el convento de Alcázar pasaba a formar parte de la Provincia de Cuenca y se destinaba a casa de estudios de Teología escolástica (referente junto a Valladolid en esta materia) y noviciado La división se aprobó en 1745, pero no llegó a llevarse a efecto.

Por todo, el convento de Alcázar se consideró el cuarto de la provincia de Cartagena (que ya en 1752 disponía de 45 conventos con un total de 1532 frailes. tras los de Murcia, Cuenca y al Colegio de la Purísima, también en Murcia