ESCULTURA ESPAÑOLA DEL SIGLO XX, EN GALERÍA MARMURÁN

La Galería de Arte Marmurán inaugura este sábado la exposición "Es Cultura"

GARCÍA DONAIRE JOAQUÍN - TORSO TUMBADO - 28X58X19 - BRONCE

La muestra se podrá visitar del 31 de agosto al 8 de noviembre de 2024

 

Este sábado 31 de agosto, a las 20.30 horas en  la Galería de Arte Marmurán (Calle Castellanos 37, de Alcázar de San Juan, tendrá lugar la inauguración de la exposición "Es Cultura", una cuidada selección de escultura española  contemporánea".

Prólogo de Jesús Romero:

En primer lugar quiero agradecer que (quizá) la galería más prestigiosa de nuestra comunidad me haya encargado el Prólogo de esta muestra, del alto nivel que ustedes mismos van a poder comprobar. Antes de enumerar los  artistas cuidadosamente seleccionados quiero señalar  aquellos maestros  universales que influyeron en generaciones posteriores: Brancusi, Giacometti, Arp, Henry Moore y Julio González (comunicación personal Martín Chirino); sin olvidar el papel que ejercerán  los primeros renovadores impresionistas: Rodin-Camille Claudell y Aristide Maillol, uno de los escultores decisivos para la plástica moderna.

Hoy tenemos ante nosotros una selección de obras en la modalidad de escultura de artistas plásticos del metal y creadores de belleza. Todos herederos de las vanguardias y postvanguardias, e incluso algunos como Chirino, Feito,  Canogar, Pablo Serrano, o Donaire historia de las postvanguardias. Un periodo muy interesante, que en España fue posible a pesar de la férrea censura inicial franquista. Pero la recuperación de la modernidad en el tardofranquismo y el inicio de una vanguardia -en ocasiones radical- fue posible porque con anterioridad había existido una vanguardia enraizada y de gran solidez. No es necesario que mencionemos a los artistas españoles y su contribución en el periodo inicial de la eclosión de las vanguardias.

Algunos intelectuales e instituciones  como: Eugenio d´Ors y la Galería Biosca de Madrid (inauguración del Salón de los Once en 1943) o la Galería Buchholz;  Dau al Set alrededor de la revista homónima en Barcelona; el Grupo Pórtico en Zaragoza; los debates de la Escuela de Altamira en Santillana del Mar (1949 y 1950); el escritor y crítico de arte canario Eduardo Westerdahl (Reunión de surrealistas en Tenerife, 1935), hicieron posible la recuperación del pulso de la modernidad, que no debemos confundir con las vanguardias. Pero eso es otro asunto. Podríamos mencionar también aquí Los Encuentros de Pamplona, dos décadas después (1973).

Si estamos hablando de  modernización del arte no debemos olvidar al maestro Vázquez Díaz. Éste ejerció un magisterio decisivo en algunos de los jóvenes artistas que iniciaron su trayectoria en la década de los años cuarenta y cincuenta. Es el caso de Rafael Canogar, hoy presente aquí con una de sus obras (Castilla I), sin duda uno de los padres  del informalismo y la abstracción cofundador del Grupo El Paso desde sus comienzos (Pre-Paso, comunicación personal, Rafael Canogar) en la Galería Fernando Fe madrileña junto con Feito (también representado en esta muestra con dos soberbias piezas informalistas, Totem, El Pico), o Pablo Serrano (Toro). Otro de los padres del informalismo y perteneciente al Paso, principalmente escultor y más concretamente maestro de la forja, Martín Chirino (Cabeza).

Estos valientes autores, junto a otros contemporáneos, iniciaron la revolución del arte español dentro del Régimen, que a su vez se estaba beneficiando por su modernidad, prestigio e internacionalización.

Todos ellos hicieron posible que el informalismo fuera un estilo muy ibérico y español con sus señas de identidad (negros de Goya y el expresionismo de Gutiérrez Solana), mediante el cual el arte español se incorporó de nuevo  a la vanguardia y alcanzó un reconocimiento internacional. El informalismo contiene muchos de los planteamientos de la abstracción norteamericana y del surrealismo, aunque transformados y desarrollados en la búsqueda de una visión nueva y espontánea de la realidad. No debemos olvidar a la Escuela de Vallecas liderada por Alberto Sánchez  (escultor) y Benjamín Palencia. Paralelamente a esta tendencia informalista, la escultura había iniciado una trayectoria orientada hacia una abstracción de signo constructivo con artistas como Chillida, Oteiza, Martín Chirino, Pablo Serrano o Alfaro.

Tres tendencias escultóricas y pictóricas se desarrollaron en las últimas décadas del pasado siglo: el informalismo, la abstracción geométrica y el realismo, dentro de la figuración. Nuevas figuraciones como las desarrolladas por Eduardo Arroyo o el Equipo Crónica con referencias al pop art, o en la década de los ochenta el realismo social de Canogar o Genovés.

El escultor canario Martin Chirino inicia su producción escultórica con obras en hierro forjado, en madera y piedra volcánica sugeridas por las formas primitivas, el arte negro (tenerifeño y geográficamente africano), los tótemes y maestros de la escultura moderna como Arp o sus admirados Brancusi o Moore. Interesado por la pintura de Léger, en escultura su referente principal es Julio González.

M. Chirino, trabajador incansable, ha desarrollado singulares series escultóricas. De sus peculiares Espirales, añade: “los aborígenes de mi tierra canaria representaban como símbolo mágico, un elemento fundamental en los rituales guanches durante sus periódicas subidas a las cumbres más altas de las islas canarias para observar las estrellas”.  En la serie Cabezas que empieza a elaborar desde los años ochenta hasta sus últimas creaciones, como aparecen en la muestra de Marmurán, Martín recurre a juego de líneas que enlazan curvas y rectas en un tempo lento. Es uno de los máximos exponentes de nuestra Escuela de la Escultura en Forja, heredero de Julio González o Pablo Gargallo.

Realismo y Figuración. La realidad como objeto artístico vuelve a estar presente en el arte vivo desde la década de los sesenta con grandes escultores en nuestro panorama artístico (Antonio López, Juan Muñoz, o Jaume Plensa) inspirados en la Nueva Objetividad de Cristino Mallo y Ángel Ferrant. Autores que bajo la influencia italiana expresan su concepto de la condición humana y de la realidad del hombre moderno en obras que impactan y expresan silencio y soledad. Los escultores realistas madrileños –algunos presentes en esta muestra-, buscaron inscribirse en esta línea que representa la escultura occidental desde Donatello, a Francesco Messina, Marino Marini o Giacomo Manzú en el siglo pasado. Posiblemente fue en C. Mallo donde el poso italianizante  caló más profundo. Por esta circunstancia nuestra escultura logra diferenciarse de la escultura coetánea de Estados Unidos o Inglaterra, que carecían de la carga cultural de siglos que poseían los artistas españoles. Esa influencia hoy la podemos observar en la colección que muestra el equipo de Maroto con autores buscadores de la esencia del arte y cultura mediterránea como  Pedro Quesada y otros.   

    

Pedro Quesada, autor madrileño que goza de un gran reconocimiento gracias a su dominio del arte plástico, pintura y escultura.  Una escultura extremadamente realista hasta sus detalles más nimios. A veces inmóviles (Figura sentada), ajenas totalmente a la captación del instante vivo  y más cercanas a la intemporalidad. Otras veces contagiadas de la armonía propia del movimiento (Lola). Quesada ha sabido plasmar como pocos los entresijos de la figura en la infancia, reflejando la inocencia, ternura, vulnerabilidad y lo sutil de estas criaturas.

Este artista plástico forjado en el taller del maestro de Tomelloso afincado en Madrid y llamado a convertirse en el próximo Antonio López, realizó su primera exposición en Marmurán (2012).   Continuando con la figuración  pongo seguidamente  la atención en  el escultor manchego Joaquín García Donaire, un autor habitual en esta Galería. Fundador del Grupo de los Seis junto a Venancio Blanco, o C. Montaña. Pintor y escultor muy reconocido por el poeta y crítico de arte José Corredor-Matheos por saber ejecutar la figura humana mediante geometrías abruptamente recortadas (Torso tumbado, Amantes), según modelos abstractos; Javier Clavo (El mellao), tan buen y original pintor como escultor. En su obra expresionista predomina el instinto y la fuerza. Un autor muy bien conocido por Ángel Maroto desde décadas atrás (Galería Biosca,1974); Jorge Lencero (El Profeta), artista figurativo madrileño que se inspira –como en esta obra que Marmurán presenta hoy y otras de animales- en imágenes de nuestro acervo cultural. Una figuración expresionista con rasgos primitivos que el autor distorsiona, alarga de forma exagerada resultando obras dotadas de una gran fuerza; Ángel Flórez (Violonchelista) cuyos rasgos expresionistas y oníricos definen a un autor muy singular que convierte a su materia prima (metal) en puro movimiento; o el artista plástico catalán Óscar Estruga, reconocido por su misticismo y por reinventar mundos antiguos inspirados en la mitología griega (Icaronauta) y otras piezas en las culturas precolombinas desde una figuración expresionista.

Dejando el apartado figurativo llegamos a una abstracción más o menos constructiva con Carlos Albert. Un joven escultor  madrileño que se inició en 1999 y aprendió el oficio en el taller del arriba mencionado, Martín Chirino. Guillermo Maroto, actual director de la galería Marmurán, nos presenta unas piezas de gran fuerza e intensidad poética y espacial, materializando conceptos profundamente escultóricos como los de espacio, límite y gravedad que recuerdan al maestro donostiarra.

Albert es un autor muy galardonado y ha alcanzado una gran maestría  en el moldeado del metal que en sus manos cobra vida, a la vez que explora el espacio con sus geometrías y armonía resultando unas piezas muy interesantes (Tierra, Camino 002), reflejo de sus referentes: Chillida, Chirino, Julio González u Oteiza. En esta línea de la Escuela de la Forja el escultor residente en Segovia José M. Municio participa con unas creaciones también muy sugerentes (Hierro I, Hierro II). Muy bella y potente es la abstracción de José Luis Sánchez; y  María Antonia Román está representada con una pieza de gran sutileza que invita a ser acariciada sin necesidad de ser visualizada (Mármol rosa).

Enric Mestre, ceramista y escultor valenciano que subraya su necesidad de comunicar algo, y lo logra fusionando un trabajo artesano tradicional con la modernidad. Quizá con Rafael Canogar, los dos creadores en vida más internacionales de la actual muestra. Sus obras son el  resultado de una abstracción (Escultura circular) que surge de los surcos arados y texturas de los paisajes que le han acompañado durante su vida. Debido a su implicación con el arte y más concretamente con la cerámica ha dedicado una parte de su actividad a la enseñanza de esta disciplina.

Nada más, y nada menos… Espero que disfruten con esta excelente y cuidada selección de estos grandes creadores-artistas; no solo artesanos. La diferencia es que un artista siempre tiene algo que decir. Es más fácil ser excelente artesano que un buen artista y hoy nos encontramos ante “buenos (muy buenos) artistas”.

                                                                                                                 Jesús Romero, médico humanista

Florez
Javier Clavo
Oscar Estruga
Pedro Quesada - Figura sentada
Rafael Canogar