Manuel, te queremos

Equipo Balmes. Fase de ascenso a primera división (temporada 63/64)

Ha fallecido Manuel Mazuecos García (D.E.P.). En la actualidad todos los días volvía a “La Trini”, su Colegio, a recoger a su nieto, como lo hacía cuando estaban sus hijos. Durante la espera se sentaba en un banco en el Pretil y pensaba en los años que había pasado detrás de esos muros. Siempre llegaba a la conclusión de que la comunidad religiosa, profesores, compañeros, le habían enseñado a caminar por la vida con honestidad, valorando la amistad, el trabajo, el esfuerzo… Así se lo contaba a sus nietos, como antes lo hacía con sus hijos.

Manuel era un hombre bueno. Siempre pendiente de su familia: M. Luisa su esposa, sus hijos, Manuel, Luis Antonio, M. Luisa, nietos, y amigos. Generoso y muy alcazareño. En la década de los sesenta y de la mano del Padre Juan María Beitia, comenzó a jugar al baloncesto en distintas categorías, hasta llegar al Balmes, equipo con el que jugó dos ascensos a primera división. Que sus jugadores tuviéramos un chándal presentable y unas botas Tatum se lo debíamos a él y a Jesús Barrilero, ya que sus padres eran ferroviarios y viajaban gratis en el tren. Llegar a Madrid y encontrarse en la mayor tienda de deportes en la calle Preciados, fue para ellos todo un sueño. El viaje de regreso en el “correíllo” se lo pasaron oliendo el caucho de las famosas botas.

Uno de los ojeadores que por entonces tenía el Real Madrid de la sección de baloncesto le mandó una invitación para hacerle una prueba. Aquellas instalaciones le sorprendieron. Venía de jugar en campos al aire libre, con tableros de madera y ropa muy usada. Se encontró ante un viejo frontón de pelota construido en el siglo XIX donde el Real Madrid vivió sus primeros éxitos en copas de Europa, ligas y copas españolas. Cuando finalizó la prueba regresó a casa. Una lesión en la rodilla, le impidió desarrollar una carrera deportiva.

Placa conmemorativa que puede verse en la fachada del Pabellón de “La Trini”

Placa conmemorativa que puede verse en la fachada del Pabellón de “La Trini”

A partir de aquí y siendo demasiado joven, inició su carrera profesional. Ha vendido libros, toneles para vino, mecheros para cocinas de butano … Aprendiendo lo necesario para, más adelante, ser capaz de desarrollar la representación de guantes de piel de la empresa “Guantes Alcázar”, donde permaneció durante siete años.

Al poco tiempo emprendió una nueva aventura empresarial junto a tres socios fundando una empresa dentro del mundo de la moda y de la marroquinería que tuvo una expansión internacional con significativos éxitos.

Formó parte de la primera Junta Directiva que puso en marcha la Asociación de Antiguos Alumnos. Incluso llegó a ser presidente. Bajo el lema ¡Todavía sois colegio!, tenía como objetivo principal que los alumnos, que habían terminado sus estudios, no rompieran los lazos de unión con el mismo. Un año más tarde publicaron el Boletín Informativo de la Asociación, PRETIL.

Ha sido una de las personas que más trabajo ha realizado en beneficio de la expansión del baloncesto en la ciudad. Fue fundador del Grupo 76 de baloncesto y aportó gran trabajo en todas las categorías.

Cincuenta años después de la fase de ascenso

La gratitud es una emoción poderosa que, consiste en reconocer y valorar las cosas buenas que recibimos en la vida, ya sean personas, experiencias, oportunidades o momentos especiales. Nos ayuda a ser conscientes de todo lo positivo que nos rodea y a sentirnos más felices y satisfechos con lo que tenemos. Cultivarla, aunque sea de vez en cuando, nos ayuda a fortalecer nuestra salud mental y emocional, a mejorar nuestras relaciones interpersonales y a vivir de forma más satisfactoria.

Obejo. Municipio situado en la comarca del Valle del Guadiato, a una altitud de 702 metros sobre el nivel del mar y a 49 kilómetros de la capital de provincia, Córdoba. Hogar del pensionista, hora del aperitivo. Dos jubilados con más de setenta años, hablan de baloncesto en la barra del pequeño bar, tomando una cerveza y un rico salmorejo cordobés. Me uno a la tertulia. Hablan de Antonio Díaz Miguel, Vicente Paniagua…no puedo mostrar mayor satisfacción cuando les digo: “son nacidos en mi pueblo”.

Les pregunto si les haría ilusión hablar con Vicente Paniagua. Sus caras manifiestan grandes deseos. No se lo creen. Marco 687…034. Hola “Lalo”. Hola Vicente. Estoy en un pequeño lugar en el valle de los Pedroches, muy cerca de donde compraste los jamones para día de tu boda. Te paso con dos de tus admiradores. Pongo el altavoz. Mi nombre es Martín, “quiero darte las gracias por todo lo que has hecho por el baloncesto en el Real Madrid. Es todo un orgullo hablar contigo”. Ahora es José, el que habla, “buenas tardes Vicente, cuando le cuente a mis nietos que he hablado contigo se van a emocionar. Te sigo desde tus inicios en el Real Madrid. Ambos, “muchas gracias por el tiempo que nos has dedicado”. Vicente se despide con palabras muy cariñosas y la promesa de venir un día para conocerlos y darles un abrazo. Vicente con su sencillez, ha hecho un poco más feliz a dos personas que no conocía. Estas han hecho feliz a Vicente, demostrando la valoración de su trabajo. Tan lejos y tan atentos.

Olvidadizo. La ingratitud es una actitud negativa que puede afectar nuestras relaciones. Es importante aprender a valorar y agradecer los gestos de generosidad que recibimos, para cultivar la gratitud en nuestras vidas y fortalecer los lazos de solidaridad y confianza con quienes nos rodean. Es un sentimiento negativo que demuestra falta de aprecio y consideración hacia los demás. No valorar el esfuerzo de los demás, o incluso negar la existencia de hechos demostrables, deteriora la confianza entre las personas.

Con sencillas palabras, “Queremos recordar especialmente al Rvdo. P. Juan María Beitia. A José Luís Baquero, Antonio Gómez, Manuel Paniagua, Francisco Paniagua, Germán López, Juan Peñuela…todos ellos baloncestistas de corazón, que descansan en paz. Hoy se une desafortunadamente Manolo. Aquellos fueron un ejemplo de transmisión de valores y de propagar el espíritu colegial.

Pocas cosas importantes solemos recordar. Triste, muy triste.