Este tipo de poda, que en muchos casos prácticamente llega al desmoche, deja el arbolado sin masa foliar durante parte de la época más cálida del año, privando a los viandantes de espacios de paseo y recreo con sombra.
Por otro lado, esta poda tan drástica, promueve la emisión de chupones como puede apreciarse en numerosos aligustres podados el año anterior, en ocasiones de más de un metro, que requieren podas más intensivas y más mantenimiento.
Se produce, también, una alteración del estado fenológico del árbol y un retraso de la floración y de las alergias a épocas más secas.
Además, se ha realizado parte de la poda con herramientas poco adecuadas (tijeras manuales), que demoran demasiado las prácticas de mantenimiento del arbolado y requiere más personal.
Finalmente, el aspecto más grave, por el escaso compromiso medioambiental que manifiesta, es que no se han tenido en cuenta los ciclos naturales de las especies silvestres en plena época de cría (jilguero, verderones, verdecillos, pardillos, mirlos, gorriones, torcaces, etc.) Esto podría suponer una infracción grave de la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad que en su artículo 54.5 dice que “Queda prohibido dar muerte, dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres, sea cual fuere el método empleado o la fase de su ciclo biológico”. Por poner un ejemplo, de los últimos 10 aligustres podados el martes 9 de abril, se han fotografiado hasta 4 nidos de temporada que seguramente han sido abandonados.
Por todo ello, Salicor ha pedido al Ayuntamiento que haga una mejor planificación y se proceda a realizar estas operaciones en la época oportuna. Preferentemente en invierno si es más intensiva. Se pueden realizar recortes para definir la característica forma redondeada al aligustre en otras épocas. Por ejemplo, a finales de verano, pasada la época de cría, se puede evitar que el fruto maduro caiga al suelo (se hace en otras localidades).
También, que valore la reposición de estos árboles en zonas peatonales con escaso espacio. Además, hay zonas donde una copa amplia no molesta a fachadas de vecinos y se pueden evitar este tipo de intervenciones (zona del campo de fútbol, entre otras muchas).
En cuanto a recursos, que haya una utilización de herramientas adecuadas al trabajo realizado, de las cuales se dispone: cortasetos, pértigas, etc. Esto reduce mucho el tiempo de trabajo y el personal necesario.
Y por último que se haga un tipo de poda adecuada a la especie, recortando la copa en busca de su característica forma redondeada, reduciendo así la emisión de chupones y manteniendo el árbol en un buen equilibrio vegetativo para evitar un crecimiento desmesurado y molestias.
