Sobre la Banda de Música de Argamasilla de Alba (1930-1979) PRIMERA PARTE

Principios de los años 30 del pasado siglo. Fotografía de la primera plantilla de la Banda Municipal de Música de Argamasilla de Alba. En la segunda fila (sentado, segundo por la izquierda) su primer director D. Leocadio Cerro Rico.

Fiesta y celebraciones populares han constituido un excelente maridaje con la música a lo largo de la historia. Desde épocas primitivas, las distintas sociedades han venido realzando y deleitando con el arte musical aquellos acontecimientos de relevancia para el grupo social y en particular los de índole festiva.

Una de las principales manifestaciones musicales históricas de carácter popular han sido las bandas municipales de música. Si bien es cierto que para localizar su génesis más primitiva habría que remontarnos algunos siglos más atrás, será tras la Revolución Francesa y durante el siglo XIX cuando tenga lugar el desarrollo de las bandas de música modernas tal y como las conocemos hoy. El fenómeno del origen de las actuales bandas de música en España, en cuanto a disposición instrumental, con la salvedad de la evolución que han sufrido con el devenir de los años, hay que situarlo a principios del siglo XIX, durante la guerra de la Independencia.

El siglo XX vio un aumento de las bandas civiles en la Europa continental. Las primeras décadas de esta centuria fueron un momento de gran expansión para las bandas españolas, fundándose entre otras las bandas municipales de Valencia (1903), Madrid (1909), Alicante (1912) y Castellón (1925).

Y es en esa primera mitad del siglo XX cuando el Ayuntamiento de Argamasilla de Alba decide crear su propia banda municipal de música con el afán de realzar y amenizar los distintos eventos festivos y solemnes que periódicamente se sucedían en la vida local, así como aquellos de carácter extraordinario con motivo de efemérides especiales que demandaban una especial celebración.

En este contexto era habitual durante el primer tercio del siglo XX que por parte de las autoridades argamasilleras se contratarán los servicios de bandas de música pertenecientes a otros municipios, con la finalidad primordial de amenizar las fiestas locales y en especial las celebradas en honor a la Virgen de Peñarroya a comienzos del mes de septiembre. Así, era frecuente la participación en las fiestas patronales de las bandas de música de Tomelloso, La Solana, Ciudad Real o Manzanares.

Será en septiembre de 1930 cuando la Comisión Municipal Permanente del Ayuntamiento de Argamasilla de Alba en sesión celebrada el día 19 de ese mes y a propuesta del Alcalde D. Pedro Padilla Parra, tome el acuerdo de que se haga el encargo a D. Santos Carrero Ramírez, a la postre director por entonces de la Banda Municipal de Tomelloso, para que “forme y eduque a los vecinos de esta villa que sean precisos para llegar a organizar en esta población una banda municipal de música”, asignándole al maestro Carrero para ese cometido el sueldo de 200 pesetas mensuales con cargo al presupuesto municipal.

No es coincidencia que esta importante decisión se tome tras la celebración de las fiestas en honor de la Virgen de Peñarroya, patrona de la Villa, las cuales habían sido amenizadas por la banda municipal de la localidad de Manzanares que había cobrado por sus actuaciones 1278 pesetas, sin contar otros gastos como las 38,75 que hubieron de ser abonadas Venancio Carretón Olmedo, por los refrescos que por cuenta del ayuntamiento se facilitaron a los miembros de la banda manzagata.

Tomada la decisión de contar con banda municipal propia, el siguiente paso de la corporación municipal será la de adquirir los distintos instrumentos musicales con que aquella nueva formación musical habría de contar. Los trámites y gestiones se llevarán a cabo en noviembre de 1930, siendo adquiridos los primeros instrumentos a la casa Estanislao de Luna de Zaragoza por un importe total de tres mil pesetas pagaderas en dos plazos, el primero con cargo a los presupuestos de 1931 y el segundo con cargo a los del año 1932 con un recargo del 6% en concepto de intereses.

Fundamental, sin duda, será la decisión sobre el nombramiento del primer director que habría de tener la recién creada banda municipal. Dicho nombramiento será acordado el 27 de diciembre de 1930 y recaerá sobre D. Leocadio Cerro Rico,  que  con el haber anual de tres mil pesetas será la primera batuta que dirigirá a los músicos argamasilleros. D. Leocadio Cerro había sido miembro de la primera plantilla de la Banda Municipal de Música de Madrid (fundada en el año 1909) como saxofón 2º y posteriormente sería director de la banda municipal de Madridejos. Nombrado el director seguirán adquiriéndose instrumentos y útiles diversos para la banda municipal recién creada, como los atriles para los músicos a finales de 1930. D. Leocadio Cerro fijará su domicilio en la calle Ángel Dotor de nuestra localidad donde residirá junto a su esposa Dª. Pilar Leciñena.

Con el advenimiento de la Segunda República, la importancia y relieve que adquirirá la cultura musical no será baladí. Así, en agosto de 1931 siendo alcalde ya D. Ricardo Lanzarote Cros, se designará como presidente de la banda municipal al primer teniente de alcalde D. Antonio Amat Hilario y en los años siguientes existirá un concejal delegado de la banda de música. Los primeros uniformes para la primera plantilla de músicos serán encargados en julio de 1931 a la casa Masó de Madrid. Posteriormente, su arreglo y adquisición de otros nuevos, serán encargados al sastre Don Vicente Cano. Por lo que he podido averiguar es muy probable que la puesta de largo de la banda municipal tendrá lugar durante el mes de agosto de 1931 en los prolegómenos de la feria y fiestas, muy posiblemente el día 15 de ese mes coincidiendo con la festividad de la Asunción.

Inicialmente, las reparaciones de los instrumentos eran llevadas a cabo en ocasiones por artesanos de la localidad como era el caso de Domingo López, mecánico que lo mismo reparaba los útiles del cuarto de corredores de la villa como tan pronto arreglaba una trompeta o un trombón  de la banda de música. El maestro guarnicionero Julián López de la Vieja era el encargado de facilitar correas y fundas de cuero para determinados instrumentos como los platillos.

Decisión pareja a la de crear una banda de música sería la de determinar cual habría de ser su sede o lugar de ensayos. La academia de la banda de música quedaría emplazada inicialmente en el salón de sesiones del propio Ayuntamiento. No obstante, pronto se iniciarán trámites para buscar un local adecuado. Tras varias alternativas y ya bajo la Alcaldía de D. Antonio Amat Hilario, se decidirá el 25 de enero de 1932 adquirir en arrendamiento para la academia de la banda de música municipal el local ofrecido por D. Carlos Serrano Gómez en el salón del edificio de su propiedad sito. en la calle Melquiades Álvarez, 11 (actual calle Tercia), en la cantidad de ciento cincuenta pesetas pagaderas por trimestres vencidos. El contrato de arrendamiento se suscribirá por el plazo de un año que podría ser prorrogado por un año o más años a conveniencia de las partes contratantes. Esta decisión contará con críticas de algunos miembros de la corporación como el propio ex alcalde D. Ricardo Lanzarote que abogaban por que la academia continuara ubicada en el salón de sesiones del ayuntamiento por el evidente ahorro que ello supondría para las arcas municipales.

Con el devenir de los años la academia de la banda municipal pasará luego a ocupar un salón en la planta baja del antiguo ayuntamiento y posteriormente (años 70) en los sótanos de la casa consistorial actual.

Estrechamente relacionada con la creación de la banda de música municipal será la construcción apenas un año después, del famoso y ya desaparecido kiosco de la Glorieta, cuyas obras se inician a finales de 1932 prolongándose durante 1933. Entre otros materiales, para su construcción se emplearían doce pilares de hierro fabricados por el maestro herrero local Antonio Peinado. De planta poligonal, la cubierta destinada a los músicos estaba rodeada con la típica balaustrada de mampostería. Contaba en su parte inferior,  con un local que será objeto de arriendo o concesión para la venta de refrescos (también polos artesanos a elaborados a partir de barras de hielo). Será a finales de 1934 al tratarse de las exacciones municipales que habrían de estar vigentes durante el ejercicio de 1935 cuando el ayuntamiento argamasillero establezca  por primera vez el arbitrio relativo a la explotación del citado kiosco, acordando sacar a subasta pública su concesión por tres años a razón de 400 pesetas cada uno. El primer adjudicatario será D. Venancio Carretón Olmedo,  que lo cederá en mayo de 1935 a su hijo Ricardo Carretón Ruiz, a la postre bisabuelo y abuelo respectivamente del autor. Este kiosco acogería durante muchos años las actuaciones de la banda municipal de música hasta que fue desmantelado con ocasión de la remodelación de la Glorieta llevada a cabo décadas después.

El kiosco de la música en el parque de La Glorieta de Argamasilla de Alba.

Durante el buen tempo la banda amenizaba las noches de los domingos con sus conciertos en la Glorieta.

En agosto de 1933 el concejal D. Abundio Arenas Romero pedirá a la corporación que estos conciertos pasaran a celebrarse por la tarde en vez de por la noche con el fin de que la clase obrera pudiera disfrutar de esta actividad de esparcimiento. Tomado en consideración el ruego del citado concejal, el ayuntamiento acordará que por los entonces concejales delegados de la banda, D. Gabriel Lucendo y D. Manuel Roncero puestos de acuerdo con el Sr. Director de la misma, vieran la forma de armonizar las horas de los conciertos públicos, con el fin de que todas las clases sociales puedan disfrutar de las actuaciones de la banda municipal.

En diciembre de 1934 con motivo de la discusión del presupuesto ordinario que abría de regir para el año 1935, los concejales delegados de la banda D. Gabriel Lucendo D. Manuel Roncero, propondrán a la corporación  con el fin de  fomentar la cultura en el arte musical, que se consignará en el presupuesto la cantidad de 6250 pesetas para gratificación a los músicos, gratificación que debería asignarse según la categoría de cada uno y para ello se pedirá al Sr. Director de la banda que se ocupara de dicha clasificación. Pretendían igualmente que con esa cantidad se sufragarán los demás gastos que como repertorio fueran necesarios para la Banda Municipal. Dicha propuesta será aprobada por mayoría tras ardua discusión, contando no obstante con el voto en contra de varios concejales.

Sin embargo el maltrecho estado de las arcas municipales motivara que esa consignación no se plasme para el ejercicio de 1936. De este modo tras el advenimiento al poder municipal del Frente Popular, la nueva corporación municipal acordará que con el fin de no privar al vecindario de la distracción que suponían los conciertos públicos de la banda municipal durante la estación de verano, con cargo al presupuesto municipal se abonaran 50 pesetas a la banda municipal por cada concierto que esta diera en la vía pública durante el verano de 1936. En este aciago año en que tendrá su inicio la Guerra Civil española formaban parte de la banda entre otros músicos D. Estanislao Salazar y D. Marcelino Lucendo.

Como no podía ser de otro modo la Guerra Civil supondrá un importante y desgraciado obstáculo para la continuidad de la actividad de la banda municipal de música. A finales de junio de 1938 no queda un solo músico de los que la componían y dado que el director no puede seguir instruyendo a chicos jóvenes, se planteará por el gobierno municipal que con el fin de economizar sueldos sin provecho se prescinda de sus servicios. La propuesta contará con la firme oposición del por entonces gestor (concejal) D. Juan Menchén que alegará que aunque penosas, las circunstancias de la guerra no eran causa justificada para destituirle, acordándose finalmente ofrecer a D. Leocadio Cerro llevar a cabo algún otro tipo de servicio en las oficinas municipales mientras durasen tales circunstancias.

Finalizada la Guerra Civil la nueva corporación municipal bajo la presidencia de D. Joaquín Millán Cappa, intentará dar un nuevo impulso a la banda municipal de música. Tras el fallecimiento del director D. Leocadio Cerro Rico, el cual en los últimos años había presentado un estado de salud delicado, el 1 de septiembre de 1939 se nombrará a D. Vicente Martín Díaz, natural de Tomelloso y perteneciente al Cuerpo de Directores de Bandas de Música  como director interino de la Banda Municipal de Música de Argamasilla de Alba. Martín Díaz ya llevaba al frente de la banda desde hacia aproximadamente cuatro meses y había demostrado su amplia competencia para el desempeño del cargo.

El nombramiento de Martín Díaz como nuevo Director supondrá un hito que marcará de manera crucial el devenir de la joven banda municipal y no en vano podríamos  decir que será uno de sus directores más destacados y relevantes.

Fruto de este nuevo impulso a principios de 1940 se llevará a cabo una convocatoria destinada a aquellos vecinos que quisieran formar parte de la banda de música del municipio. Expirado el oportuno plazo de presentación de instancias, el 12 de marzo de 1940 se acuerda admitir provisionalmente a los siguientes individuos, al cumplir todos ellos las condiciones exigidas:

Alejo Carretón Mena: Clarinete principal.

Jerónimo Rubio Moreno: Saxofón Tenor primero.

Carlos Mulas Rodríguez: Fiscorno primero.

Juan Vicente Peinado Ramírez: Trompeta primera.

Vicente Carretón Serrano: trompeta segunda.

Luis Rodríguez Calvillo: Trombón primero.

Luis Ramírez Serrano: Trombón segundo.

Marcelino Lucendo Cañas: Tuba primera.

Juan Rodríguez Calvillo: Caja primera.

Quedarán pendientes de examen de comparación por un lado Gumersindo Gabaldón Menchén y Cruz Peinado Ramírez al solicitar ambos el Bombardino primero y por otro lado Alejandro Rubio Choque y Luis pardo San Ignacio, para el Bombo, para cuyo fin se citará a los individuos de referencia para que comparecieran en el Ayuntamiento el día 15 de marzo para someterse al Jurado que haría de dirimir sobre quienes habría de recaer el nombramiento.

El nuevo  Delegado de la Banda será el gestor municipal Don Antonio Martínez Sáez. Una de las primeras medidas que habrá de llevar a cabo en los primeros meses de 1940 será la reparación de un amplio número de

Año 1942. Al frente de la Banda Municipal D. Vicente Martín Díaz. (Fotografía de Carmen Martín). Sus componentes no dispondrán de uniformes hasta 1946.

instrumentos. Para ello se contratarán los servicios de la empresa Garijo Menéndez y Respaldiza  con sede en Madrid. La Sociedad Garijo, Menéndez y Respaldiza creada en los años veinte en Madrid estuvo formada por los músicos Manuel Garijo Moreno, reconocido flautista, que formaría parte entre otras de la Orquesta Sinfónica de Madrid; Vicente Respaldiza Herce, compositor, clarinetista y empleado de banca  y por el gran maestro clarinetista Julián Menéndez González. Estos instrumentistas alternaron su profesión con la actividad comercial de venta de instrumentos y partituras. También en estos años se llevará a cabo la suscripción del Ayuntamiento a publicaciones especializadas destinadas a la banda municipal  como la Revista Musical Harmonía y  la revista Música Moderna.

La compra de nuevos instrumentos a la casa Sixto Arnau supondrá también un importante quebradero de cabeza para un ayuntamiento diezmado económicamente. Tal es así  que al no poder hacer frente al pago de aquellos, será demandado ante los tribunales. No obstante la oportuna negociación llevada a cabo en febrero de 1942 entre la representación legal del acreedor y la corporación municipal permitirá al consistorio asumir el pago de la deuda mediante amortización de la cantidad mensual de trescientas pesetas al mes mientras el presupuesto corriente lo permitiera haciéndose en caso necesario  la aportación o transferencia de crédito oportuna. La Casa Erviti de San Sebastian, fundada en 1875 y que aún en nuestros días de la mano de la quinta generación sigue vendiendo sus productos a músicos de toda España,  será otra de las que servirá instrumentos musicales a la Banda Municipal de Música de Argamasilla de Alba.

El 16 de marzo de 1944, tras el oportuno concurso, el Gobierno Civil a instancias de la Dirección General de Administración Local pedirá al Ayuntamiento la emisión de informe por orden de prelación en relación a los candidatos a ocupar en propiedad la plaza de Director de la Banda Municipal de Música a tenor de cuanto disponía la Ley de 10 de noviembre de 1942 y apartado 4º de la Orden del Ministerio de la Gobernación de 29 de febrero de 1944. Después de un detenido y minucioso examen de todas las documentaciones presentadas en relación con sus méritos, estudios, categoría, servicios prestados, etc, por unanimidad absoluta de todos los señores reunidos, se acordará que la relación de concursantes a la misma la encabezara Don Vicente Martín Díaz, perteneciente al a categoría 1ª, clase 5ª número 113 de Escalafón, por llevar prestando sus servicios en esta banda por tiempo de cuatro años, once meses y quince días, con méritos suficientes para el desempeño de la misma, teniendo además presente los estudios y méritos profesionales en general. Otros candidatos que figuraban en la lista  junto al maestro Martín Díaz  y que serán a la postre importantes directores serán Matías Grau Aragó, Juan Moragues Soldino o Pedro Gil Lerín.

Vicente Martín Díaz tomará posesión de su plaza en propiedad el 20 de octubre de 1944, tras su nombramiento con tal carácter por la Dirección General de Administración Local, nombramiento celebrado de forma unánime por la corporación municipal en su sesión del día dos de noviembre de ese año.

Durante los años 40 la programación anual de actividades de la banda tenía un carácter anual. Así en octubre de 1945 el Director D. Vicente Martín Díaz presenta al Ayuntamiento una programación específica para lo que él llama temporada mínima, media e intensiva de cara al año 1946. Junto a dicha programación correspondía al Director presentar el presupuesto correspondiente para el ejercicio venidero. Así para 1946 en relación con la temporada media elegida por la corporación municipal se establecen las siguiente actuaciones: 18 conciertos públicos todos los domingos desde primero de mayo al treinta y uno de agosto. Dos conciertos públicos las fiestas de la Independencia y Alzamiento. Cinco conciertos públicos los días de la Ascensión, Corpus Christi, San pedro, Santiago y Asunción. Quince actuaciones varias, conciertos pasacalles, etc, del programa oficial de festejos de feria. Ocho servicios varios, pasacalles procesiones desfiles, etc,. Respecto al régimen de ensayos se establecía el siguiente: doce ensayos preparatorios gratuitos uno por cada mes de compromiso anual. Ochenta y cinco ensayos preparatorios retribuidos con el cincuenta por ciento del sueldo. Cuarenta y ocho ensayos generales gratuitos uno por cada actuación en público. En cuanto al reparto de los ensayos a lo largo del año, cien de ellos se realizarían desde el primero de noviembre al treinta de abril, a cuatro por semana. Veintisiete, a tres por semana, desde el primero de mayo al treinta de junio. Diez y ocho, a dos por semana, desde el primero de julio al treinta y uno de agosto, con recuperación de los que se suspendan por días festivos  u otras causas, si las necesidades del repertorio así lo exigieran.

La disciplina en lo concerniente a la asistencia a los ensayos de la banda estará también presente en esta nueva andadura, dándose el caso de la expulsión de algún componente acordada por la Corporación Municipal a instancias el Director de la Banda D. Vicente Martín Díaz por ausencias reiteradas de los ensayos.

Que los años cuarenta del siglo pasado fueron años de escasez y penuria en España no nos es cuestión desconocida. Obviamente los músicos de la banda argamasillera también sufrían esas carencias y estrecheces. Tal es así que en agosto de 1944 tras casi ocho meses sin cobrar, dirigirán una instancia al ayuntamiento  solicitando que se les abonaran sus haberes desde primero de enero. La corporación tras excusarse en que la falta de haber hecho efectivos sus descubiertos, no era otra que el hecho de que la caja municipal no contaba con efectivo alguno para ello, acordará por unanimidad que se incremente todo lo posible la gestión de cobro de los diversos impuestos municipales vigentes de ese año y todos los atrasos que se encontraban ya en manos del agente ejecutivo con la intención de que para el primero de septiembre se les abonara a los músicos al menos los sueldos correspondientes al primer semestre de ese año.

 A finales de 1944 la corporación municipal con el fin de satisfacer las justificadas demandas de los músicos aumentará la  consignación presupuestaria para sufragar los gastos de la banda municipal de música. Así se fijará   en diez mil pesetas la cantidad prevista para sufragar los gastos de material y vestuario de la banda municipal estableciendo igualmente su atención en lo que se refería al sueldo de los músicos que se consideraba inadecuado, determinándose una consignación de nueve mil ochocientas sesenta y cinco pesetas cuarenta céntimos por este concepto.

En 1946, ya bajo la alcaldía de D. Andrés Carretón Mena se dotará de nuevos uniformes a los miembros de la banda municipal de música. Se comprarán en total veinticinco uniformes con gorra por un importe de doce mil trescientas setenta y cinco pesetas a cuatrocientas noventa y cinco pesetas cada uno, importe adelantado por el ayuntamiento pero que deberán ir reintegrando los beneficiarios durante el ejercicio de 1947. Esta política de uniformidad, por la que los músicos debían sufragar el importe de su uniforme era la misma que se seguía por entonces con otros empleados uniformados como los ordenanzas o los miembros de la Guardia Municipal.

Durante los años cuarenta se materializa la suscripción a otras  publicaciones musicales que proveían de obras a la banda municipal, obras también adquiridas a la editorial Unión Musical Española, debiéndose abonar ya por entonces también el oportuno canon a la Sociedad General de Autores de Madrid por derechos de ejecución del repertorio musical a cargo de la banda municipal.

En octubre de 1947 se adecuarán las retribuciones del director D. Vicente Martín Díaz  a lo previsto en el Reglamento  del Cuerpo de Directores de Banda de Música de 1934 en cuanto al sueldo que debían  disfrutar los directores titulares correspondientes según la clasificación de las plazas que ocupaban, siendo la de Argamasilla de Alba de la sexta categoría, por lo que le correspondía percibir en concepto de sueldo el setenta y cinco por ciento del asignado a los Secretarios de las respectivas corporaciones, acordando  por unanimidad la corporación municipal consignar para esta plaza en presupuesto la cantidad de nueve mil pesetas anuales que era la correspondiente en relación con la que tenía asignada el Sr. Secretario  de la corporación municipal.

La banda municipal seguirá amenizando y deleitando a los vecinos de Argamasilla con un amplio repertorio. Como ejemplo, en el concierto de lunes de feria de 1947 este era el programa que la banda tocaría a las 12 de la mañana bajo la batuta de Martín Díaz:

1.    Suspiros de España (pasodoble) Álvarez.

2.    La Canción del Olvido (selección) Serrano.

3.    A orillas del Danubio (valses) Strauss.

4.    Molinos de Viento (fantasía) P. Luna.

5.    La Calesera (fantasía) Alonso.

6.    Serenata Célebre (lied) Schubert.

7.    Katiuska (1ª fantasía) P. Sorozabal.

8.    La Giralda (pasodoble) Juarranz.

Vicente Martín Díaz permanecerá al frente de la Banda Municipal de Música de Argamasilla de Alba hasta finales de 1953, momento en que pasará a dirigir la banda municipal de Manzanares.

Tras dejar la dirección de la banda de música de Argamasilla de Alba, Martín Díaz presentará a la corporación municipal una memora explicativa de su gestión como director hasta la fecha de su cese por traslado al ayuntamiento de Manzanares. En su sesión de 31 de marzo de 1954, la corporación municipal en pleno manifestará y elogiará vivamente la actuación de este excelente funcionario.

Fotografía tomada el 1 de septiembre de 1948 en la Plaza de España junto a la Parroquia de San Juan Bautista. Celebración de las fiestas en honor a la Virgen de Peñarroya. La banda de música está situada detrás de la imagen de la imagen de la Virgen. Como curiosidad cabe decir que es la niña Carmen Martín, hija del maestro  la que, vestida de blanco, aparece sosteniendo las partituras a su padre al quedarse accidentalmente  sin atril.  (Fotografía  de Carmen Martín)

En la segunda parte de este artículo ahondaremos, siquiera brevemente, en la figura de Vicente Martín Díaz y seguiremos conociendo la historia de la Banda Municipal de Música de Argamasilla de Alba.