La familia del feriante detenido como presunto agresor autor de la muerte violenta del joven herenciano Gonzalo Buján se ha puesto en contacto con El Semanal para explicar su versión de cómo ocurrieron los hechos (acontecidos en la localidad de Herencia en la tarde-noche del pasado sábado, día 10, en el recinto de atracciones montado junto al Palacio del Carnaval) y desmentir algunas afirmaciones que, en su opinión, “son totalmente falsas”.
Según su versión, todo comenzó cuando, alrededor de las ocho de la tarde, una joven se acercó a la atracción del feriante ahora detenido y se puso a orinar cerca de la taquilla, donde estaba trabajando la mujer de éste, quien al verla comenzó a llamarle la atención. Discutieron, pero, según este familiar, “ahí se quedó la cosa”. La chica se marchó, según relata, pero al tiempo regresó con dos amigos (uno de ellos, el joven fallecido) que comenzaron a increpar al feriante y a su mujer, retomando la discusión, “insultándolo y amenazándolo, diciéndole incluso que le iban a pegar dos tiros”. “Hubo un forcejeo. Y entonces fue cuando otro chico, que trabajaba en la misma feria, pero no para nuestra familia, se acercó para ayudar y le pegó un puñetazo que le hizo caerse para atrás al suelo y golpearse en la cabeza. No hubo brutal paliza. Ni llave inglesa, ni barra de hierro, como se dice por ahí”. “Nuestro familiar no lo tocó, fue el otro chico el que le golpeó y tal vez, porque iban un poco bebidos, algo normal en Carnaval, fue por lo que se cayó”, añade.
Los familiares del feriante esperan que la autopsia aclare lo sucedido y hacen un llamamiento a la sociedad para que “no condenen a nadie antes de tiempo”. Lamentan los hechos y el trágico desenlace de esta historia, sobre todo “porque todo ocurrió por una tontería”; y piden rigor y seriedad a los medios de comunicación, “que han entrado en el facebook y difundido las fotos de nuestro familiar condenándolo como a un asesino desde el principio, sin atender ni escuchar su versión de los hechos”. Y mucho más a los usuarios de las redes sociales, donde la imagen del feriante ha corrido como la pólvora, condenado ya como autor de “una paliza brutal” que, según esta familia, “no fue tal”.
