El pasado domingo con un total de 54 participantes

El CD El Porvenir disfrutó de su segunda Ruta de Senderismo por Ruidera

Desde la Cueva de Montesinos con una distancia aproximada de 14 kilómetros

El Club Deportivo "El Porvenir" disfrutó de su segunda ruta de senderismo. Esta vez el pateo transcurrió por el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera.
        

El trazado elegido en esta ocasión fue circular comenzando en la Cueva de Montesinos hasta donde llegaron en autobús los 54 participantes en la ruta. El recorrido elegido para esta jornada pedestre comenzó pasando por la Cueva de Montesinos descendiendo por la cuesta La Magra, cruzando el arroyo de Alarconcillo donde se puso a prueba la destreza como caminantes de todos los participantes en esta segunda convocatoria, al tener que enfrentarse al paso por un tronco elevado para cruzar el arroyo con dirección al Molino del Tobar.
        

Una a una, guardando el equilibrio, superaron la primera prueba de la ruta todas las personas que participaron en esta segunda aventura. Fue la prueba de iniciación y la más dura de todo el recorrido. Y la más divertida.
        

El primer descanso y foto de grupo se realizó en el Castillo de Rochafrida después del pequeño ascenso a la fortaleza para disfrutar de las vistas y recorrer la curiosa construcción defensiva donde se siguen haciendo excavaciones para conocer más sobre su pasado. Un lugar recóndito que merece la pena conocer y disfrutar.
        

Desde el castillo el grupo continuó su ruta por el camino a Casa Antonio, para disfrutar esta vez viendo correr el agua al cruzar el arroyo Alarconcillo de nuevo para ascender a La Serna (933 metros) una subida suave que conecta con la vegetación de monte de Ruidera y donde se pudo disfrutar de las sabinas, encinas, quejigos y sobre todo del esplendor del romero en flor durante todo el camino y de otras aromáticas como el tomillo con un aroma tan especial en esta zona.
    

Una vez arriba, parada para almorzar, descansar, y compartir un rato entre todos. Más adelante a la altura la famosa cruz de las Monjas se hizo otra parada para disfrutar del espectacular paisaje y vista de las lagunas desde lo más alto.
    

El descenso fue lo mejor. La serpiente multicolor de más de cincuenta senderistas abordó la bajada con ánimo entre las dificultades que ofrecían las piedras del camino y la tierra suelta. Un descenso bastante técnico que no asustó a ninguno de los aventureros y aventureras del variado grupo.
    

Una vez todas abajo, recuperado el resuello y sacudidos los pantalones para quitar la tierra, el grupo circuló compacto por la senda Pie de Enmedio que lleva a la ermita de San Pedro de Verona (que transcurre por el margen de la laguna San Pedro), comprobando los últimos estragos que causó el agua en la riada que hizo que el caudal del arroyo subiera al menos tres metros, llegando desbordar el cauce y a inundar casas y caminos (se cuenta que llegó hasta el cuarto escalón de la ermita) y a su paso se comprueba como destruyó muros de algunas edificaciones cercanas al río).
    

Desde la Ermita se enfiló el ascenso por la cuesta La Magra de nuevo hacia la Cueva de Montesinos, pasando otra vez por la construcción de lo que parece un monumento referente a la orden de Santiago. Con la subida a Montesinos concluyó la caminata, que según la valoración de los participantes fue del gusto de todos y a pesar del cansancio del recorrido, ya preguntaron por la próxima salida.