Una de las especialidades que más cambios ha experimentado en la Odontología, es sin duda, la Ortodoncia, la cual estudia, previene y corrige las alteraciones del desarrollo, las formas de las arcadas dentarias y la posición de los maxilares, con el fin de restablecer el equilibrio morfológico y funcional de la boca y de la cara, mejorando también la estética facial.
Actualmente, gracias a las nuevas tecnologías, la Ortodoncia ya no tiene límite de edad por lo que no sólo niños y adolescentes son los pacientes que más acuden a nuestra clínica sino que cada vez más adultos demandan un tratamiento ortodóncico.
Si bien es importante asegurar una correcta oclusión en las fases de vida que más cambios experimenta nuestro cuerpo, como es en la niñez o en la adolescencia, el proceso fisiológico mediante el cual se produce el movimiento dentario se puede conseguir sin problema a edades más avanzadas.
Aunque hablo de que un tratamiento ortodóncico no tiene límite de edad, cabe destacar la importancia de un diagnóstico precoz siempre y cuando el paciente tenga alguna anomalía dentaria u ósea a edad temprana, por lo que en ese caso se trataría lo antes posible con el fin de mejorar y favorecer el crecimiento y desarrollo de los huesos maxilares, por ejemplo: haciendo expansión del maxilar o estimulando o frenando la mandíbula con unos aparatos funcionales, fijos o removibles. En esta etapa de crecimiento que va desde los 6 a los 14 (según el pico de crecimiento de cada niño) sus huesos son muy flexibles y podemos guiar el crecimiento del maxilar y la mandíbula mientras el niño crece. Estos tratamientos ortopédicos se encuentran dentro de la fase interceptiva -previo a la fase correctiva de ortodoncia- y con estos aparatos, mejoraríamos el aspecto facial, equilibrando los huesos maxilares y evitando el empeoramiento de la oclusión que posteriormente podría derivar en un tratamiento más complejo si no lo corregimos a tiempo. En estos casos, el tratamiento se empezaría con una fase interceptiva para normalizar los huesos maxilares y posteriormente una fase correctiva, con la ortodoncia, para terminar de alinear los dientes.
Está demostrado que tener los dientes desalineados y morder mal, no sólo tiene efectos estéticos o psicológicos, sino también patológicos, como problemas en la articulación temporomandibular por lo que el cuidado de los dientes y encías no sólo basta para garantizar un correcto funcionamiento de la boca ni para conseguir una sonrisa atractiva, porque la higiene bucodental queda dificultada por una oclusión desfavorable que puede ocasionar desde la aparición de caries y/o enfermedad periodontal, a la pérdida de soporte óseo.
La ortodoncia ha experimentado los mayores avances tecnológicos en los últimos años, gracias a esto y un diagnóstico preciso mediante un examen clínico y radiológico, se amplían las posibilidades de tratamientos individualizados para cada caso.
Últimas innovaciones de máxima calidad como el Invisalign: –unas férulas transparentes prácticamente invisibles removibles, que se fabrican a medida para garantizar una mayor comodidad- brackets estéticos que ofrecen los mismos resultados que los brackets metálicos mimetizándose con el color del diente o brackets autoligado -sin ligaduras, que se componen de unas tapas que atrapan al arco de alambre, permitiendo un mejor movimiento de los diente. Todas estas nuevas alternativas ofrecen soluciones estéticas y funcionales para obtener resultados de una forma efectiva, rápida y cómoda para el paciente.
En nuestros centros clínicos dentales, ponemos a disposición de nuestros pacientes las técnicas más avanzadas en manos de los especialistas más competentes, no en vano fuimos los primeros en entender que una buena práctica odontológica pasaba por una correcta combinación multidisciplinaria.