Soñar y despertar

La pintura es un acrílico sobre tabla (30X24 cms.) de Antonio Tomás Romero (2023)

A veces, el azar distribuye regalos de manera desordenada. Estar aquí esta tarde, en mi Alcázar de San Juan, frente a un edificio tan emblemático, que dice ser una representación arquitectónica del estilo de vida de todos aquellos que se recrean en la elaboración de los vinos y les cautiva disfrutar de un entorno tranquilo en plena naturaleza, entre tierras de labranza, lagunas y senderos, es favor muy valioso. Me siento en una mesa cercana, solicito en un bar cercano unas servilletas junto a un jarrete y comienzo a escribir.

Soñar y despertar, son dos estados de conciencia que forman parte de la experiencia humana. Mientras soñamos, nuestro cerebro crea imágenes, sensaciones y emociones que pueden ser vívidas y, a menudo, surrealistas. Por otro lado, al despertar, volvemos a la realidad y recuperamos nuestra plena conciencia.

El acto de soñar ha fascinado a la humanidad desde tiempos remotos. Se considera que los sueños pueden tener diversos significados. Desde reflejar nuestros deseos y miedos más profundos, hasta proporcionar mensajes simbólicos sobre nuestra vida. Los psicólogos y psicoanalistas han estudiado los sueños durante años como una forma de explorar el inconsciente y comprender mejor la mente humana.

Al despertar de un sueño, a menudo sentimos una sensación de confusión y desorientación, ya que nuestros pensamientos y emociones cambian rápidamente al regresar a la realidad. Sin embargo, también puede ocurrir que recordemos el sueño con gran claridad y nos percibamos más conscientes de nosotros mismos y de nuestras emociones. Soñar y despertar son dos experiencias fascinantes importantes para nuestro desarrollo personal y espiritual, y nos ayudan a comprender mejor quiénes somos y qué queremos en la vida.

Por encima del calor climático, está el calor del corazón. Para mí, Alcázar de San Juan, es un sentimiento permanente en el corazón y los alcazareños/as un intercambio de latidos.  La pasada noche ha estado llena de sueños. “Sea moderado tu sueño, que el que no madruga con el sol, no goza del día”, nos recomienda Cervantes y Paulo Coelho, nos habla sobre” la posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante”.  

Soñé con la bondad de sus gentes, bien formadas y con actitud a creer y querer contribuir al desarrollo de su querido pueblo. El nuestro. El Corazón de La Mancha.

Dibujo, a mi manera, la fachada de la estación. Las servilletas del bar me lo permiten. El dueño ha cuidado mucho su elección: el papel de buena calidad y buen tamaño. No lo puedo evitar. Soy hijo de ferroviario. Nacido en la calle Ferrocarril, que, por cierto, mi casa estaba situada muy cerca de las vías y de una empalizada de traviesas, junto a la taquilla que estaba en el andén.

Hay que decir también que he soñado ver pasear por la feria de Alcázar de San Juan, a nuestro vecino Alonso Quijano. ¡¡¡Sí!!! A veces me gusta soñar que, nuestro vecino Alonso, nos echa de menos de vez en cuando, y que piensa con cariño en una feria de Alcázar de San Juan a la que le gustaría asistir. ¡Qué lástima no haber tenido tiempo para que Alcázar de San Juan y Alonso, se reconociesen de nuevo en un abrazo de hijo a madre!

Soñar. Por un momento lo vi muy concentrado en el pregón de la feria 2024, en la Plaza de España. De hecho, él fue el nominado para hacerlo. Fue un momento mágico. Sus primeras palabras fueron para recordarnos parte del

Pregón de Feria

mensaje que nos transmitió nuestra alcaldesa, Doña Rosa Melchor: “Alcázar de San Juan, nuestro pueblo, es una ciudad con identidad propia y con futuro, con oportunidades de empleo y promoción profesional. Una ciudad igualitaria, moderna, educadora, cultural, deportiva…” “En definitiva, un lugar en el que cabemos todos y todas, en el que vivir con todas las comodidades de una gran ciudad y las ventajas y la cercanía de un pueblo”. “Una ciudad dinámica, en constante transformación y evolución con proyectos para mejorar la vida de las personas, atractiva para visitar, para invertir y para residir”.

Despertar. Es un orgullo ser/pertenecer, a este rincón del planeta lleno de historia y de cultura, e invitamos a sus residentes y a la diáspora expandida por el mundo que lo llevamos como embajadores donde quiera que vayamos, a que encontremos en Alcázar de San Juan, ese bello lugar donde merece la pena estar en cualquier época del año.

Soñar que estás viviendo un deseo, sintiéndote feliz, y despertar que te sientes seguro de ti mismo, y con la confianza necesaria para enfrentar cualquier desafío, es una sensación muy agradable. Las noches siguientes pensé que no había que soñar, solo despertar…

Abstraído en mis anotaciones, no percibo que, Antonio, nacido en la calle Antonio Maura, junto a la Plaza de la Aduana, se acerca para saludarme. Somos amigos desde la adolescencia. Desde entonces no nos habíamos vuelto a ver.

Una vez concluidas las primeras palabras que manda el protocolo, la conversación gira en torno a los sueños y despertares. Curiosamente, Antonio, soñaba, a veces, casi lo mismo, aunque profundizaba un poco más. Esa misma noche había tenido el siguiente sueño:

Desde que era pequeño, no había vuelto a Alcázar de San Juan.

Subí al tren: me acomodé en mi departamento y, cansado, me dormí.

Con Dios, buen escudero, ¿podéis indicarme el camino a Alcázar de San Juan? Me dirigí a aquel hombre, que, subido en un burro, pasaba junto a mí.

Allí voy a visitar a MI señor, Don Quijote. Si queréis me acompañáis. Aunque no os ofrezco que subáis en mi Rucio, pues es muy viejo_ me respondió quien dijo llamarse Sancho. _ Al entrar por aquella avenida vi un gran edificio sobre el que se leía un letrero: Hospital General La Mancha Centro. Aquí vine con mi señor Don Quijote, pues sus físicos de la vista pasan por ser los mejores del reyno y dicen del orbe todo. Su visión del mundo tenía una componente divina que ellos no podían tratar_ le dijeron_.

Continuamos caminando por calles, todas ellas limpias. Aquí los aguaciles son muy estrictos con la limpieza me dijo_ y a continuación ¿queréis comer algo? En Alcázar de San Juan están las más afamadas ventas donde podréis

Soñando en el tren

yantar "duelos y quebrantos" y "gachas" y pisto. Nos sentamos y. al servirnos el vino reparé en que en la etiqueta figuraba Alcázar de San Juan, como lugar de elaboración _me dijo ufano_ Desde que fui gobernador de Barataria, reglamenté la denominación de origen, so pena de muerte para quienes la transgrediera; pues nuestro vino siempre fue de los mejores.

Seguimos paseando por calles y plazuelas que se nombraban con nombres de mi compañero, su señor, y los lugares que ellos hicieron famosos. Sancho me contó que Alcázar de San Juan los reconocía como hijos y que, gentes de todos los lugares venían a consultar los estudios que sobre sus aventuras hacían los bachilleres alcazareños. Me dijo orgulloso, que los alcazareños se consideran, en lo que a su carácter respecta, parte de D. Quijote y parte de Sancho.

Señor hemos llegado a su destino, ha venido usted durmiendo todo el viaje, _ me despertó el revisor del tren_.

Salí a la Castelar. Estuve deambulando todo el día por el pueblo. Todo lo que veía me resultaba conocido. Le recordé al príncipe Segismundo ,"A reinar fortuna vamos, no me despiertes si duermo", y me sumergí en esta mía ciudad natal, sin saber si esperaba encontrarme a Sancho o era yo, quién soñaba aquella prospera Alcázar de San Juan que con Sancho recorrí.

Como final quiero compartir una de las reflexiones de Antonio Machado “si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar”.