"LA TRINI" CUMPLE 100 AÑOS

Orgulloso de haber formado parte de la historia de la Trini

¿Te apuntas a felicitar a ¨La Trini” por su Centenario? Muchos exalumnos ya lo hemos hecho. Es muy fácil. Escribe unas líneas de felicitación, cuenta algún recuerdo y envíalo con una fotografía a [email protected]. Solo te llevará unos minutos.
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photo_camera Parte inferior: Fernando Villanueva y Luis Fuentes; de pie de izquierda a derecha: Manuel Paniagua (D.E.P.), José Luis Rodríguez (D.E.P.), Carlos Rodríguez, Carlos Maroto, Antonio Gómez (D.E.P.) y Julio Blanco; en la parte superior E.R. Quintanilla y Luis Álvarez.
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Parte inferior: Fernando Villanueva y Luis Fuentes; de pie de izquierda a derecha: Manuel Paniagua (D.E.P.), José Luis Rodríguez (D.E.P.), Carlos Rodríguez, Carlos Maroto, Antonio Gómez (D.E.P.) y Julio Blanco; en la parte superior E.R. Quintanilla y Luis Álvarez.
 

E. RICARDO QUINTANILLA GONZÁLEZ (1942)

Alcalá de Henares (Madrid)

Llegar a Centenario de la fundación del Colegio habiendo superado todo tipo de vicisitudes es un logro digno de felicitar. Me siento orgulloso de haber formado parte de esta historia. Y feliz de haber cooperado en algo en mi colegio, que fue prácticamente mi segunda casa desde muy jovencito, y parte importante para los estudios de mi hermano y de mí mismo. Cuando se van a cumplir sus primeros cien años, quiero felicitar a toda la comunidad educativa, por el extraordinario ejemplo de compromiso profesionalidad y solidaridad que durante este tiempo han dedicado a su labor de enseñanza.

Sin llegar a cumplir los nueve años conocí por primera vez las instalaciones del Colegio. Junto a un grupo de chavales llegamos a la Balmes y resultó ser todo un mundo nuevo. Nos designaron una de las aulas que daban al patio de recreo. Era la clase de los "peques", dirigida por D. Teófilo Zarceño. Tras seis años de estudios con dos reválidas, en 4° y 6° terminamos en el año 1958.

De los profesores, como es habitual, recuerdo solo a aquellos que más huella dejaron en mí, unos por algún signo externo característico (Don Antonio Gutiérrez, con su eterna pipa en la boca explicando Física y Química), y otros por su socarronería (Don Francisco, Carrasco, profesor de “Mate”, que nos preguntaba cada día al comenzar su clase ¿Qué tal estáis de los cinco?, mientras nos mostraba los dedos de su mano derecha antes de comenzar todos a sumar, restar y dividir aquellas interminables cuentas. Y luego estaba Don Samuel Pool, de nombre británico que nos encantaba pronunciar, aunque era español de pura cepa y sobre todo de Geografía, con el que aprendimos todo lo que había que saber utilizando el método infalible de la memoria. D. Lope Castellanos y sus clases de inglés, los Padres Heliodoro, Andrés, Fidel… Son sólo una muestra de lo que hoy denominamos un Claustro de Profesores que, sobre todo y principalmente, nos enseñaron a conocer y a comprender muchas de las cosas que luego supimos aplicar, con mayor o menor fortuna, en nuestra vida.

Ha pasado demasiado tiempo y continúo teniendo un recuerdo entrañable de mi paso por el colegio. Destaco aquello que aprendí respecto a que el esfuerzo y el trabajo continuado se imponen a la inteligencia. No me cabe la menor duda de que las bases intelectuales de lo que hoy somos y tenemos, se asentaron en los estudios y vivencias que hicimos en aquellos años, a pesar de no disponer de medios.

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