Como cada año, las gachas de la Feria alcazareña llenaron de vida la explanada de Pablo Iglesias, próxima al recinto ferial. Una cita ineludible y multitudinaria con la que la gente de Alcázar y de toda la comarca despide unas fiestas que, una vez más, han vuelto a destacar por su alta participación.
“Las gachas de la Feria son un momento de reencuentro de amigos y familias que no se ven durante el resto del año y aprovechan esta ocasión para hacerlo en torno a la lumbre”. Comentó la alcaldesa de la ciudad, Rosa Melchor, acompañada por los concejales del equipo de Gobierno, se acercó a saludar a los participantes y probó algunas de las gachas que elaboraron según la receta tradicional; ajo, panceta y chorizo fritos en el aceite con el que después se tuesta la harina de almortas y se le añade sal, pimentón y agua hasta que cuajen y suelten el aceite. Un plato, sencillo en apariencia, pero que tiene su truco y requiere saber el punto justo del tueste de la harina para que no se quemen, ni queden crudas.
La primera edil destacó que este evento contribuye a mantener las tradiciones y que cada año cuesta más preparar la parcela, ya que se encuentra en la zona de desarrollo de la ciudad y participa cada vez más gente. “Alcázar ha vuelto a responder. Es un gusto ver a casi 6.000 personas haciendo gachas, en su mayoría gente joven. Cada año tenemos más problemas para preparar las parcelas, porque se hace en una zona de desarrollo de la ciudad. Este año hemos tenido que concentrar más a las cuadrillas, pero estamos satisfechos del resultado”.
También las más de 350 cuadrillas participantes que disfrutaron de la última noche de Feria al modo tradicional.
