76 personas en la provincia son usuarias del proyecto ‘Atención a Personas Cuidadoras’ de Cruz Roja

Mari Cruz Herrero, voluntaria: “Además de acompañar a la persona dependiente nuestra labor es hacer ver a la persona cuidadora que ella tiene también que cuidar su salud física y mental”. Este proyecto está presente en Ciudad Real, Miguelturra, Piedrabuena, Bolaños y Argamasilla de Calatrava y cuenta con 29 personas voluntarias El 5 de noviembre se celebra el Día Internacional de las Personas Cuidadoras

Las personas cuidadoras no profesionales y la labor que realizan está muy invisibilizada en nuestra sociedad porque se realiza fundamentalmente en el ámbito del domicilio privado y se trata de una actividad no remunerada. Este viernes 5 de noviembre se conmemora el Día de las Personas Cuidadoras para dar a esta realidad la importancia que tiene. Cruz Roja en Ciudad Real desarrolla el proyecto ‘Atención a las Personas Cuidadoras’, dentro del Programa de Personas Mayores, que tiene como objetivo mejorar la vida de las cuidadoras y cuidadores no profesionales, por un lado descargándolas de la tarea del cuidado y, por otro, ayudándolas en las habilidades técnicas y personales del cuidado y el autocuidado.

Son 76 personas cuidadoras, 66 mujeres y 11 hombres, las usuarias de este proyecto en la provincia, concretamente en las localidades de Ciudad Real, Miguelturra, Piedrabuena, Bolaños y Argamasilla de Calatrava. Durante el año 2022 el proyecto se implantará también en Manzanares y Daimiel. Las personas voluntarias, 29 en total -16 mujeres y 13 hombres-, constituyen un pilar fundamental en el proyecto, puesto que son las encargadas de realizar sus principales acciones o actividades.

Cualquier persona de cualquier edad que tenga a su cargo el cuidado de una persona mayor de 65 años puede ser usuaria de este proyecto. Al mismo pueden llegar ellas mismas pidiendo ayuda o bien son derivadas desde el centro de salud o los servicios sociales.

Los cuidados tienen rostro de mujer. Cerca de un 90% de las personas cuidadoras son mujeres. La mayoría son hijas, esposas o nueras de la persona mayor, tienen una edad superior a los 50 años, comparten domicilio con la persona cuidada, afrontan su labor a diario,  carecen de ocupación remunerada, comparten el rol de cuidadoras con otros en roles familiares y no reciben ayuda de otras personas.

Dentro del proyecto de ‘Atención a las Personas Cuidadoras’ se encuentra el servicio de Asistencia Social, también conocido como respiro, desarrollado por voluntariado de Cruz Roja. Durante unas horas la persona voluntaria atiende al familiar dependiente para que la persona cuidadora pueda dedicarse a otras cosas. Lo explica bien Mari Cruz Herrero, voluntaria de este proyecto desde hace 15 años: “Se trata de que el cuidador haga en ese rato alguna actividad que le descargue de la tensión del cuidado. Lo que quiera, lo que a ella le guste. Puede ser salir caminar, leer, acudir a alguna actividad, escuchar música… Mientras yo me quedo con su familiar haciendo cosas adaptadas a su situación. A veces podemos hacer estimulación cognitiva, otras veces conversamos, jugamos a algo o vamos de paseo”.

Esta labor del voluntariado supone mucho para la persona cuidadora, es un gran desahogo. A la vez, el voluntariado tiene que hacer con ellas un trabajo de acompañamiento. Se ayuda a las usuarias a sobrellevar la carga del cuidado con una mayor comprensión de su realidad, facilitando una mejora de su calidad de vida y de las relaciones cuidador-cuidado. “A veces la persona que cuida no tiene a nadie con quien hablar y compartir y allí estamos también nosotros. Tenemos que detectar las necesidades que tienen porque ellos están tan centrados en el cuidado que no son conscientes de que ellos también necesitan. Les hacemos ver que ellos también tienen que cuidar su salud física y mental”, dice Mari Cruz.

Asegura que participar como voluntaria en el proyecto de Cuidadoras le ha ayudado a crecer en humanidad y también a ser más consciente de la realidad. “Que hay soledad, hay dolor, hay falta de acceso a muchos servicios, hay escasez de recursos para muchas personas. Y soy muy consciente de que todos vamos a llegar a mayores y vamos a necesitar la ayuda de los demás”, asegura Mari Cruz. Destaca también el vínculo tan especial que se genera con las personas cuidadoras y con las personas dependientes, pues formas parte de su vida.

Dentro de este proyecto también se realizan charlas o sesiones informativas para las personas cuidadoras en las que se tratan diversos temas que a ellas les interesen y motiven; se lleva a cabo orientación y asesoramiento tanto social (sobre cuestiones técnicas como productos de apoyo o los trámites relacionados con la ley de Dependencia) o personal (más enfocado al estado emocional de la persona) y se realiza apoyo psicológico individualizado, que tiene en cuenta la situación personal que la persona está atravesando. Un  grupo de ayuda mutua en el que se realizan actividades que las usuarias demanden o en el que se comparten sentimientos y emociones, así como la asistencia y realización de trámites y gestiones - sobre todo relacionadas con la ley de Dependencia- son otros de los servicios que se prestan dentro de la Atención a Personas Cuidadoras.

Incluso cuando la persona dependiente fallece Cruz Roja continúa acompañando al cuidador en la fase del duelo, pues nunca es fácil y más si se han pasado los últimos años de su vida dedicados a cuidar a un familiar.

El proyecto se lleva a cabo de manera estrecha con otros proyectos de Cruz Roja como Teleasistencia o Ayuda a Domicilio, así como con dispositivos sociales que facilitan el contacto con personas cuidadoras no profesionales.  

Sobre Cruz Roja
Cruz Roja representa el mayor movimiento humanitario, ciudadano e independiente del mundo. Lleva 157 años colaborando con entidades públicas y privadas para que la humanidad y la dignidad llegue a todas las personas en cualquier lugar y en todo momento y circunstancias.

En España, Cruz Roja cuenta con más de 250.000 personas voluntarias y más de 1.400 puntos de atención en todo el territorio, que permiten atender anualmente a más de 4 millones de personas en todo el país, de las que más de 1,7 millones son atendidas desde programas sociales. Todo ello con el apoyo de cerca de 1,4 millones de socios, empresas y aliados en todos los sectores de la sociedad.

Además de su actividad habitual con las personas vulnerables, al declararse la pandemia, puso en marcha el Plan Cruz Roja RESPONDE frente al COVID-19, un plan integral de actuación en todas sus áreas: Socorros, Salud, Inclusión Social, Educación, Empleo y Medioambiente, con el que ya ha llegado a más de 4, 4 millones de personas a través de más de 21 millones de respuestas, en lo que está siendo la mayor movilización de recursos, capacidades y personas de su historia.  

Cruz Roja Española pertenece al Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja presente en 192 países. Actuando siempre bajo sus siete Principios Fundamentales: Humanidad, Imparcialidad, Neutralidad, Independencia, Carácter Voluntario, Unidad y Universalidad.

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