11 de febrero: Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

CIENCIA

El 22 de diciembre de 2015, la Asamblea General de Naciones Unidas decide proclamar el 11 de febrero de cada año Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. En la exposición de motivos, entre otros, se destaca “La igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas contribuirán decisivamente al progreso relativo a la consecución de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.

Las mujeres han estado involucradas en la ciencia desde hace siglos, aunque su participación ha sido históricamente subvalorada y menos reconocida que la de los hombres. Sin embargo, a lo largo de la historia, muchas mujeres han realizado importantes contribuciones en diversos campos científicos, a pesar de las barreras y obstáculos que han enfrentado.

Uno de los primeros desafíos que las mujeres enfrentaron en su camino hacia la ciencia fue el acceso a la educación. Durante mucho tiempo, las mujeres fueron excluidas de las instituciones educativas y solo unas pocas privilegiadas pudieron ingresar a las universidades. Incluso cuando las mujeres lograban acceder a la educación, se les negaba a menudo el acceso a áreas consideradas "masculinas", como las matemáticas y la física.

A pesar de estos obstáculos, algunas mujeres lograron destacarse en sus respectivas disciplinas. Mencionamos alguna de ellas: Hipatia de Alejandría en el 370 d.C. fue una mujer que siguió las enseñanzas de su padre en el campo de las matemáticas, ampliando sus conocimientos en los movimientos de los astros. Fue la primera mujer de la que se hallaron anotaciones referidas a las matemáticas. Amplió sus investigaciones desde la ciencia hacia la filosofía. Es considerada como una pionera en la presencia de las mujeres en la ciencia.

Marie Curie, la científica polaca fue la primera mujer en ganar el premio Nobel y la primera en obtener el galardón en dos ocasiones (Física y Química), por sus estudios sobre la radioactividad –término que ella misma acuñó– y el descubrimiento de dos elementos químicos, radio y polonio. Sin embargo, la primera vez que lo ganó, tuvo que ser compartido con su marido y otro colega, ya que nunca antes una mujer había sido condecorada con ese premio.

Margarita Salas, Bioquímica española, sin duda una de las científicas más sobresalientes del siglo XX. Afirmaba reiteradamente que “sin investigación básica, no hay ciencia”. Alumna del Premio Nobel, Severo Ochoa, descubrió la ADN polimerasa del virus phi29 que permite a los oncólogos ampliar pequeñas poblaciones de células que podrían dar lugar a tumores y así estudiarlos con más facilidad y rapidez.

Sin embargo, todavía hay una brecha de género en la ciencia. En los más de 120 años de existencia de los Premios Nobel, los hombres han recibido el galardón en el 97% de ciencia desde 1901. Las mujeres siguen estando subrepresentadas en muchas disciplinas científicas y se enfrentan a desafíos únicos en su carrera científica. La falta de modelos a seguir femeninos, los estereotipos de género arraigados y la desigualdad de oportunidades son solo algunos de los obstáculos a los que las mujeres científicas aún se enfrentan.

A nivel académico, El 55,2% del alumnado matriculado en las Universidades Españolas son mujeres. Sin embargo, existen diferencias dentro de las disciplinas STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), donde resultan ser minoría. Sus preferencias por Ciencias de la Salud, y Ciencias Químicas, hace que tengan una mayor presencia.

Según el Informe ‘Científicas en Cifras 2023’ publicado por el Ministerio de Ciencia e Innovación el porcentaje de investigadoras representa el 42% del total. Sin embargo, en el sector empresarial no pasa del 30%. En los puestos de rectora de universidades llegan a representar el 25 %. Por su parte, el 50 % de los Organismos Públicos de Investigación cuentan con mujeres como directora o presidenta.

Es esencial fomentar un ambiente inclusivo y equitativo en la ciencia, para que las mujeres puedan realizar todo su potencial y contribuir plenamente a la sociedad. Es importante que las niñas sean alentadas desde una edad temprana a interesarse por la ciencia, superando cualquier estereotipo de género que les diga que no son buenas en matemáticas o que la ciencia es solo para hombres.

Además, se deben implementar políticas y programas que brinden igualdad de oportunidades y apoyo a las mujeres científicas. Esto implica brindar acceso a financiamiento, reconocimiento académico y oportunidades de liderazgo, así como también promover la equidad en las decisiones de contratación y promoción en los campos científicos.

Las mujeres y la ciencia son una combinación poderosa y necesaria para abordar los desafíos actuales y futuros de nuestro mundo. La diversidad de perspectivas y enfoques en la ciencia es fundamental para generar nuevas ideas e impulsar la innovación.

La sociedad actual se enfrenta a retos como el cambio climático o la búsqueda de fuentes de energías alternativas y sostenibles. En este entorno, la tecnología y la ciencia resultan herramientas claves para dar respuesta a dichos retos. No podemos permitirnos el lujo de prescindir de la mitad de la población para resolverlos.

Aunque las mujeres han superado muchas barreras en su camino hacia la ciencia, todavía queda mucho por hacer para alcanzar la igualdad de género en este campo. Es fundamental trabajar para fomentar un ambiente inclusivo y equitativo, atraer el talento femenino especialmente para las ingenierías y tecnologías, de manera que las mujeres brillen en la ciencia y sus contribuciones sean reconocidas y valoradas en la I+D+I.

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