ARTÍCULO DE OPINIÓN

Desmontando a Sánchez Bódalo

Por Diego García-Baquero Cenjor

Leído el artículo de opinión denominado «Al Concejal apodado «el abogado de la pluma», en penitencia», firmado por José Fernando Sánchez Bódalo y visto el caríz que está tomando este tema, el cual está derivando en un tema sobre todo de apreciaciones y juicios personales, me llama poderosamente la atención, bueno más bien, que el Señor, por decir algo, Bódalo, se haga adalid de valores morales. Puedo reconocerle hechos acertados a nivel político y mi respeto, como el que tenemos que tener todos los alcazareños a TODOS y cada uno de los alcaldes de Alcázar de San Juan, repito, TODOS (de derecha e izquierda), porque Alcalde se es de todos los Alcazareños, le hayan votado o no.


    Pero cuando ya se cruza el umbral de los insultos y además quiere erigirse en defensor de la moralidad en los actos que van más allá de la política, pues ya en eso debo aclarar y denunciar como actúa el «Señor» Bódalo, y a partir de aquí es donde le voy a dejar de llamar señor, ya que en su ámbito NO político es donde voy a circunscribir este pequeño artículo.



Bódalo ha colaborado para que un padre no pueda ver a su hija, para que una madre (mi ex-mujer) pueda privar del derecho de una hija a tener padre y el de un padre y su familia (abuelos, tías y sobrinos) a poder disfrutar de su hija. Y todo ello motivado por el odio a una persona que es de un signo político diferente, quiero entender que sea éste y no otro el leitmotiv. Esa persona que ha sufrido esa colaboración sectaria por parte de Bódalo he sido YO. Si uno verdaderamente fuese un señor y se pusiesen en contacto para colaborar en un proceso de separación en el cual el único fin es que la madre pretende eliminar la figura paterna y su familia de una niña de 8 años, y llevársela a vivir a un país en guerra como es Egipto, esa persona, si se vistiese por los pies y fuese un señor, hubiera declinado tal mezquina colaboración, como otras personas han hecho con semejante personaje. Pero queda muy bien y con mucho «BOATO» (tal y como acusa Bódalo a el Señor García Villajos, y aquí es donde me viene a colación el refrán que le va ni que para el pelo: dime de lo que presumes y te diré de lo que careces, acusa de boato y oropeles cuando creo que la humildad no es su principal virtud), repito, queda muy bien y con mucho «BOATO»  el granjearse la amistad de una Diplomática Consejera de Asuntos Culturales en la Embajada de España en El Cairo. Es por ello que me ha repugnado ver en su boca tal tipo de afirmaciones haciéndose defensor y valedor de una moralidad de la que carece. También me ha extrañado de manera especial que compañeros de partido intenten defender y apoyar opiniones que exceden el ámbito político, sólo con los principios de que «este es de los nuestros», y « ataca a uno de los de enfrente», y no estableciendo límites a la actuación que en este caso excede el ámbito político y llegando a un tema personal, sin darle ningún tipo de cobertura. En la política como en la vida, pero sobre todo en la vida, no todo vale.
 

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