Denegada la instalación de una macrogranja en Alcázar de San Juan

Recientemente hemos tenido conocimiento de que se ha archivado el proyecto de macrogranja de 3.600 cerdos de cebo en el término municipal de Alcázar de San Juan.

Desde “Acuífero 23 sin macrogranjas”, nos alegramos de que se haya rechazado este proyecto, cuyo emplazamiento se situaba cerca de los pozos que abastecen de agua potable a las localidades de Alcázar de San Juan y Manzanares. Sin embargo, nos sigue preocupando la proliferación de macrogranjas en nuestra provincia, ya que en estos momentos existen dos nuevos proyectos en Almagro y Daimiel.

En nuestro país hay provincias saturadas de macrogranjas, con localidades sin agua potable debido a la contaminación por nitratos de origen ganadero, teniendo que abastecerse de camiones cisterna. Por ello, la industria porcina tiene los ojos puestos en nuestra región, que posee una legislación más permisiva y una administración regional receptiva a este tipo de explotaciones e insensible a los daños que ocasiona. Tras haberse extendido por otras provincias de la región, ahora parece que le toca el turno a Ciudad Real.

La vida y la actividad económica de nuestros pueblos se asientan sobre estas masas de aguas subterráneas, que están declaradas sobreexplotadas y vulnerables a la contaminación por nitratos procedentes de la agricultura y la ganadería. La industria ganadera intensiva viene a agravar el problema.

Estas actividades ponen en peligro la calidad del agua, del suelo y del aire, aumentan las emisiones de metano y CO2 a la atmósfera contribuyendo al cambio climático. Ponen en riesgo nuestra salud, al hacer un uso abusivo de los antibióticos medicando sistemáticamente a animales sanos para prevenir enfermedades, lo que favorece que aparezcan  bacterias resistentes a los antibióticos. Es una actividad incompatible con el bienestar animal, ya que lo importante es producir mucho y rápido para aumentar las ganancias y no tanto las condiciones de vida de los animales. Ponen en peligro la supervivencia de dos joyas naturales en nuestra región como son los Parques de Las Lagunas de Ruidera y Las Tablas de Daimiel, que dependen de los acuíferos 23 y 24. Empeoran una situación de escasez de agua potable para las localidades que bebemos de estas aguas, que ya se encuentran en situación de prealerta debido a la escasez de lluvias.

Desde “Acuífero 23 sin macrogranjas” apelamos a la responsabilidad de las autoridades regionales y locales para que sus decisiones vayan encaminadas a  garantizar la calidad del agua, de los suelos y del aire, en definitiva, de nuestra salud. Apelamos también a la ciudadanía, para que sus hábitos de consumo sean verdaderamente responsables y eviten favorecer prácticas que lesionan el medio natural y los seres vivos que en él habitan. Tanto los responsables políticos, como los económicos y la ciudadanía de a pie tenemos la responsabilidad de legar un entorno natural que pueda servir de sustento para las generaciones venideras.

Existe alternativa, y ésta pasa por modificar nuestro modelo agroalimentario, incentivando la dieta mediterránea de productos de temporada y proximidad, potenciando la agricultura ecológica y las pequeñas explotaciones familiares, priorizando el consumo de proteína de origen vegetal y adquiriendo hábitos sanos y sostenibles en nuestra alimentación.

Solo haciendo frente a estos retos conseguiremos que la vida en nuestros pueblos sea viable y atractiva, frenemos la despoblación y demos un nuevo impulso a esta “España vaciada” para que nuestros pueblos sigan vivos.

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